Ghost Drivers (Kaisoo)

XVIII

"Y cuando pensamos que todo va bien y seguimos nuestra línea, llega algo que cambia nuestro universo, algo que nos vuelve inestables."

Abrió los ojos y se sentó rápidamente, su instinto le decía que estaba pasando algo, su lobo estaba inquieto.

Caminó en círculos alrededor del cuarto, había algo que no le gustaba, cuando había interrogado al harlyd no habían conseguido sacarle mucha información, era un simple peón, lo habían utilizado como carnada para entretenerlos....

Suspiró y se colocó el último pantalón que llevaba en la bolsa de la moto, iría a dar una vuelta, cogio la chaqueta que colgaba de la silla y salió de la habitación.

Bajó las escaleras sin hacer mucho ruido, los padres de Jongin aún permanencian en la casa, abrió la puerta y corrió hasta su moto, había echado en falta el rugir del motor.

Paso la pierna por encima, levantó la cabeza y miró la luna, aulló y apretó el acelerador levantando una capa de polvo, la rueda trasera giró y sonrió, era un obseso de la velocidad.

El motor sonaba cada vez más, le encantaba la sensación de poder sobre sus dos ruedas.

Sonrió cuando vio una pendiente y aceleró, le encantaban las acrobacias en moto, su apodo no venía de sus cualidades ni de su trabajo como mercenarios, habían empezado a denominarlos así al verlos realizar alguna acrobacia al salir de las ciudades, todo cortesía de Minseok.

Sonrió con el recuerdo de su primera acrobacia, todo lo que podría haber salido mal lo había hecho, la moto se había descontrolado en mitad de un salto Hand Attack y había terminado atravesando la cocina, por suerte había saltado antes del impacto.

Apretó otra vez el acelerador cambiando a su vez la marcha de la moto, cuando sintió que la moto quedaba boca abajo cogio el manillar más fuerte hasta quedar con la cabeza lo más cerca posible del guardabarros y estiró el cuerpo en vertical, un magnífico KOD, "Kiss of Death".

-¡wow!.-gritó cuando se equilibro.

Condujo hasta el bar en el que habían entrado el primer día que habían pisado la manada, dejó la moto aparcada en la entrada y entró, ya habían repuesto todos los muebles que habían destrozado, sonrió al sentir la mirada del barman sobre él, era obvio que estaba nervioso.

-Tranquilo.-sonrió.- Hoy no voy a destrozar nada.

El barman lo miró y asintió.

-¿Qué va a tomar?.

Giró la cabeza cuando escuchó un pitido, definitivamente era una mala señal, todo se detuvo en un segundo, los lobos estaban atentos al siguiente sonido, eran animales que reaccionaban por instinto y todo esto le olía a peligro.

Salió por la puerta sin esperar una la señal que le indicase lo que estaba ocurriendo, caminó tranquilamente hacia la moto, si estaba siendo vigilado y seguro que lo estaba siendo debía mantener la calma, necesitaba contactar con Jongin cuanto antes.

Escuchó ruido a su espalda y maldijo, eso había sonado como el seguro de un arma. No era habitual que los lobos fueran armados, las balas no eran letales para ellos, sin embargo si se añadían fibras de plata en la ecuación todo podía salir mal.