Kururugi Suzaku

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Siempre he pensado que la guerra es solo una excusa barata para crear y generar destrucción. Esos discursos que los líderes suelen hacer acerca de que si ganan la guerra, lograrán la paz, son sólo patrañas. La realidad es que la violencia trae más violencia. Lo peor es que todo un país o nación pelea porque algún idiota no está satisfecho con las riquezas que posee su país.

Por esto yo deseé no tener nada que ver con ello, e irme lejos, aunque eso signifique dejar atrás mis seres queridos. Deseó un mundo de paz, donde él débil no sea sometido por él fuerte, donde todos podamos ser felices sin necesidad de lastimar a nadie. Un mundo así es él que anhelo, pero desgraciadamente, eso nunca sucederá.

Soy una mujer, más bien una jovencita de apenas dieciséis años, pero que es capaz de pensar por si misma. La gente a mi alrededor dice que tengo una mirada triste y llena de remordimientos, que pareciera que he perdido por completo mi razón de existir. Soy bastante sensible aunque los demás piensen lo contrario, me gustan los lugares oscuros y aquellos que nadie quiere.

Vivo en una mansión lejos de Britannia, pero aun en su territorio con algunos empleados. La mayor parte del tiempo me la paso encerrada en mi habitación pensando en que probablemente yo ya no les importe.

A veces salgo al jardín, pero de inmediato me invade un sentimiento de tristeza que no consigo controlar. En mi mente están grabados todos esos bellos recuerdos que tuve con aquellas personas que alguna vez se consideraron mi familia.

No conozco mucho sobre el mundo. Lo poco que sé lo he leído en algunas revistas o libros. Siendo sincera llevo más de siete años sin salir de aquí.

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Al igual que todos los días, me levanté temprano, hice mis estiramientos y al prepararme bien, me dirigí hacia la mansión del emperador de Britannia, Charles Zi Britannia. Según me dio a entender, me daría una nueva misión, una de la que nadie podría enterarse, ni siquiera el hermano de Lelouch, Schnizel.

Abrí la enorme puerta que conectaba con la habitación del trono donde estaba él emperador sentado igual que siempre. Me acerqué e hice una reverencia.

Kururugi, me has demostrado que puedo confiar en ti, así que te daré una misión, pero necesito que seas discreto, ya que para el mundo ella esta muerta. Se trata de mi hija, (T/N) Vi Britannia, una de las herederas al trono.

Su majestad me encomendó cuidar y estar a la disposición de su hija bastarda. Al parecer tuvo otra hija, una que por un tiempo todos supieron de su existencia, pero para salvarla y protegerla, estuvo obligado a fingir su muerte cortando todo contacto con ella.

Esta se encontraba en una isla no registrada en las tierras de Britannia. Según los informes que le daban los empleados de la mansión donde se hospedaba, ella vivía bien y era una chica saludable, aunque no estaban seguros si era feliz o no.

Una semana después que se me asignara la misión, llegue a la isla donde estaba la hija del emperador. Todos en la mansión me aconsejaron que no intentará tener algún tipo de relación amistosa con ella. Parecía como si ella ya no quisiera mantener contacto con nadie. O eso me contaban.

Cuando me presente ante ella, en efecto no le importó nada, de hecho se comportó de una forma muy grosera y arrogante. Ya que tenía que estar al pendiente de ella las veinticuatro horas del día, pude percatarme que era una chica bastante enojona, berrinchuda, necia y desinteresada en todo lo que no tuviese que ver con ella.

─¡Deja de seguirme! ─Me grito mientras caminaba por uno de los pasillos de la mansión.

─Es mi deber. Si le molesta, hable con su padre. ─le respondí a secas.

One Shots (Anime)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora