Capítulo 4

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Tocaron la campana, eso significaba que era hora del receso y luego de lo sucedido esta mañana, no estaba muy segura de que la idea de salir del salón fuera buena. Además, no había visto a JungKook por la mañana, por lo que supuse que quizás no asistiría hoy y rogaba que no fuera por causas graves. Sí, a pesar de solo habernos conocido hace dos días y haber tenido una discusión apenas nuestra amistad comenzó, me sentía preocupada por él.

Bien, definitivamente hoy sería una día extremadamente aburrido. Estaría sola y sin compañía como siempre y esa no fue lo que planeé en cuando entré en esta nueva escuela. Solo quería amigos y dejar de estar sola como antes, sumergida en la música o enterrando mi nariz de lleno en los libros. Esa no era la vida escolar que quería, ya estaba aburrida de sentirme marginada.

Tiré de mi cabello hacia atrás en un impulso nervioso y por fin luego de debatir mucho, me atreví a salir del salón sin prestarle mucha atención a mi entorno, pero no pude ignorar cuando la gente comenzó a murmurar cosas sobre mi persona y detenerse a observarme. ¿Todo eso era por lo qué había sucedido en la mañana? Solo fue una patada en la entrepierna a un chico. En mi defensa, fue por defensa propia.

Busqué mis auriculares en mis bolsillos y luego mi teléfono para colocarme estos y encendiendo mi lista de reproducción, simplemente seguí con mi camino, con esa cara de perro rabioso nuevamente; me sentía vulnerable otra vez, muy vulnerable.

—¡Te estoy diciendo que te detengas por la mierda! —esa voz traspaso hasta la música que emitían mis audífonos.

Me volteé notando como todos quienes estaban en el pasillo se apegaban a la pared y casilleros dejando el paso completamente libre a tres chicos de miradas apagadas que se dirigían hacia mí a paso firme y acelerado. Esto no me daba buena espina. Lamí mis labios y quitando uno de mis audífonos, alcé la mirada una vez los tuve en frente. Entre ellos podía divisar la cara de quién había golpeado esta mañana, apreciando sus perfectas facciones neutras. Siquiera había notado que era así de guapo.

—Te dije que debías besarme los pies cuando te lo pedí de buena manera. —habló el de voz profunda, el mismo que había golpeado en la mañana—. Nos contó una buena fuente que eres nueva aquí y que parecías querer tener que ver con el patético, JungKook.

Al escuchar su nombre parpadee un par de veces rápidamente centrando mi atención plenamente en él, ¿por qué habían mencionado a JungKook? ¿qué tenía qué ver mi altercado con él?

—¿Esa rata lame pijas? —un chico que tenía rostro de ángel se unión animadamente a la conversación—. ¿Es por ella qué lo molimos a golpes por la mañana?

Me quedé estática ante su declaración y tragando duro me quité el otro audífono faltante de un tirón, miré a quién había pronunciado las últimas palabras. Definitivamente les daría más de una patada en las bolas a todos si lo que decían era verdad.

—¿Qué ustedes hicieron qué? —la ira y enojo era más que evidente en la tonalidad de mi voz.

—¿Qué? ¿estás preocupada por él? Debiste pensarlo antes de meterte con Kim TaeHyung. —su voz gruesa me hizo mirarle justo en cuando esté se inclinaba hacia mi y al ver mi expresión lastimera, sonreía de costado—. Anda, tienes un lindo regalo en el patio trasero. —hizo un gesto con la cabeza.

Le dí una mirada llena de sentimientos que solo reflejaban repudio y sin más, corrí hasta el patio tratando de ubicarme en aquel instituto. ¿Dónde mierda estaba el patio trasero? Solo había llegado hace dos días, no sabía absolutamente nada de este instituto.

Desesperada, corrí por donde creí que podía estar el lugar que quería encontrar, llevándome con la sorpresa de que acerté ya que pude visualizar el cuerpo de JungKook sentando en el piso, con la espalda apoyada en la pared; su pierna derecha estaba doblada hacia su pecho y su pierna izquierda, recta. Su uniforme estaba hecho un asco y solo eso podía ver desde esta distancia. Me acerqué lentamente, tenía una que otra herida en sus manos y rostro. Su cabello estaba muy alborotado y con uno que otro mechón de cabello mucho más corto que el otro, al parecer le habían cortado el cabello. Dí unos pasos más hasta tenerlo en frente, tenía los ojos rojos y hinchados producto de las lágrimas que ahora, aun salían por sus ojos, y sus lentes, estaban quebrados en su mano derecha.

No, esto no era lo que yo quería en absoluto. Me inque rápidamente frente a él, llevando una mano a su mentón con cuidado, totalmente exaltada. Esto no era justo en ningún ámbito, si querían lastimar a alguien debía ser yo, no él.

—Ellos dejaron un mensaje para tí.—dijo entrecortadamente, producto de las lágrimas.

Suspiré profundamente ante las palabras de JungKook, intentando contener mi ira y culpabilidad, aúnque las razones para golpearlo fueran totalmente absurdas, era mi culpa después de todo.

—JungKook, lo siento mucho y-...

—“No golpeamos señoritas, solo por eso él la tomará por tí, pero debes controlar esa actitud o dejarás de serlo frente a nuestros ojos” eso dijeron. —me interrumpió y yo solo pude suspirar.

—¿Memorizaste sus palabras? Jeon, no tienes porqué guardar estupideces en tu retina, no vale la pe-...

—Me alegro de haber recibido la golpiza en tu lugar, no me gustaría ver que alguien más es el blanco de todo esto. —sonrió lastimosamente y yo solté mi agarre sobre él antes de verlo bajar la cabeza—. Supongo que todo bravucón necesita de un estúpido más débil como yo, ya he sido destinado y etiquetado de esta manera.

Contuve la respiración ante sus palabras, exhalando en cuando dijo las últimas. ¿Cómo podía pensar de esa manera? ¿cómo podía hacerse tan en menos a si mismo? No, tenía que sacarlo de esto y enseñarle que hay un camino más que solo resignarse a que te golpeen y te hagan sentir inferior. Todos podemos salir de ahí.

—Lo siento, lo siento mucho. —fue lo primero que pude decir antes de lanzarme sobre él, abriéndome paso entre las piernas del ajeno y rodeandolo con mis brazos por el cuello—. Lo siento tanto, lo siento muchísimo JungKook —lo apreté un poco enterrando mi rostro en mis propios brazos—, no volverá a suceder, discúlpame, no volverá a pasar. Te sacaré de esto, te lo prometo JungKook.

JungKook se quedó estático y pude sentir como dejó de respirar, ¿había aplicado mucha fuerza? No quería matarlo. Me separé de él preocupada, con los ojos picando por dejar algunas lágrimas salir, la situación realmente me entristecía aunque quisiera hacerme la fuerte ante él y entonces pude divisar un adorable sonrojo en sus mejillas. JungKook parecía estático y confundido en cuando me miró fijamente a los ojos y enseguida desvío la mirada. Era muy adorable como para tener tantas heridas en el rostro.

Dejé unas lágrimas salir finalmente, sonriéndole con dulzura y volví a abrazarlo sintiendo como movía sus manos y pies con evidente nerviosismo. Él definitivamente era demasiado bueno y adorable para ser real, él sin duda era un caso muy especial.

Apoyé mi mejilla en uno de sus amplios hombros notando recientemente lo grandes que eran estos y rocé mi nariz contra su cuello, percibiendo que nuevamente dejaba de respirar y ahora sus orejas tomaban una diferente tonalidad.

Tan adorable, mi pequeño cachorrito.

Editado.

Mi mascota; JJK (en edición) Where stories live. Discover now