Capítulo 14: Cuando el Pasado Regresa.

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-Entonces regresare en dos horas - dijo Pip a sus compañeros, parado al lado de Damien.

-Deberías tomarte todo el día - dijo Charlotte al lado de Butters en la registradora.

-No es necesario, no nos llevara mucho tiempo - aseguro el rubio inglés.

-Nos encontraremos en el restaurante de su hotel, no está muy lejos de aquí, lo regresare en unas dos horas- hablo Damien, acercándose a su pareja y tomándolo por la cintura.

-Jejeje muchas gracias de nuevo por haber llevado a Maddie a la escuela, Damien - dijo Butters cubriéndose la boca con el dorso de la mano.

-No hay problema, no es ninguna molestia - aseguro el pelinegro hablando de aquella manera seria que acostumbraba.

-Bueno, entonces ya váyanse tortolos - dijo Charlotte haciéndoles señas con las manos para que se fueran - nosotros nos encargaremos del negocio -.

Pip sonrió un poco sonrojado y tomo el brazo de Damien. Ambos se despidieron una vez más y salieron del local.

La canadiense miro a su amigo con una sonrisa divertida y éste le correspondió con una amigable. Intercambiaron unas cuantas palabras antes de poner en marcha el trabajo con los primeros clientes.

Ese día la pareja tenía un desayuno/almuerzo muy importante con el padre de Damien, quien los visitaba por primera vez desde que la pareja se comprometió y era obvio que se tomarían su tiempo con el peculiar hombre.

Butters observo el reloj en la pared luego de una hora de trabajo. Charlotte se estaba ocupando de las mesas y él se quedo sólo con la registradora. Le parecía un día tranquilo, hasta que escucho un trueno desde el cielo. Parpadeo un poco para volver en sí, se alejo de la registradora y camino hacia la puerta, tomo la parilla y abrió la puerta para salir.

El cielo se había vuelto gris y la mañana se había vuelto oscura, las gotas de lluvia no tardaron en caer. Una pequeña gota cayo en su mejilla al tener la cabeza levantada con dirección al cielo; por alguna razón, el agua de aquella pequeña gota la sintió demasiado fría, demasiado para ser sólo una pequeña gota.

La lluvia se soltó y el rubio volvió a entrar al local. Se limpió la pequeña gota con el dorso de la mano y se encamino a su puesto de trabajo, donde estaba una chica recargada.

-Hola señor Stotch - saludo la chica morena.

-Hola Lissa - saludo con una pequeña sonrisa nerviosa - no hay necesidad de que me digas señor, puedes llamarme Butters - dijo amigable, se sentía incomodo de ser tratado como alguien superior.

-Lo sé, ya me lo ha dicho, pero usted es el jefe y me siento un poco incomoda - respondió la chica con expresión similar a la que había tenido el chico.

-De acuerdo, dejémoslo así - dijo en un tono divertido - ¿tomando un descanso? -.

-Sí, los últimos cupcakes están en el horno - dijo tranquila y miro la lluvia atraves de las ventanas - parece que hoy vendrá mucha gente -.

-Eso parece - comento haciendo lo mismo.

Los ciudadanos de Seattle estaban acostumbrados a las lluvias constantes y al clima frió que estás provocaban, pero no por eso no iban a buscar quitarse la sensación de frió, por ello la mayoría de ellos, tanto trabajadores como estudiantes, acudían a cafeterías y locales como White Lily para sentarse y tomar un calido café o un dulce té. Por lo tanto los días con lluvia eran cuando más clientela tenían.

Mi Pasado, Nuestro Futuro - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora