1. Chico histérico.

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— ¡Abby! —No pude evitar dar un salto en mi lugar, le dirigí una mala mirada a Nick—. Me preocupas, mujer. Sólo te quedas ahí, mirando un punto fijo sin prestarle atención a nadie. —Se queja, ruedo mis ojos picando la rodaja de zanahoria en mi plato.

—Hija, has tomado en cuenta lo que te dijimos, un psicólogo es una buena opción para...

— ¡No! —Chillé— ¡Basta! ¡Estoy harta! No quiero ir con un maldito psicólogo, estoy bien, sólo necesito un poco de tiempo para reponerme. —Sonreí sabiendo que mi abuela daría por finalizada la conversación.

Thom y Thamy me miraban con asombro e indignación por haberle gritado a la abuela cuando ese no era un comportamiento referente a mí, me sentí mal al ver a la abuela Mily triste y preocupada ante mi reacción. Pero estaba harta de que todos dijeran que tenía que ver un psicólogo, que tenía que superar la muerte de Leo, y me molestaba más que dijeran que entendían mi dolor cuando ellos no habían estado ahí, claro que nadie sabía que yo personalmente había visto como Leo se quemaba ante mis ojos, como su cuerpo era consumido lentamente de una manera dolorosa, todos pensaban que había estado inconsciente ya que así fue la manera en la que me encontraron. Era un recuerdo que había guardado para mí, ya me era demasiado difícil recordarlo, decírselo a alguien me destrozaría por completo.

—No seas una perra, Abigail. —Soltó Nick, y la abuela lo golpeó con el trapo de la cocina.

—Solo... solo espero que entiendan que estoy bien —Tomé una pausa respirando profundamente—, no es fácil. Todos lidian con dolor, solo quiero que me dejen manejarlo a mi manera.

Nadie dijo nada, solo asintieron. Sabía que seguirían insistiendo hasta convencerme de ir, conocía demasiado bien a mi pequeña familia, le sonreí a los mellizos y ellos me regresaron la sonrisa mientras disimuladamente Thamy le aventaba el hígado que había hecho la abuela a tormenta, su gato. Reí negando con la cabeza.

[=]

— ¡Marck! ¡¿Estás demente?! ¡Pude haber muerto pedazo de mierda!

—Tranquila preciosa, nunca dejaría que algo te pasara. No fue para tanto. —Acaricia mi mejilla.

Aparto su mano de un manotazo y salgo del auto arrojándole las llaves a la cara, camino hacia Nick que se encuentra junto a Todd y se callan en cuanto me ven.

—Maldito bastardo, estúpido idiota, hijo de Lucifer, cabrón de mierd... —Susurro por lo bajo.

—Cálmate, Abby ¿Qué te hizo el cabrón de Marck?

— ¡¿Qué que me hizo?! ¡Ése jodido idiota casi me mata! —Grito, Nick me mira fijamente y suelto un bufido.

—Está bien. El idiota dijo que corriera por una ruta y da la casualidad de que en esa maldita calle hay muchos baches, evité todos —Hago una mueca—. Bueno, casi todos, no alcancé a ver uno y casi me volteo... —Me estremezco sintiendo el escalofrío recorrer mi espalda al terminar de hablar.

—Ese hijo de perra. —Dice intentando caminar hacia él. Pero antes de que haga una tontería como dejarnos sin trabajo, tomo su brazo, me da una mirada confundida.

—Está bien, no pasó nada. —Fuerzo una sonrisa para tranquilizarlo.

—Abby...

—No. Ahora ve a esa bodega y patea culos como solo tú lo sabes hacer. —Le guiño un ojo.

— ¿Vas a estar ahí?

—Tengo una carrera en poco tiempo, es rápida, sólo unas cuadras por el lado sur. No quiero correr —Me encojo de hombros—, pero tengo que hacerlo, Marck dijo que tengo que ir sí o sí.

Destrozos del alma© [ IL#1 ]Where stories live. Discover now