Capitulo 6

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-No, ella se haya trabajado. Hijo mío... lamento que me encuentres en estas condiciones, pero desde tu partida, he estado recordando muchas cosas, extraño mucho a tu padre, me quiero ir a donde él está, perderé al más pequeño de mis hijos por la misma razón que le he perdido a él, me temo que ya no encuentro motivos para vivir, hijo mío... sin duda cambiaría mi lugar por el tuyo, yo moriría por ti, eso es lo que deseo

-Pero madre, ¿Qué dices? Una de las cosas que más amaba Antonio Belmonte de ti, es que eres alguien impresionantemente fuerte, él murió y nos sacaste adelante a los tres, por favor, no te rindas ahora... he aprendido muchas cosas estos meses y he conocido a alguien muy especial, justamente vine a darte una noticia, pero necesito que estés bien madre, por favor... Mira, ella es Michelle Villegas- Tomó la mano de la joven y la acercó a su madre, aquella muchacha, se puso de cuclillas y miró con gran ternura a la mujer que tenía enfrente, tomó sus manos y le sonrió como ya hace tanto tiempo no lo hacía alguien...

-Encantada de conocerla, señora... sé que a lo mejor no inspiro mucha confianza, pero déjeme decir que si estuviera en su lugar y creo que estaría igual, pero no se ponga así, hay una razón muy poderosa por la que usted tiene que estar fuerte ¿sabe cuál es? Es el mismo Carlos, él necesita de todo su apoyo y valentía en estos momentos, y me tiene a mí que la ayudaré y apoyaré en todo lo que me permita y bueno, la noticia que Carlos vino a darle, me involucra a mí también y es que...

-Nos casaremos, madre- Interrumpió su prometido- por eso tienes que estar bien, yo estoy aprendiendo a sobrellevar esto, sé que moriré, pero al menos tendré la dicha de disfrutar mis últimos días con la mujer que amo, por favor, tienes que estar bien

Elisa Belmonte abrió sus ojos sorprendida y sonrío al instante, sus ojos parecieron iluminarse, secó sus lágrimas, y se levantó a abrazar a Michelle. –Gracias por hacer cambiar a mi hijo de esta manera, eres una excelente mujer para mi hijo, nuevamente gracias, ¡no sé qué hubiera sido de Carlos sino cambiaba esa actitud!, ahora tengo un motivo muy fuerte por el cual seguir, y todo gracias a ti, eres como un ángel caído del cielo para mí, ¡pero qué alegría! Le avisaré a Ingrid, vendrá de inmediato.... Al cabo de unas cuantas horas, llegó Ingrid azotando puertas y corriendo por toda la casa en busca de Carlos y Michelle, llegó hasta el jardín donde se encontraban todos y abrazó a su hermano fuertemente y con una sonrisa pintada en sus labios, después fue con su prometida y la abrazó con mucha alegría.

-¡Por fin encontraste a alguien que es perfecta para ti! Tiene los ojos iguales a los de mi padre y es muy linda, ¿seguro que si se quiere casar contigo? Espero que sean muy felices, hermanito, te lo mereces, ¿para cuándo se casan?

-En unas cuantas semanas, no comas ansias. La cena fue todo un manjar y Michelle se ganó el corazón de todos, los hacía reír con sus ocurrencias, era una mujer con un sentido del humor encantador, de cuando en cuando los hacía estremecerse con historias aterradoras, sobre experiencias no muy gratificantes con su familia, sus padres estaban divorciados, su padre la adoraba pero se la pasaba viajando y tuvo que quedarse a vivir con su madre, prácticamente, ella era su propio sustento, fue así hasta que murió su madre, fue a vivir con su padre por un tiempo a Londres, pero la sociedad inglesa no era mucho de su agrado, así que decidió irse a la costa, donde conoció a Carlos.

Después de unos días, ella ya era parte de la familia, su relación con su prometido y los preparativos de la boda iban viento en popa, él por su parte, estaba más centrado en lo que deseaba de la vida y aprendía a verla con otra perspectiva y se le notaban muchas ganas de vivir en su mirada. Un día, hicieron una cena para platicar sobre los preparativos, todo estaba ya casi listo, planificaron el día, donde y como sería la boda, todo sonaba perfecto. 

The secret of my life.Where stories live. Discover now