Parte sin título 21

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«¿Estás bien? ¿Qué ha sucedido?»

Emma se puso en pie con la ayuda de Lily, masajeándose la espalda dolorida.

«No lo sé...magia, creo» respondió. Se volvió a acercar, cautelosamente al punto desde el que había sido lanzada. Palpó el aire con la mano, hasta encontrar una peligrosa descarga de poder. Quitó la mano «Mierda...»

«¿Qué ocurre?» repitió otra vez la amiga.

Emma suspiró, y se giró para mirarla

«Hay una barrera. No podemos entrar, y Regina está demasiado lejos, aunque gritase, dudo que mi oiga...»

«Entonces, ¿ahora qué hacemos? ¿Dónde se encuentra mi madre?»

«¡Exacto! ¡Tu madre!» exclamó Emma sonriendo «¡Eres una genio, Lily! ¡Maléficaaaa!» gritó con todo el aliento que tenía en el cuerpo.

Mal escuchó la voz de Emma llamarla, desde muy lejos. El dragón ya estaba en pleno vuelo, buscando alguna presa. Giró, batiendo las enormes alas en el viento, acercándose a la princesa en pocos minutos. Había otra muchacha con ella, y una barrera alrededor del castillo de Regina. Y no había espacio para aterrizar. Descendió en picado sobre ellas, transformándose en humana poco antes de tocar el suelo. Posó los pies en la tierra casi sin hacer ruido.

La muchacha la miraba con la boca abierta.

Emma le sonrió.

«Es ella» dijo solo antes de dar un paso atrás.

Maléfica se giró a mirar a la chica. Se acercó a ella, sonriendo.

«Lilith...» dijo con voz temblorosa, y los ojos llenos de lágrimas «...¿de verdad eres tú?»

Lily miró a su madre, y sonrió. Dio un paso hacia delante.

«¿Mamá?» preguntó con un temblor en su voz.

Sin pensárselo más, el dragón abrazó a la hija, dejando vía libre a las lágrimas.

«Oh, Lilith...te he buscado durante tanto tiempo...»

La muchacha se dejó abrazar y, tras un momento inicial de desconcierto, la apretó también contra su cuerpo.

«También yo te he buscado...» logró decir finalmente

«Lo sé, pequeña mía, lo sé...» Mal la abrazó más fuerte «He vuelto hace poco del País de las Maravillas, donde descubrí que estabas aquí...»

«Y yo vine porque sabía que tú estabas aquí» exclamó la joven, apretándola también

Maléfica rio, las lágrimas aún descendiendo de sus ojos azules. Se separó de ella para mirarla. Le acarició el rostro.

«Estás tan grande...»

Lily rio con ella

«Lo sé...» dijo enjugándose las lágrimas

«Tenemos tanto tiempo que recuperar...» Maléfica se giró hacia Emma, o al menos eso creía, para darle las gracias. Pero la muchacha ya no estaba allí.

Emma las observó a las dos con una sonrisa en el rostro. Dio unos pasos hacia atrás después, dejándolas solas. Rodeó la barrera, dejando a las dos mujeres el tiempo y el espacio necesarios. Se acercó de nuevo al muro de magia, percibiendo las vibraciones en su piel.

«Regina...» susurró. Miró el castillo con melancolía, esperando divisarla, en alguna parte. Sentía su magia a través de la barrera. La echaba terriblemente de menos.

The Queen and her slaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora