♋ Ocean Love ♓| ManiAlba Shitpost.

♋ Misterio ♓

Define "misterio".

Manigoldo de Cáncer, eso respondió Albafica una vez le preguntaron.

La orden quedó asombrada ante su respuesta, era una de las pocas veces donde Albafica se única a una conversación y la afirmación impactó a todos, pero se ahorraron comentarios, menos mal Cáncer no estaba ahí.

Para Albafica, Manigoldo siempre fue alguien misterioso, doble cara, e impredecible, y eso le daba un aura de cinismo enorme, pero atrayente.

Él tenía 16 años cuando obtuvo su Cloth de Piscis, y le dieron la orden de proteger el 12vo Templo, pero aquel hombre llamaba su atención gracias a su místico porte.

Solo le observaba de vez en cuando, curioso y hambriento por saber quién era ese hombre y a que se debía su comportamiento, que no era digno de un Santo Dorado, en ningún sentido.

Pero todo empeoró cuando a ese hombre lo mandaron con Virgo a cerca misión muy extraña.

Manigoldo dejó sus burlas irónicas y comentarios mordaces para volverse grosero, en todo el contexto de la palabra, ni siquiera Kardia le soportaba, algo había pasado.

¿Qué había pasado entre Asmita y Manigoldo para que Cáncer quedara así?

Virgo se veía totalmente igual, así que seguramente fue su culpa.

Albafica unía cabos, dispuesto a entender ese misterio.

— Pasaré por Piscis, Albafica. — la rasposa voz de Manigoldo inundó su templo, observándole detenidamente.

— ¿Irás a ver al Patriarca? — cuestionó, curioso. Ese comentario no hizo gracia a Manigoldo.

— ¿A qué otra cosa iría hasta la cima de la Colina Zodiacal, eh? — se cruzó de brazos, irritado.

— Has actuado raro últimamente... simplemente pensé que podía pasar algo. — se sentía algo intimidado, no entendía el porque.

— ¿"Raro"? ¡¿De qué carajos hablas?! ¡Soy el mismo de siempre! — eso sí fue gracioso, o al menos para Cáncer.

— Te ves misterioso, es extraño en ti, por como eres y actúas. — agregó, algo ofendido por la risa de Manigoldo.

— Así que estoy "misterioso", no sabía eso. — reía en voz baja, para volver su vista a Albafica.

Lentamente se acercó a él, para verle directamente al rostro, pero ahí no se detuvo. Fue cortando más distancia, el ambiente se hizo pesado, Albafica podía sentir la respiración de Manigoldo tan cerca de él que le quemaba, era una tensión increíble.

— Si siendo "misterioso" obtengo tu atención, me vendría bien serlo más seguido. — se burló, para irse de ahí a su destino inicial.

Albafica quedó helado, ¿Qué había sido todo eso?

Manigoldo se había salido con la suya y podía notar que aquel hombre lo sabía, pues alcanzaba a oír su canto a poca distancia.

Suspiró, frustrado.

Manigoldo era un misterio, y entender que pensaba era imposible, en definitiva...

Pero, tal vez, sería divertido tratar de resolver ese "misterio" tan encantador.

|| Nota:
Lamento que sea tan corto, pero lo compensaré con dos actualizaciones.