Capítulo 5

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Sin embargo, las visitas de Miguel Valle por las noches, también habían influido en aquello, una noche, el misterioso hombre entró por la puerta y sin pensarlo.

Carlos lo estaba esperando, quería preguntarle y pedirle su opinión sobre algunas cosas, salieron a la calle fría y obscura pero en ese momento, el joven tenía mucha seguridad y paz en su interior, por eso le fue fácil hablar con Valle.

-Estoy seguro de que Jaime ya se habrá dado cuenta, y a lo mejor no es el momento indicado pero...

-Y para ti ¿Cuándo sería el momento más indicado?

Valle, lo había ayudado a tomar muchas decisiones importantes, había cambiado varias formas de pensar del joven, le pidió que abriera su pensar a nuevas ideas y nuevos estilos de vivir la vida en su condición, no todos tienen la fortuna de conocer a una muchacha tan hermosa como Michelle, le dijo que para poder estar bien con los demás y poder ser feliz, debía dejar esa soberbia que solo lo enfermaba a el mismo, aquello no le devolvería a su padre...

Al día siguiente, Jaime y July llevaron a cabo su plan, les dieron nombre del lugar y número de mesa. En la primera cena, todo fue perfecto, Carlos se portaba como todo un caballero con Michelle y eso lo notaron sus amigos, así que, planearon ir cada ocho días a cenar, para que ellos se conocieran mejor.

Después de varias citas, su hermano y July planearon no presentarse a la cena, para dejarlos solos.

Cuando su hermano y la joven llegaron, y no los vieron ahí, se quedaron extrañados, pero de igual forma tomaron asiento y comenzaron la cena, él la miraba con detenimiento y ternura, todo era tranquilidad y a la vez, todo era fuego, era fascinante sentir tantas emociones juntas... Tomó su mano y hablaron muchas cosas, entre ellas una en particular, era una pregunta por parte de él, se quedaron callados un momento y después de un rato, abandonaron el lugar y fueron a recorrer la orilla de la costa, se sentaron en el lugar donde se conocieron y se quedaron platicando durante varias horas, ya habían pasado 4 meses juntos y era hora de responder la pregunta que le había hecho en la cena. A lo lejos, se les veía sonrientes y tan felices que se hacía notar con un salto de alegría por parte de él y abalanzándose a cagar a la joven...

Más tarde, se dispusieron a darle la buena nueva a Jaime, entraron y vieron que estaba en la cocina, preparando una bebida, al salir ya lo esperaban con el brazo extendido, mostrando un lindo anillo muy sencillo pero de muy buen ver ...

-¿Qué me dices, me aceptarías como tu cuñada?- dijo Michelle, con una sonrisa y mirando con atención a Jaime

El muchacho se quedó pasmado, miró a su hermano y la señorita que muy pronto sería parte de su familia, los abrazó a los dos y comenzó a llorar de felicidad...

-Jamás creí que encontraras a alguien tan perfecta como para hacerla tu esposa, tú eres mi hermano, mi mejor amigo desde niños, me alegra mucho.

-Jaime, ya te he dicho que eres demasiado sensible, no llores, todavía no me muero...

-¡Carlos! ¡Te vas a casar! No digas eso, por dios

-No pongas así a tu hermano, Carlos, él te adora mucho

-Sólo jugaba, él y yo nos llevamos así, es solo que a veces olvido que él es muy sensible...

-¡Le tenemos que avisar a mi madre y a Ingrid! Quedarán pasmadas, esto les dará mucha alegría, y de seguro querrán que nos regresemos lo más pronto posible

-Mi madre... No me había puesto a pensar mucho en ella, de seguro le alegrará mucho la noticia, tengo mucho que contarle a ella y a Ingrid, nuestra hermana... Me inspiró mucho dolor la última vez que la vi ¿estará bien?

-Tal vez le vino a la mente la muerte de mi padre, creo que le dolerá de igual forma tu muerte, pero ahora no hablemos de aquello...

En cuestión de días ya estaban de regreso, en ese momento al abrir Jaime la puerta, la casa se sentía fría, con un toque de nostalgia y tenía un olor de rosas recién cortadas, se deslizaron hasta el comedor y encontraron a su madre recostada en el sillón donde solía sentarse su esposo, abrazando con marco antiguo con la foto de su boda... se le notaba el semblante cansado, húmedo como si hubiese llorado toda la noche y sus manos, tenían una que otra cortada, provocadas por las espinas de las rosas. Al instante, Carlos se estremeció al ver tal estado de su madre, pasó sus manos por sus mejillas y la despertó susurrándole. Su madre al abrir los ojos, se le colgó del cuello y besaba sus mejillas mientras lloraba amargamente...

-¡Madre! ¿Qué ha pasado? ¿Acaso le pasó algo a Ingrid?

o en su vid=jT2

The secret of my life.Where stories live. Discover now