Reborn

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Me quedo un poco simple, pero ojala y les guste.

A petición de: Maru_Stark


A altas horas de la noche, se podía ver a un hombre de contextura alta vestido completamente de negro mientras caminaba por las calles iluminadas por unas pocas luces. Acompañándolo, un joven de cabello rubio con traje de militar, se quejaba mientras escuchaba su estómago rugir por el hambre y el dolor latente que tenía en los pies por estar demasiado tiempo de pie. El hombre con sombrero, llamado Reborn, hacia caso omiso a cada uno de los comentarios de su compañero, pensando en lo que comerían al llegar a casa del rubio donde su hermana los debe estar esperando impacientemente.

De un momento a otro, su compañero decidió guardar silencio y observar con detenimiento la seriedad de su amigo quien no había dicho absolutamente nada desde que comenzó a hablar. Colocando un brazo alrededor del cuello de su amigo, llamo su atención y con mala cara, una vez más se quejó, aunque en esta ocasión por ser ignorado completamente. Sin darse cuenta, estaban frente a la casa del rubio. Las luces de la casa podían verse desde afuera y el olor a carne inundo sus fosas nasales. Echando a un lado la pequeña disputa que tenían, entraron a la casa siendo hipnotizados al instante por el gran festín que había sobre la mesa.

─ No se queden ahí parados. Se enfriara la cena. ─ Dijo la hermana del rubio quien se encontraba sentada con las manos juntas a punto de dar las gracias y empezar a comer.

Se sentaron frente a ella y cerraron los ojos. Ansiosos por la lentitud en la que rezaba, al momento de abrirlos nuevamente, incluso el hitman quien siempre conserva la elegancia al comer, mandó a la basura los buenos modales y simplemente se concentró en comer la gran cena que la hermana de su amigo había preparado.

La chica sonreía al verlos comer de manera tan energética, pero su mirada siempre permanecía fija en el hombre de largas y hermosas patillas.

─ Estoy lleno... ─ Decía el rubio mientras se sobaba el estómago sentado en el sofá de la sala.

─ ¿Quieren cerveza? ─Pregunto la chica desde la cocina.

Los fines de semana, Reborn suele ir cenar junto a Colonello y su hermana la cual hace comida realmente deliciosa a su paladar y hasta ahora el mejor expreso que ha probado en toda su existencia. Debido a lo solitaria que es la vida del hitman, Colonello lo invitó un día y desde entonces se volvió una rutina. Aunque no es del todo cierto. El hombre de ojos negros, aprovecha las noches para ir a los bares y dormir con mujeres. Colonello siempre lo regaña por ello, pero a pesar de todo siguen siendo muy buenos amigos.

─ Oye Reborn... ─ Llamó el rubio a su amigo quien al igual que él se encontraba muy ebrio, pero aun tenía fuerza y voluntad para seguir tomando. ─ ¿Te gusta mi hermana?

Después de una larga pausa, el hitman negó con la cabeza. Colonello se acercó a su amigo y le miró directamente a los ojos por varios minutos hasta que empezó a reírse y actuar como idiota otra vez para recostarse en la pequeña mesa que tenía delante.

─ Que bien... ─ Suspiro aliviado. ─ Si me hubieses dicho que si, no sabría que hacer.

─ ¿Por qué lo dices? ─ Lo miró un poco curioso mientras se quitaba el saco y desabrochaba un par de botones de su camisa.

─ Pues... Te hablaré con la verdad. Eres mi amigo y todo, pero eres un mujeriego. Si te fijaras en mi preciosa (T/N) estoy seguro que sufriría mucho.

─ Ya veo. ─ Aunque fuese verdad, le molestaba que se lo dijeran tan directamente. Después de todo, el también puede cambiar. Un poco complicado de que suceda, pero no imposible.

Cuando el hitman volvió a mirar a su amigo, este ya se encontraba durmiendo por la ebriedad y a decir verdad, el seguía el mismo camino.

Reborn tomó su saco y lo colocó en su hombro, para después volver a ponerse su sombrero y dirigirse a la salida, pero al momento de girar la perija de la puerta, fue halado por la manga de su camisa y al voltear, vió a la hermana de su amigo con el ceño fruncido y la pijama puesta.

─ ¿A dónde crees que vas? Tienes que llevar a la cama a Colonello.

─ Déjalo allí. Parece bastante cómodo. ─ Se quejó al instante pero al ver el enojo de la chica, dio un gran suspiro y le lanzó su saco para sujetar a su amigo y acomodarlo sobre el colchón de su habitación.

La chica acompañó a Reborn a la salida, le ayudó a ponerse el saco nuevamente y a ajustar su corbata. Mientras amarraba la corbata, el hitman no le quitaba la mirada de encima, recordando lo que Colonello le había dicho momentos atrás. Podía ver como pequeñas gotas de agua se deslizaban por su pecho y su hermoso pelo mojado.

─ Si te invitara a salir, ¿dirías que si?

Aunque luego se arrepintió, lo hecho, hecho estaba y tan solo quedaba esperar. Esperaba que le dijera que no o le insultara, pero solo escuchó una risita acompañada de un «puede ser».

─ Si necesitas algo, llámame. ─ Se despidió Reborn de la chica mientras esta le empujaba para que se marchara de una vez por todas y la dejara dormir.

Desde afuera de la casa, pensaba con mucho detenimiento, para luego ser influenciado por la actitud de su amigo.

Una vez más tocó la puerta.

─ ¿Olvidaste algo? ─ Preguntó la chica.

─ Cuando un asesino localiza su objetivo, este no deja de perseguirlo por más que huya, por lo que negarte seria una tontería. Así que...

─ Detén el carro... No entiendo nada de lo que estas diciéndome, pero si quieres salir conmigo, solo debes pedirlo. Te espero mañana al medio día. Ni se te ocurra hacer planes en la noche. ─ Con una mirada escalofriante, dijo eso último y cerró la puerta sin dejar hablar a Reborn quien aún se encontraba con la boca abierta.

Ella era la única mujer a la cual no podía comprender.



One Shots (Anime)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora