Destrozos del alma© [ IL#1 ]

18. Primera fase.

—¿Estás lista? —Rodé los ojos nuevamente.

—No es la primera carrera que hago, Nick —No parecía contento con mi declaración, suspiré—. No te preocupes, estaré bien.

Apretó los labios, antes de que lo interrumpiera porque lo conocía lo suficientemente bien como para saber qué diría una barbaridad justo ahora, se me adelantó, dándole una mirada expectante a mi acompañante que sólo se mantenía en silencio, como si le hubieran cortado la lengua.

—Confío en ti —Lo miró de mala manera, Ed lo ignoró por completo—, pero no en él. No te ofendas, pero no te quiero cerca de mi hermana, ella ya tiene novio.

—¿Ah?

Ed lo miró con las cejas alzadas, su rostro era un completo hielo, sin expresiones, llevó un dedo a sus labios de manera pensativa antes de contestarle a mi hermano.

—¿Y quién se supone que es el novio y por qué no está aquí?

Les lancé una mala mirada, ambos la pasaron por alto.

—Está cuidando a nuestros hermanos menores, ya sabes, él intenta llenar las expectativas.

—¿Y el novio tiene nombre?

¿Ahora le habían devuelto la lengua a Ed? Idiota.

—Grayson.

En el momento que Nick soltó el nombre de su gran amigo, chillé con indignación y furia explotando en mi cabeza.

—Pues entonces espera sentado llenar esas expectativas, porque dudo que Saw logre llenarlas —Sonrió con arrogancia—, dile de mi parte que Beth estaría feliz de que haya seguido su vida después de lo que pasó.

¿Ah? ¿Beth?

Momento incómodo, Ed se calló manteniendo su mirada fija en el parabrisas, Nick lo mandó a la mierda más veces de las que solía hacerlo. Y yo sólo quedé en silencio, Grayson cada vez se volvía más misterioso y Ed parecía saber algo que nosotros no.

Para cuando terminaron su patética discusión, Nick se alejó alegando que lo golpearía en cuanto la carrera terminara. Negué por su comportamiento inmaduro.

Encendí mi auto y poco a poco avancé para no arrollar a las personas que se encontraban ahí. Los silencios no me gustaban, pero tampoco tenía un tema para entablar una conversación con Ed, y él no parecía muy concentrado en mí.

Estacioné de manera tosca el auto logrando que Ed se hiciera para adelante bruscamente, pero sin golpearse por traer el cinturón de seguridad. Me observó con molestia mientras me daba una mala mirada.

—Pudiste arruinar mi rostro frenando de esa manera. —Frotó su barbilla, y me miró con ojos cargados de seriedad.

—Lo siento, fallé en mi cometido entonces. —Me disculpé con fingido arrepentimiento.

Me lanzó otra mirada poco amistosa. Decidí ignorarlo y pasar por un lugar en donde podía ver perfectamente a Marck hablando con hombres robustos. Me miró, pero al instante me volvió a ignorar, intuía que sólo quería guardar las apariencias frente a sus demás acompañantes.

Cuando por fin llegué a la meta de salida, ya los 5 autos restantes se encontraban ahí, de pronto, mis manos empezaron a sudar sin evitarlo. Los nervios se me alteraron, pero tenía que controlarlos, no podía perder, habían muchas cosas en juego como para hacer realmente molestar a Marck.

Cerré los ojos alejando mis manos del volante, recosté mi cabeza en el asiento y por un momento respiré tan profundamente que sentí un poco de calma y alivio. Me sentía como el rayo McQueen antes de empezar una carrera, raro, pero cierto.