Tumbas

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Santuario de Athena.
Atenas, Grecia.
Año: 2050.

- aquí no me encontrara. - pensaba el joven de cabellos negros y ojos café de piel acanelada, quien corría en el mausoleo del Santuario, mientras miraba ligeramente para atrás. - Gala, Shiba y Shiro jamás se imaginarían que vine aquí. - reía en voz baja.

Estaba jugando a las escondidas con sus hermanos, estos seguramente lo buscarían en el Templo de Cáncer, que le correspondía cuidar, pese a que apenas era mayor de edad, gozaba de esos juegos, pues desde que comenzó su entrenamiento no había podido gozar de esa paz tan tranquila en mucho tiempo.

Corrió por el cementerio, intentando esconderse entre las lápidas que estaban ahí, pero algo llamó demasiado su atención, casi al filo de esa parcela, había tres tumbas, a las cuales se acercó, los maceteros que tenían a sus costados estaban vacías, dentro solo había polvo, sacándole una mueca al muchacho, quien se arrodillo frente a ellas, importándole poco el manchar sus ropas de entrenamiento.

- ¿que clase de monstruo no le deja flores a sus seres caídos? Esas macetas pareciera que nunca tuvieron ningún regalo, yo siempre le dejo un detalle a mi maestro en el aniversario de su muerte. - gruñía para si mismo, le quitó el polvo a las letras talladas que tenían, para leerlas. - parece que los tres eran caballeros dorados como yo... dos del mismo signo, entonces deben ser mis antecesores. - sonrió con cierta alegría. - el señor Fanne jamas me habló de ellos.- estaba muy interesado por su descubrimiento.

"Manigoldo, Caballero Dorado, Cáncer"
"Deathmask, Caballero Dorado, Cáncer"
"Albafica, Caballero Dorado, Piscis"
Era lo que pudo leer de esas lápidas.

- es curioso, creo que si había algo de ellos en el templo de Cáncer. - murmuraba sin moverse de esa posición, hasta que unos apresurados pasos llegaron a sus espaldas, haciéndolo voltear.

- ¡te encontramos, hermano!- gritó una pequeña quinceañera de cabellos morados y ojos azules, vestida con una linda túnica blanca, quien corrió hacia él.

- Gala, ¿y ese milagro que Shiba no te sigue?- sonrió en forma de burla el mayor, la chica rió en voz voz baja.

- Shiba esta más atrás, me adelante para buscarte, ¿que haces aquí escondido? Pensé que elegirías un lugar más oculto. - habló Gala observando las lapidas detrás del chico.

- pues me encontré con estas, fue algo extraño, están muy juntas.- las señaló mientras narraba, su hermana lo veía atenta.

- no debe ser casualidad que hayas llegado, digo, ahí dice que dos eran Caballeros de Cáncer, igual que tú, pero... parece que las han olvidado.- miró a los lados, como buscando una ofrenda a los difuntos.

- puede ser, bueno, vayamos a buscar a los demás. - le sonrió, ambos se fueron agustamente de ahí.

Solo días después, el mismo chico regresó, vestido con una armadura dorada, se quitó la tiara de patas de cangrejo y se arrodillo, para dejar flores en las macetas de cada tumba, sonriendole a las tres.

- Shiba dijo que esto era tonto, pero si nadie les ha dejado nada, entonces yo lo haré, nadie merece ser olvidado... si encontré algo de ustedes en los viejos libros que Gozu tenía de los templos, según el diario de Cáncer, usted señor Manigoldo, era pareja del señor Albafica, y parece que este chico, el señor Deathmask, fue un valiente guerrero que luchó contra Hades en su época, dioses, que emocionante, ustedes tuvieron unas interesantes historias, se las comencé a contar a mi alumno, esta muy entusiasmado, ya desea volverse un Caballero, es tan tierno.- sonreía al ritmo que hablaba frente a las tumbas.

- ¡Gold! - gritó una joven voz, llamando la atención del muchacho, quien observó a un joven de cabellera blanca y ojos jade acercarse, este vestía con la armadura de Piscis.

- Shiro, ¿que haces aquí? - se levantó con cuidado, observando a su hermano.

- el maestro y Gala te están buscando, parece que algo va a pasar, necesitamos que vayas. - le puso algo de atención q las tumbas tras de Gold. - ¿que haces dejando flores a esos caballeros? - se acercó a verlas.

- todas las tumbas tienen flores, pero estas no, quería honrar su memoria, además, son los guerreros de nuestro signo, me parecía justo. - se cruzó de brazos observando las lápidas.

- eso es cierto, bueno, vámonos, despidete de tus antecesores. - se dio media vuelta.

- oye, también hay uno tuyo, despidete del señor Albafica. - señaló dicha tumba, el de cabellos blancos suspiró, para regresar y hacer una reverencia frente a la tumba de Piscis.

- ¿feliz? - el contrario sonrió, para irse ambos de ahí.

| No sé si esto merezca estar aquí, pero decidí subirlo porque me pareció tierno. Para quien no sepa, Gold y Shiro pertenecen a mi fic "SS: The Failed Dream", descendientes de mi OTP, espero les haya gustado |

♋ Ocean Love ♓| ManiAlba Shitpost.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora