Secretos de Familia

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- Dame Esencia de murtlap Narcissa, por favor. - le dijo Severus a la rubia mujer.

Narcissa se lo tendió nerviosa mientras sujetaba con dulzura la cabeza de la joven inconsciente. Snape cogió parte de la esencia y, con un cuentagotas, echó tres gotas en la boca entreabierta de la joven. Narcissa se lamentaba continuamente al ver el estado en el que se encontraba aquella mujer tan bella que le recordaba tanto a su prima.

- Se parece tanto a Eleonora... - dijo apenada.

Severus asintió y siguió manejando pociones. Se acercó al brazo de la joven y retiró el jersey que lo cubría. La Marca Tenebrosa iba desapareciendo poco a poco. Suspiró aliviado y miró los ojos grises de Narcissa. Se dirigió a la mesa donde tenia las pociones y volvió a coger en el cuentagotas parte de la poción Ojos Abiertos para despertarla. La joven abrió los ojos sin saber muy bien donde estaba y miró a Narcissa.

- Señora Malfoy... - dijo extrañada.

- Cariño, llámame Cissy. - le dijo dulcemente.

Darcy se levantó asustada, miró la mazmorra donde se daba pociones en la que estaba y se miró el brazo vendado. Luego miró a Severus Snape y de nuevo a su brazo.

- ¿Qué me está pasando? ¿Qué hago tumbada en esta mesa?

- ¿No te acuerdas de nada? - le dijo Cissy acariciando su castaña melena.

- Si que me acuerdo. Recuerdo que comenzó a dolerme el brazo y me desmayé.

Miró  a su profesor, quien echaba en un pequeño frasco con cuentagotas una poción echa a base de Antídoto para Venenos Comunes, Poción Calmante y Esencia de Murlap.

- Ten esto. Cada vez que te duela el brazo tómate tres gotas. No lo desperdicies. - le dijo de una manera muy amable para Darcy.

Darcy asintió mirando el frasco temblorosa.

- ¿Estoy enferma? - preguntó Darcy gimoteando.

- No cariño, estas bien. Confía en mí. - dijo Narcissa.

Darcy la miró a los ojos indecisa. Era la madre de su novio y la prima de su madre. Sus ojos no solo le recordaban a los de su novio, sino que también se parecían mucho a los de su madre que, pese al vago recuerdo que tenia de ellos, los recordaba a la perfección. Narcissa le proporcionaba una sensación muy maternal. Se sentía más protegida que nunca con ella.

- Está bien... ¿Qué hora es? - preguntó al ver oscuridad a través de las vidrieras de la mazmorra.

- Es hora de cenar. Diles a tus compañeros que estabas con los aurores. - dijo Snape. - Aparécete en el GC y cena tranquila. Todo estará bien.

- Gracias profesor. - dijo Darcy antes de aparecerse.

- Ah y, señorita Healey, no le diga al Señor Malfoy que su madre ha estado aquí.

Darcy miró a Narcissa esperando su aprobación. Esta asintió y Darcy se desapareció.

Se apareció en la puerta del GC con normalidad pese a que el miedo le comía por dentro. Se acercó a sus amigos que todavía no habían empezado a cenar y les dijo lo que Snape le había mandado. Todo parecía estar bien. Cenó tranquila, charló con sus amigos y después se subió a su cuarto a descansar.

La habitación estaba oscura y fría. El invierno se iba notando en Hogwarts poco a poco. Se puso el camisón de invierno y se metió en la cama tapándose hasta la barbilla con las sábanas. Habló con Hermione  durante unos minutos hasta que la oyó dormir profundamente y sacó el libro de los fundadores que se estaba leyendo. No llevaba más de dos minutos cuando una voz le interrumpe. Pero esa voz no provenía de ninguna de las chicas que dormían con ella, sino de su cabeza, de su mente, de su novio.

- ¿Dar? ¿Dar, puedes oírme?

- Sí, te oigo pero, ¿cómo? - le contestó en su mente.

- No me lo puedo creer. Pensaba en ti e intenté conectarme contigo. Parece que lo he conseguido.

Darcy se sonrojó al oír que Draco se acordaba de ella aunque no se viesen como antes.

- Sí, lo has conseguido Drac. Tu legeremancia cada día me sorprende más.

- A mí también, te lo aseguro. - le contestó Draco muy cansado.

- ¿Estás bien? Ya no nos vemos como antes...

- Ah, si... solo estoy cansado.

- Draco, soy tu novia... sabes que puedes confiar en mi.

Darcy, durante unos instantes, no obtuvo respuesta.

Del otro lado del castillo, en una de las habitaciones privadas de Slytherin, Draco estaba tumbado boca arriba en su cómoda cama con el pijama remangado en su brazo izquierdo dejando la Marca al aire. Quería contárselo, necesitaba de su ayuda para salir de la pesadilla en la que estaba. Pero algo le frenaba. No quería que sufriera, no quería que se enterara del armario evanescente que había en la Sala de los Menesteres, no quería que se enterara de que su misión era matar a Dumbledore. Una lágrima resbaló por su mejilla rebelde y se la quitó con rabia. No dejaría que Voldemort les separara. No ahora.

- Lo sé Dar, tranquila. ¿Quieres que nos veamos mañana después de desayunar durante la hora libre en la Torre? - le contestó finalmente.

- Vale, me pare bien. Mañana es nochebuena y Harry y Hermione me ha dicho que Slughorn ha organizado una fiesta y que ni Ron ni yo estamos invitados así que si quieres nos vemos durante la fiesta. Se que a Ron no le importará. - dijo Darcy algo más animada.

- Em, he quedado con Crabbe para hacer un deber de prefecto yo... - se excusó Draco.

- No te preocupes. Le debo a Ron una partida de naipes explosivos así que...

Draco sonrió en su cama apenado. Le debía algo al pelirrojo por cuidar a su novia cuando en no podía. Y poco a poco se les fueron cerrando los ojos de cansancio. Darcy notó que su novio se estaba quedando dormido rápidamente y sonrió imaginándole dormido dulcemente.

- Descansa mi príncipe de las serpientes. - le dijo Darcy antes de quedarse dormida.

Pero Draco no lo escuchó porque ya dormía profundamente agotado pensando en su princesa y en como protegerla. 





Corazón de Profecía (Draco Malfoy & Darcy Healey)Where stories live. Discover now