Desnudos

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Hoy he decidido no ir a clases sin un justificativo aparente y si tener sueño, pereza y más sueño es un justificativo entonces si lo tengo, además no me voy a levantar temprano solo para ver solo una clase. Siento que me tocan el cuello y me exalto por la sorpresa, al ver quién es el que perturba mi sueño intentó volver a respirar sin que el corazón se me salga del tórax.

— ¡Bendito seas, Christian! Casi me matas de un infarto —me cubro la cabeza con el edredón, éste me jala los dedos de los píes que han quedado descubiertos, retraigo los píes hasta mi pechó. —Déjame dormir — me quita el edredón de un tirón lanzándolo al suelo.

— ¡Cállate que tú me adoras! —Me imita al ponerse de pié en mi cama.

— ¿Qué acaso soy tú única víctima? —Me cubro la cara con las manos—. ¿No conoces a más nadie?

Salta en mi cama, quiero reírme pero me controlo, idiota. Hasta hace poco no habría permitido tal invasión de privacidad, no después de la lección que aprendí con Zachary.

<<Pero Christian no es como él, ¿no es eso lo que te dices? >>

Esa estúpida voz se hace presente a la fuerza, normalmente se mantiene calmada, o yo finjo que no la escucho.

<<No lo digo, él lo prueba. Él no es como nadie. >>

Sonríe al caer de espalda a mi lado. —Vamos que hoy te quiero enseñar algo —juega con mi cabello enmarañado— además yo siempre cedo cuando tú lo haces ¿recuerdas?

Apoyo la cabeza en el hueco de su cuello. —No quiero —digo en un susurro, y el premio para la mujer más ingenua es para Sophie Powell.

—Lo siento preciosa, pero así como aceptaste ir al cine con Max —me acaricia la espalda con los dedos— te levantarás y vendrás conmigo.

Ruedo los ojos, ¿acaso nunca lo va a superar? Ocurrió hace como una semana, le pongo la mano en el pechó intentando convencerlo de que me dejé dormir, Christian respeta mi sueño, yo por otro lado...

— ¿Y si la vemos más tardé? —Juego con mis dedos—, ¿sí?

— ¡No! Será después del instituto —me toma la mano. — ¿Cómo no soy Max, a mi si me haces esperar verdad?

Me alejo de mal humor, no sé porque me repite una y otra vez lo de Max, fue un error, no me sentí cómoda luego de haber aceptado, incluso pensé en fingir que estaba enferma para poder dejarle. ¡Es mucho pedir que mi sentimiento de culpa estuviera tranquilo en ese momento! ¿Y cómo olvidar cuando intento besarme?

—Ashf como quieras —me dirijo al baño de mala gana— y supéralo, lo de Max es historia vieja.

—Sabes que eso me dolió —desvía la mirada hacía la ventana— me dejaste a mi por ir con él, con mi hermano menor. Cierro la puerta sin prestar atención a lo ah dicho.

Al salir del baño noto que no está, bueno él nunca se queda mientras me ducho, me visto con el uniforme y salgo. Christian se encuentra apoyado en la escalera con su mochila de clase que está llena de materiales de dibujo.

— ¿Listo? —Me arreglo el cabello en un moño— luego de la clase nos vamos ¿okay? —Bueno no es como si tuviéramos más clase después de esta. Asiente, se acerca a mí y me quita el moño dejando todo el cabello suelto sin control ni amarre.

—Te ves más inocente y joven con el cabello suelto —abre la puerta para salir.

—Se supone que me quiero ver mayor y atractiva —cierro con llave—, no más joven y novata.

Mil Palabras Por Decir Where stories live. Discover now