Reacción inesperada

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(-Narra Alex-)

La confusión que tengo al salir de la habitación de hospital en la cual Mia se encuentra internada es enorme, tanto que ni siquiera logro ordenar mis pensamientos y el corazón no me para de latir con fuerza mientras atravieso el hospital en dirección a la salida para luego caminar al estacionamiento y subir a mi auto.

Qué carajos acabo de hacer?

Primero que nada, no tengo idea de porque al despedirme de Kendall decidí hacerlo plantando un beso en su mejilla. Supongo que lo hice para para marcharme de una manera amistosa ya que al fin y al cabo somos padres de una niña y ahora que sé de su existencia y me dieron la autorización y la bienvenida a formar parte de sus vidas nos vamos a ver bastante seguido, así que no sé lo que se me cruzó por la mente en ese instante y simplemente me dejé llevar por mis impulsos. Es decir, un beso en la mejilla no tiene absolutamente nada de malo, verdad? El problema es lo que sentí en el momento en que mis labios se pusieron en contacto con su piel.

Fue cómo si en esos pocos segundos todos los recuerdos de nuestro tiempo juntos aparecieron como imágenes de una película en mi cabeza y se reprodujeron uno detrás de otro sucesivamente, y al mismo tiempo una sensación de electricidad recorrió mi cuerpo entero. No puedo encontrar una explicación del porque pasó eso, pero fue algo realmente extraño y confuso. Al alejarme de ella pude observar en su rostro una expresión de sorpresa en su rostro ya que seguramente no se esperaba el beso, pero dudo que ella haya sentido lo mismo que yo.

Luego de eso estaba por irme pero algo dentro mío me hizo frenarme e invitarla a cenar, justamente aprovechando que tenemos mucho que hablar con respecto al tema de Mia, las visitas y esas cosas, pero las siguientes palabras que salieron de mi boca luego de que aceptó la invitación no fueron planeadas.

''Genial. Es una cita''.

En qué estaba pensando? Es por eso que apenas terminé de decirlas y me di cuenta de que lo había hecho, salí de la habitación inmediatamente sin darle tiempo a decir nada ni observar su reacción. Es decir, cómo se me ocurre haber dicho eso? Lo que era una inofensiva invitación a cenar para ponernos al día y planear la crianza de nuestra hija se volvió en un momento increíblemente incómodo con el simplemente hecho de haber utilizado la palabra ''cita''. Ni siquiera sé porque  lo dije, ya que obviamente no es una cita ni nada por el estilo, ambos tenemos nuestras respectivas parejas y yo incluso estoy por casarme, pero simplemente salió y ya. Debe haber sido la costumbre o mi subconsciente que aún recuerda cuando salíamos, supongo que los viejos hábitos nunca mueren por completo.

Qué habrá pensado ella? Se habrá asustado? Es obvio que sí. Debería decirle algo? No, eso solo lo empeoraría todo.

Decido dejar de torturarme pensando en eso y salgo de mi estupor en el momento en el que llego a mi auto y me subo a este para partir en dirección a mi departamento. Observo la hora en el reloj de la radio y ya voy un poco atrasado a la cita que Juliet y yo tenemos en la pastelería para elegirla torta que se servirá en la boda. Lamentablemente no puedo ir directamente ya que tengo que tomar una ducha. Sigo usando la misma ropa desde ayer y probablemente debo estar apestando.

Atravieso las autopistas a la mayor velocidad que puedo apenas excediéndome el límite de velocidad, ya que lo que menos quiero en este momento es que me detengan por una multa de velocidad y llegue aún más tarde de lo que ya estoy. A pesar de que realmente no tengo ganas de ir en este momento, tengo que hacerlo ya que es momento de decirle a Juliet la verdad. Kendall tiene razón, ella tiene que saber sobre Mia y mientras antes se lo diga, mejor.

Finalmente llego a mi departamento y estaciono mi auto en el parqueo subterráneo. Me bajo de éste y luego de bloquearlo avanzo hacia el ascensor. Presiono el botón para llamarlo y minutos después las puertas se abren. Me subo y aprieto el interruptor con el número de mi piso y as puertas se cierran y el elevador comienza a subir.

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