Te Perdono, pero...

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Capítulo 36

Te Perdono, pero...


–Andrea miro a Irina desconcertada, no entendía porque ese lo siento–

ANDREA – por favor Irina dime ¿por qué lo sientes?

IRINA – él –índico con su dedo al tipo en la foto– se llama miguel

SAMUEL – ¿de dónde lo conoces?

IRINA – bueno él se acercó a mí un día en la UNAM y tenía pinta de policía

FLAVIO – ¡policía! –estaba sorprendido–

IRINA – sí pero –guardo silencio– ¡Melani!

ANDREA – ¿Qué pasa con Melani? –él celular de Samuel comenzó a sonar y se apartó un poco para contestarlo–

IRINA – esa vez ella le hablo con familiaridad –Irina guardo silencio para después levantarse enojada– ella me debe una explicación –Samuel regreso y su rostro se veía triste–

ANDREA – ¿Qué paso? –Lo miro y Samuel la observó y suspiro–

SAMUEL – Nati nos necesita –miro a Irina–

IRINA – ¿Qué paso? –Samuel se acercó a Irina y la abrazó mientras una lágrima escurría por su mejilla–

SAMUEL – Maru –suspiro– falleció

IRINA – ¿qué? –Los ojos de Irina se llenaron de lágrimas– eso no puede ser Samuel –Flavio se acercó a ella e Irina lo abrazó mientras algunas lágrimas escurrían por su mejilla–

SAMUEL – Irina sé que tú a Maru la quisiste mucho

IRINA – sí, Samuel y por alejarme tiene cuatro años que tampoco la veía –Flavio la abrazó– Nati debe de estar deshecha

SAMUEL – Natalia todavía no sabe, Carmen dice que no se puede comunicar y ella salió está mañana junto con Saúl para la sierra

IRINA – necesitamos avisarle, debe de haber una forma

SAMUEL – no sé cómo, ¿tú sabes?

IRINA – a lo mejor Inés sabe cómo darle el recado

SAMUEL – no le podemos decir eso en recado

IRINA – yo le marco a Inés y si ella tiene forma de comunicarse con ellos le de él recado a Saúl para que nos hable y le decimos a él

SAMUEL – trata de hacerlo yo voy a la clínica, Anselmo debe estar destrozado y me haré cargo del sepelio

ANDREA – si yo los puedo ayudar en algo, pueden contar conmigo –Samuel la observó–

SAMUEL – sí, ¿te vienes conmigo? –Andrea asintió–



–Natalia estaba con María, mientras ella estaba agonizando–

NATALIA – vamos María tiene que luchar, Juanita la necesita

MARÍA – ya no puedo más –sus lágrimas escurrían– cuídamela por favor, no me la dejes sola –fueron sus últimas palabras, antes de que María falleciera–

NATALIA – lo siento mucho –se acercó a Juanita y la niña rompió en llanto abrazando a Natalia, Saúl las observaba sintiendo un dolor muy fuerte al mismo tiempo que una admiración muy grande–

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