Capítulo 14

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2008


Eran una mañana encantadora de Agosto, la nostalgia de ver otro año agotarse lentamente inundaban las calles, mientras tanto, en lo apacible de su casa, Carlos tocaba unas notas bajas en el piano, podría decirse que inundaba la casa con la tristeza más profanada que puede transmitir un instrumento tan angelical y magnifico como era el piano, Michelle y Luna se encontraban extrañadas de esa actividad en él, casi jamás tocaba el piano y cuando lo había era para enseñarle a su hija. Rápidamente, Michelle fue a ver lo que le pasaba a su esposo y por qué tocaba notas tan deprimentes...

-¡Hola!.. ¿Estás bien, cariño mío? Es un poco extraño que toques el piano de esta manera ¿Te pasa algo? Si necesitas decir algo, sabes que siempre puedes decírmelo, para eso soy tu esposa ¿estas triste por algo?- Dijo dulcemente ella, acariciando la espalda de su esposo y envolviendo su cuello entre sus brazos, pasaron unos cuantos segundos que se pasaron como un eternidad, su esposo acariciaba sus brazos con ternura y se quedaba callado pero a medida que los segundos pasaban, Michelle se impacientaba más... -¿Será que se siente mal?- pensaba.

-¿Cariño?- repitió un poco asustada esta vez.

-No pasa nada, solo quería tocar como antes solía hacerlo ¿Quieres tocar conmigo?- Replicó sin aliento, esa no era la verdad, había algo más...

-Carlos, ¿Qué pasa? Dime la verdad ¿te sientes mal?- tartamudeó un poco distraída, sentándose al lado de su esposo con una mirada de preocupación.

Un enorme suspiro salió de sus labios, cerró los ojos y se quedó pensando un poco, como meditando para saber las palabras correctas, después giró la cabeza para mirar a su esposa tiernamente, le sonrió en forma animadora y le dio un beso en la frente –Es solo que siento que el tiempo se me esta agotando- susurró- perdóname por asustarte, pero yo estoy más asustado ahora- Las lágrimas de su esposa no pudieron esperar a salir desesperadamente de sus ojos, no sabía que decir, era como si le hubieran sacado todo el aire, no podía respirar, su cuerpo se sentía nervioso, lo único que pudo hacer fue abrazar fuertemente a su esposo y susurrarle que no se preocupara, todo iba a estar bien, cuando en realidad sabía que nada de lo que le decía era cierto ¿Cómo iba a vivir ella sin él? No se imaginaba la vida sin él, todo era un desastre en la cabeza de Michelle.

-¿Desde cuando te sientes mal? ¿Por qué no me dijiste nada?

-Hace poco menos de un mes, ya ni siquiera puedo leer bien mis manuscritos, mi vista es un desastre, no quería preocuparte, ni preocupar a Luna, por favor no le digas nada a ella. A lo mejor ya no me quede mucho, quiero decirte que eres alguien maravillosa, que pudiste cambiarme y eso ya es mucho que te agradezco cada día a tu lado, porque no hubo día en el que no me sintiera inmensamente feliz a tu lado, que te amo y que nunca amé a nadie como tu, eres mi mujer perfecta, gracias por todo Michelle, gracias por haberme encontrado en el muelle, gracias por haber aceptado ser mi esposa...

-Ya no digas más- interrumpió- Saldrás adelante, ya pudiste mantener siete años, mantendremos muchos más, yo no se que voy a hacer sin ti. Te vas a reponer, te lo prometo, yo te ayudaré en todo lo que pueda, pero por favor, no te rindas, no me dejes ¿Si?

-Michelle... esta es la recta final, yo lo sé, se que vas a poder, eres extraordinaria en todo lo que haces, la vida sin mi no será gran cosa.- Replicó abrazándola aún más fuerte y le dio un suave beso que pareció de despedida, ambos se quedaron callados, mientras se abrazaban cada vez mas fuerte, minutos después entró su pequeña hija y los dos actuaron como si nada.

-Luna...

-mmh... ¿si papi?

-Te amo mucho- dijo su padre mientras la cargaba y acariciaba su cabecita con gran ternura, Michelle se les quedo viendo, sentía las lágrimas recorrer sus ojos, no pudo hacer nada más que envolverlos a los dos en un gran y caluroso abrazo, sabía que este podía ser el último abrazo donde estarían los tres juntos.

reciéԔ2

The secret of my life.Where stories live. Discover now