VIII

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Jongin gruño pateando una piedra, lo había perdido, había perdido a su pareja, su mate, su compañero de vida y lo peor de todo, este no se había ido solo, estaba ese maldito motero de la chupa negra.

Bufo levantando su copa de  Château Peyraguey del sesenta y cinco para posteriorme llevársela a la boca y gruño porque ahora ya no le sabia dulce, estaba amargo como su humor.

-¡Mierda!.-escuchó un grito proveniente de la planta de abajo, seguramente Chanyeol estaba rompiendo más cosas de la casa.

-¡Chanyeol deja de romper cosas!.

Llevaba todo el día rompiendo y lanzando cosas por toda la casa, no había ni un vaso en la cocina, la copa que tenia en la mano era de Huyne una de las lobas de la manada que se había apiadado de él.

Habían mandado a Jean a recoger toda la información posible sobre Kyungsoo y el chico de la moto. Porque sí,  ese maldito que había hecho que Kyungsoo se agarrara a su cintura debía estar muy relacionado con ellos si mantenían el vínculo de manada.

-Kyungsoo.-murmuró.

Había descubierto su nombre gracias a Chanyeol, le encantaba como sonaba, como las letras jugaban con su boca al pronunciarlo y ese rintintin que utilizaba para designarlo como suyo, su mate, su todo...

-Kim Kyungsoo.-su nombre junto a su apellido sonaba malditamente bien.

Sintío la sangre hervir al llegar el recuerdo, ¿cómo se atrevía a tocar a su pareja? Y lo peor ¿por qué se le  había agarrado con tanta facilidad?, está bien no lo conocía de toda la vida pero estaba seguro de que su chico no se iría con cualquier mojigato y sí aunque solo lo hubiera visto unos minutos y solo había cruzado dos palabras con él era su chico, de nadie más.

Escuchó otro golpe de la planta inferior y bufo, las reparaciones les iban a salir muy caras. Pasados unos minutos tocaron su puerta, deseaba que no fuera Chanyeol, no podía aguantarse a si mismo como para soportarlo con su berrinche.

-Señor Kim.-habló pausadamente la loba.-He hablado con algunos de los otros clanes para recopilar información y...

-¿Y qué Jean?.-inquirió con inquietud.

-Le he puesto en la carpeta todo lo que saben sobre ellos.-sonrió estirandola en su dirección.

-Gracias, puedes marcharte.

Miró escéptico la carpeta negra, al menos no habían muchas hojas, lo que lo dejaba con dos opciones, que fueran fáciles de encontrar o que se trataba de información clasificada.

-Que sea la primera opción.-suplicó abriendola.

Paso unas cuantas páginas y bufo, no tenía ni idea de donde comenzar a buscar. Escuchó otro golpe y lo que seguramente sería la puerta de cristal de la cocina.

-¡Joder Chanyeol vete a dormir ya!.

Chanyeol gruño desde el piso de abajo en respuesta, rodó los ojos y descolgó el teléfono, por lo visto su omega no sólo había ayudado a destrozar su ego sino que también el bar de JongDae, era arrasador.

-Eunhe sí, soy yo, ¿puedes traer a Kwang y a Rin?.

Colgó la llamada y miró lo que quedaba de su despacho, el también había perdido los papeles y había destrozado un poco. No era habitual encontrar a tu pareja después de años y años de espera para que después este desapareciese.

Unos minutos más tarde apareció Rin con un muy golpeado Kwang agarrándose de la puerta.

-Estás en la mierda.-se burló.

-Alfa.-sonrió el pequeño Rin, un omega lindo de unos curiosos ojos azules.

-Tomen asiento, debemos hablar de un tema importante.

-¿Es por los destrozos del bar?.-susurró nervioso el pequeño omega.

-Sí Rin.

-No fue nuestra culpa.-murmuró.

-Eso lo sé, quiero hablar sobre los tres lobos que lo hicieron.

-Eran tres omegas.-habló con los ojos brillantes.- Nunca había visto un omega con tanta fuerza, me asuste cuando se tiró contra Kwang.

-¿No comentaron algo al entrar al bar?, ¿no les preguntaste de dónde venían?.

-Sí lo hice pero no quisieron responder.-murmuró.-sólo dijeron cosas raras...

-¿Qué te dijeron Rin?.

-Algo sobre Ghost.... no me acuerdo.

-Ghost Drivers.-susurro Kwang.

Jongin miró fijamente al cambiaformas tigre, buscando algún indicio de que lo que decía era cierto.

-¿Kwang estás seguro?.

-Sí alfa.

Jongin asintió en respuesta y los hizo marcharse, él no creía que realmente existiesen. Sabía de un grupo de lobos que se hacían llamar así, actuaban como mercenarios sin depender de una manada. Eran exiliados o algo así contaban las malas lenguas.

Abrió una vez más la carpeta buscando lo único interesante que había en esta y descolgó el teléfono.

-Hyori necesito que busques todo lo posible sobre Yoo Saeng.

Colgó la llamada y se pasó los dedos por el pelo. Se sentía extraño, por una parte quería salir y caer sobre sus cuatro patas, dejarle el trabajo al lobo, que este encontrará a su pareja y la trajera de vuelta. Por otra parte su lado racional lo agobiaba con preguntas sin respuesta, ¿Kyungsoo querría estar a su lado?.

Sabía que la atracción era mutua, al fin y al cabo así funcionaban las parejas destinadas. Si cerraba los ojos aún podía sentir el tacto de su piel, la fragancia de su aroma, el sabor de sus labios pero ¿querrían lo mismo?.

No lo sabía, no podía hablar con certeza, pero de algo estaba seguro, lo iba a encontrar, iba a traer su hermoso trasero enfundado en cuero hasta su casa y haría que lo aceptase como su pareja, su mate, su todo...


La atracción mental es mucho más fuerte que la física , de una mente no te libras ni cerrando los ojos

Ghost Drivers (Kaisoo)Onde histórias criam vida. Descubra agora