♋ Ocean Love ♓| ManiAlba Shitpost.

Evita la tragedia

- ¡Espinas Carmesí! - gritó Albafica al ritmo que atacaba a su enemigo, quien se cubrió utilizando las alas de su Sapuri.

- ¡tonto, las Espinas Carmesí no pueden dañarme! - respondió Minos, queriendo humillar al hermoso Guerrero, quien estaba dando todo de sí mismo para ganar.

Shion cuidaba a Ágata con su cuerpo, pero sentía impotencia, no poder ayudar a un colega, era frustrante, así, que hizo algo que nadie se hubiera imaginado.

- ¡Revolución de Polvo Estelar! - gritó al ritmo que soltaba a la niña, manteniéndola detrás de él, los cometas que lanzo golpeaban la Sapuri, rompiendo la guardia de Minos.

Las Espina Carmesí y la Revolución de Polvo Estelar golpeaban a Minos gracias a ese movimiento sorpresivo por parte de Aries, quien estaba orgulloso por lo que había logrado.

Ambos Santos iban de regreso a las Casas Zodiacales, los aldeanos de Rodorio no tardaron en darle las gracias a Albafica por protegerlos pese a sus heridas, y a Shion, por impedir la muerte de Piscis.

Apenas llegando a Aries, los dos Santos vieron a Manigoldo bajar corriendo como podía, tenia suerte de que los pies no se le hubieran metido entre las piernas, en el último escalón, un brinco y se lanzo sobre Piscis, cayendo los dos al piso, uno riendo de alegría, el otro gruñendo por dolor y vergüenza, pues más de uno los veían, entre ellos Ágata y el mismo Shion, quien no hizo más que desviar la mirada para que su primo recibiera a su novio como quería.

- Manigoldo, bajate, pesas. - se quejó Piscis, mientras manoteaba, pero sus manos fueron detenidas por Cáncer, quien las quitó de su camino para darle un beso en los labios, dejando en shock a todos.

Albafica lo dejó terminar, solo porque sabía que Manigoldo adoraba que se hiciera el difícil, y si seguía de necio, conseguiría que Cáncer se emocionara. Apenas acabo el beso, ambos se vieron a los ojos un momento en silencio.

- lo lamento, creí que no sería capaz de ayudarte... apenas bajaba de Cáncer para evitar que algo te pasará... - susurró, acariciando la mejilla de Piscis, quien sonrió ante esa tierna explicación.

- deja de tocarme tanto, tengo sangre por todas partes, si la tocas podrías enfermarte como la otra vez. - le advirtió de buena manera, a diferencia de otras ocasiones.

Como Manigoldo tenía cierta resistencia al veneno, cargo a Albafica hasta Piscis, agradeciendo antes a Shion por evitar una tragedia, rápidamente lo metió en la bañera, para que pudiera quitarse la sangre que cubría su cuerpo, pero Manigoldo se mantenía cerca, el cuerpo de su novio estaba delicado, así que podía colapsar en cualquier momento.

- deberías tener más cuidado, pude perderte hoy. - susurró Manigoldo preocupado, observando a Albafica desde la puerta de la bañera, Piscis sonrió con cierta vergüenza ante ese comentario.

- es verdad, lo lamento, supongo que fue algo imprudente e impropio de mí. - se encogió de hombros admirando al mayor, quien sonrió.

- no te preocupes, sólo no vuelvas a asustarme así, y no te extralimites. - se acercó a él para acariciarle el cabello de forma gentil.

Albafica quitó la mano de Manigoldo de su cabeza, para tomarlo del cuello de su camisa y besarlo, ya no tenía sangre expuesta, y gracias a Cáncer, comprobó que su saliva no era venenosa, así que besarlo no le daba pena.

Manigoldo correspondió el beso, donde ambos mostraban la necesidad de uno por el otro.

- te amo, como no tienes idea. - susurró Manigoldo, separándose un poco de los labios de Albafica.

- también te amo, y demasiado. - le abrazó el cuello, con la intención de que Cáncer no se alejara de él, no mientras podía sentirlo todavía.

Ese día casi muere, casi deja a Manigoldo solo, y no le preocupaba que tuviera que pelear, Cáncer sabia defenderse, el problema es que si moría, Manigoldo cobraría venganza, y un enemigo, Espectro o lo que sea, era muy diferente a un dios.

Y el peor miedo de Albafica era que Manigoldo muriera por vengarlo al levantar su mano contra la muerte misma.