Yo también

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Capítulo 35

Yo también


–Flavio observó a Irina la cual estaba sumamente molesta–

FLAVIO – Muñeca déjame explicarte

IRINA – es lo que estoy esperando Flavio una muy buena explicación

FLAVIO – te la voy a dar pero no aquí –Irina lo miro y alzó las cejas– por favor –Irina asintió y salieron de la clínica–



–Samuel observaba a Andrea–

ANDREA – necesito que me escuches

SAMUEL – no quiero escucharte Andrea me destrozaste, debes estar feliz

ANDREA – Samuel yo –su voz se cortaba y guardo silencio para recuperar fuerzas– te amo –Samuel sonrió negando–

SAMUEL – si me amaras hubieras confiado en mí y no lo hiciste

ANDREA – entiéndeme por favor todo era tan –Samuel la interrumpió–

SAMUEL – obvio, no Andrea tu mente lo quiso ver así, yo te pedí que fueras mi esposa, preparé una noche mágica para que nos casáramos, me esforcé por ti, para que tú fueras feliz y tú en lo único que pensabas era en una maldita venganza –Andrea lo miro llorando, Samuel se acercó a ella y la tomo de los hombros– nunca confiaste nunca me amaste

ANDREA – claro que te amé y me casé amándote –Samuel negaba–

SAMUEL – no Andrea te casaste pensando que yo era un maldito desgraciado y tenía que sufrir –Andrea negó–

ANDREA – te juro Samuel –Samuel nuevamente la interrumpió–

SAMUEL – Quiero el divorcio

ANDREA – ¡no! Samuel yo

SAMUEL – maldita sea, quiero no –guardo silencio– exijo el maldito divorcio, mañana mi abogado te buscará y lo firmarás

ANDREA – no lo voy a firmar –Samuel la miró y frunció el ceño– ahora estás molesto lleno de rabia y te entiendo

SAMUEL – no Andrea estás equivocado yo no tengo rabia –Andrea lo miraba mientras limpiaba la lágrimas– yo estoy decepcionado de ti, no importa lo que hagas, no importa las palabras que digas yo –guardo silencio– te tenía aquí –levanto su mano indicando– y te me caíste, yo te pensé buena, te creí una mujer perfecta y no lo eres, yo creí como un idiota que me amabas –Andrea se acercó y trato de tomar su rostro– ¡NO ME TOQUES! –Grito furioso– sal de mi oficina

ANDREA – yo lo siento –se giró–

SAMUEL – crees que un maldito lo siento soluciona las cosas –Andrea se giró mirándolo no podía más ese hombre estaba destrozado y era su culpa– no te quiero volver a ver en mi vida –Andrea bajo la mirada y estallo en lágrimas para después salir, Samuel botó todo lo que estaba encima del escritorio lleno de coraje–



–Flavio conducía e Irina solo observaba por la ventana desconcertada llevaban mucho tiempo y ninguno de los dos decía nada–

IRINA – ¿A dónde vamos? –preguntó mirando la ventana, Flavio sonrió–

FLAVIO – pronto lo sabrás –Irina observó el lugar y no pudo evitar sonreír, Flavio se estaciono y la ayudo a bajar–

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