No voy a dejar que mi orgullo pueda más que él amor...

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Capítulo 42

No voy a dejar que mi orgullo pueda más que él amor...


–Samuel tomo la llamada y suspiro enfadado al escuchar el tono de Andrea–

SAMUEL – ¿Qué pasa?

ANDREA – pasa que no pienso recibirte ni un peso, Samuel de ti lo único que quiero es tu amor y si no lo puedo tener no quiero nada más que venga de ti

SAMUEL – yo lo único que quiero es velar por tu seguridad, las cosas actualmente no son tan fáciles y si no encuentras un empleo pronto ese dinero –Andrea no lo dejo continuar–

ANDREA – no, ya te dije que si no tengo tu amor no quiero nada, entiende Samuel te amo y lo que menos quiero que pienses es que soy una aprovechada o vividora que vio de nuestro matrimonio una forma para poder vivir tranquilamente

SAMUEL – nunca pensaré algo así, por favor Andrea deja –Lo interrumpió nuevamente–

ANDREA – no así que pásame los datos de tu abogada, para que le diga cómo será el convenio y lo firme

SAMUEL – lo vas a firmar –su miedo estaba contenido en esas palabras–

ANDREA – si Samuel lo que menos quiero es seguir haciéndote daño y aunque con esa firma mi vida se vaya lo voy hacer, porque para mí lo más importante eres tú –Samuel cerro los ojos recordando el momento que se casaron, recordó el rostro de Andrea y la felicidad, al mismo tiempo las palabras de Irina retumbaron en su cabeza "el amor no se finge" y las de Saúl aparecieron "tú tuviste que decirla a Andrea" "hasta yo dude" – Samuel ¿estás ahí? –Samuel abrió los ojos–

SAMUEL – sí –contesto con la voz quebrada–

ANDREA – necesito –Samuel la interrumpió–

SAMUEL – Yo lo arreglo y te lo llevo

ANDREA – no es necesario –tenerlo cerca lo iba hacer más difícil–

SAMUEL – si es necesario Andrea, en cuanto lo tenga te lo llevo –terminaron la llamada–



–Saúl se dirigió a buscar a Natalia al cuarto de su padre–

SAÚL – buenas tardes –entro a la habitación y vio a Anselmo– ¿cómo se siente? –Anselmo lo observo y sonrió–

ANSELMO – ¿vienes como doctor? –Saúl negó– entonces vienes como el novio de mi hija, mi yerno tendría que decirlo molesto –Saúl lo miro y sonrió–

SAÚL – si su yerno, espero y usted no sea el típico suegro que saca la escopeta y espanta los novios de su hija

ANSELMO – negó en este momento lo único que quiero es que ella sea feliz, y no se quede sola

SAÚL – ella nunca va a estar sola

ANSELMO – vi unas miradas que no me gustaron nada entre Irina y tú –Saúl lo observo serio– ¿Qué hay entre ustedes?

SAÚL – nada amoroso –guardo silencio– aunque si lo hubo

ANSELMO – ¿la amas?

SAÚL – eso no importa, nunca podremos estar juntos y decidí –Anselmo lo interrumpió–

ANSELMO – ¿Por qué no pueden estar juntos? Si es por mi hija yo prefiero que –Saúl lo interrumpió–

SAÚL – soy hijo de Fabricio –Anselmo abrió los ojos de par en par sorprendido–

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