Casey | Acto 3

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La pequeña niña estaba dibujando en el piso del templo de Acuario, en especifico, el estudio de Dégel, quien veía a Casey mientras leía un libro, observaba con curiosidad a la chica, quien solo dibujaba a sus padres junto a ella.

- Casey, ¿como es tu mamá? Digo, física y emocionalmente.- Acuario realmente estaba muy curioso, ¿que mujer en su sano juicio se casaría con Manigoldo, o mínimo aceptaría tener una familia con él? Muchas teorías cruzaban su mente mientras la pequeña pensaba bien sus palabras a decir.

- mi mami tiene una belleza incomparable, más que nadie en el mundo, es muy gentil y valiente, no se deja de nadie, nos ama mucho a mi papito y a mí, incluso dijo ser capaz de matar por nosotros.- sonreía a lo grande, no mentía, a quien describía era a Albafica, sólo que cambiaba los términos de género.

- ya veo, me alegra que seas feliz con tu mamá, me imagino que es quien más te cuida, Manigoldo es un Caballero Dorado y sabe las consecuencias se serlo.- volvió a su libro, respetando la privacidad de Casey, quien sonrió.

- los dos cuidan mucho de mí, son muy buenos padres.- volvió a su dibujo, manteniéndose en silencio, eso acababa de ser la peor mentira que hubiera dicho, en definitiva.

- ¡llegamos! ¿¡Donde esta mi angelito hermoso!?- gritaba la voz de Manigoldo, quien apenas entraba a Acuario cargando la Pandora Box de Cáncer, seguido por Albafica, quien cargaba a Piscis.

La niña fue corriendo a su padre, quien la abrazó mientras reía.

- gracias por cuidarla, Dégel.- habló Albafica, Acuario solo afirmó con la cabeza.

- no hay de que, es una niña muy tranquila, no hubo problema alguno.- fue lo último que dijo, pues sus compañeros ya se habían ido de su templo.

Volvieron a Cáncer, donde Manigoldo comenzó a jugar con Casey mientras Albafica reía por tan hermosa escena.

- papito, te tengo que pregunta que hacerte.- dijo la niña emocionada, mientras que sus padres estaban intrigados ante esa frase.

- ¿que pregunta, mi vida?- preguntó Manigoldo sentándose en el piso, su pequeña hizo lo mismo frente a él, la pequeña sonreía de palmo a palmo.

- ¿como se hacen o de donde vienen los bebés?- preguntó emocionada, observando como ambos padres se morían de la vergüenza ante esa pregunta, la menor estaba muy confundida, para ella, no había preguntado nada malo.

- de donde vienen los bebés...- murmuró Cáncer mientras pensaba, lo único que le vino a la cabeza ante tal pregunta, era la desenfrenada noche de pasión que tuvo con Albafica antes de que éste le avisara que Casey iba a nacer, pero esa no era una respuesta que pudiera darle a una niña de seis años.

Albafica no había dicho nada, él estaba en blanco, no tenía palabra para explicarle eso a su pequeña, solo pensó en la típica excusa de: "eres muy joven para saberlo", pero una frase de su amante lo interrumpió.

- los bebés nacen cuando dos personas se demuestran que se aman en serio.- habló cual padre sabio, dejando a su pequeña asombrada ante esa respuesta, incluso a Piscis lo sorprendió.

- ¿en serio?- la niña estaba muy curiosa ante el tema, mientras que su mamá tenia ganas de golpearse la cara haciéndose la misma pregunta.

- cuando dos personas se aman demasiado, y las dos están en total entrega a ese amor, es posible que tengan un bebé, pues es la mayor prueba de eso.- explicaba con leves ademanes con sus manos, mientras que Casey lo veía con ojos esperanzados, creía en las palabras de su papá.

- ¿eso es cierto, mami?- preguntó viendo a Albafica, quien se puso rojo de la pena por haber sido incluido a la conversación, solo suspiró y desvió la mirada.

- s-si... algo así...- sonrió muerto de nervios, realmente no se esperaba que Manigoldo le respondiera de esa forma a su hija, quien volvió a sonreír.

- entonces ustedes deben amarse muchísimo.- concluyó alzando los brazos, Manigoldo se levanto cargando a Casey, para acercarse a Albafica, quien acarició el rostro de su inocente hija.

- por supuesto que si, no lo dudes.- Manigoldo sonrió a lo grande mientras estrujaba un poco a su hija, quien rió.

Caída la noche, en Piscis, como la pequeña Casey estaba dormida en Cáncer, Manigoldo fue a ver a Albafica a solas, lo que empezó como una seria platica de que hacer la semana que debían esperar a Gioca, terminó siendo algo más, Cáncer tenia acorralado a su amante entre la cama y su cuerpo, besándolo con ferocidad, una de la cual Piscis apenas y podía defenderse.

- Ma-Manigoldo.... e-espera...- lo tomó de los hombros para alejarlo un poco, solo obtuvo un gruñido por parte del más alto, quien en castigo, pegó más sus cuerpos, y descendió a su cuello, repartiendo besos, mordidas y lamidas por todas partes, Albafica se mordía los labios ante ese tacto.

Albafica necesitaba decirle algo, así que tomo fuerzas, y encendiendo un poco su cosmos empujó a Manigoldo, quien se quedo confundido ante tal acción, Piscis desvió la mirada entre apenado y molesto, Cáncer supo de inmediato que algo andaba mal.

- ¿Albafica?- fue lo único que se digno a preguntar, el contrario suspiró, para verlo al rostro.

- Manigoldo, no podemos hacer esto.- fue lo único que dijo, por dentro de moría del coraje y la pena.

- ¿por qué dices eso?- Manigoldo estaba sorprendido, eso jamás había pasado, Albafica se levanto un poco, solo para besarle los labios con ternura.

- no mientras Casey este aquí, no quiero ponerla en peligro... ella no se merece que la tachen por nuestra culpa, espera unos días más, sabes que lo que nos pase a nosotros no me importará...- fue interrumpido por un beso, al separar sus labios ambos sonrieron.

- esta bien, por ella, sé que nosotros podremos aguantar el castigo que sea... pero tienes razón, solo hay que esperar cuatro días más.- se levantó de la cama.

♋ Ocean Love ♓| ManiAlba Shitpost.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora