Una humana para el alpha. (Fanfic Derek Hale)

maratón 3/4

Narra Emma.

-No puede ser, por que a mi?-. Pregunto al ver como la pequeña brisa que había hace unos minutos se convirtió en una fuerte lluvia.

Con resignación y completamente mojada decido seguir avanzando, pero después de unos pocos segundo del cielo cae un relámpago que alumbra por completo el bosque, provocando que tiemble del miedo.

Nunca me han gustado los relámpagos o truenos, si me gusta que llueva de hecho cuando llueve siento paz, pero los relámpagos y truenos son otra cosa.

Y para colmo ya no aguanto mis pies me duelen demasiado y creo que asta ya empezaron a sangrar, siento como me palpitante con cada paso que doy y no puedo evitar hacer una mueca o simplemente gritar del dolor.

Los minutos pasaban y lágrimas bajaban de mis ojos sin permiso, ya no aguanto más, mi cuerpo se está quedando sin fuerza, cada paso que doy mis piernas pierden su fuerza, e estado varias veces apuntó de caer por que se me doblan mis rodillas.

Ya no puedo, ya no puedo más.

Por un segundo quise desaparecer que todos esto terminará al igual que yo, que chiste tendría seguir viviendo si mi vida siempre sería un infierno, si así siempre se tratara mi vida, mejor para que seguir viviendo.

Que tonterías estas diciendo Emma, tu no eres una cobarde que se va a las cosas fáciles.

-Dios manda a la guerra a sus soldados más fuertes..-. Rescuerdo las palabras que siempre decía mi madre cuando llegaba llorando de la escuela por que los niños me melestan.

No te puedes rendir, no ahora.

Suspiro y lleno con aire limpio mis pulmones mientras me agachó y tomó una rama del suelo para utilizarlo como bastón, como un soporte para mi.

A paso lento pero seguro sigo caminando, la lluvia cada vez se intensifica más hasta que me es casi imposible ver mi camino.

Por no fijarme bien por donde camino tropiezo con una piedra y caigo al suelo.

Mi ropa se llena de barro al igual que mis brazos, rostro y pelo, terminó totalmente cubierta de barro, pero eso es lo de menos el agua que cae del cielo se encargará de limpiar me.

Al intentar para me un grito de dolor se escapa de mis labios al apoyar mi pie izquierdo en el suelo.

-No puede ser, que no se lo que estoy pensando-. Mencionó y vuelvo apoyar mi pie en el suelo y un gemido se dolor es lo que se escucha de mi parte.

Me siento nuevamente en el barro y corto un pedazo de tela del vestido y lo amarró con fuerza en mi tobillo, la tela la utilizó como venda, cuando creo que esta lo suficiente apretada tomó el palo que utilizó como bastón y continuo caminando lentamente.

[....]

Ya llevó casi seis horas caminando, ya no a de tardar en amanecer, siento que en cualquier momento mi cuerpo colapsara del cansancio, en cualquier momento mis ojos no tardarán en cerrarse por voluntad propia.

Mis pasos que eran firmes y seguros, ahora son reemplazados por pasos lentos e inseguros.

Mi tobillo ya no me duele tanto, yo creo que de lo hinchado que se encuentra se me durmió, también hace unas horas amarre unos pedazos de tela en mis pies para evitar que se lastimaran más de lo que ya están.

Lo único bueno es que la lluvia ya no es tan fuerte ahora se convirtió en una leve brisa.

Inconsientemente e empezado a llorar no se si podré salir de este bosque por más que camino no encuentro algo más que árboles, creo que asta he empezado a caminar en círculos o no se si ahí árboles iguales, no si donde estoy o para donde voy, ya no se nada.

Aveces pienso que me están buscando, pero no lo creo o sino ya me hubieran encontrado ellos han de ser mucho más rápidos que yo de eso no ahí duda.

Me froto el rostro con ambas manos y recargo mi cuerpo en el tronco de un árbol.

Sólo cinco minutos, nada más cinco minutos.

Me deslizó en el tronco asta quedar sentada y cierro mis ojos, sólo descansare cinco minutos no más, necesito descansar o sino mi cuerpo ya no aguantará más.

Cierro por completo mis ojos y enseguida caigo en un sueño profundo.

[....]

Me despierto exaltada al escuchar un aullido a lo lejos.

Miro a mi alrededor y puedo comprobar que ya amaneció.

No puede ser me dormí más de la cuenta.

Otro aullido se escucha, lo que provoca que me pare rápidamente y continúe con mi camino.

Estoy segura que son ellos y por lo que escucho no se encuentran tan lejos de mi.

Apresuro mi paso lo más rápido que me lo permite mi pie.

Cada minuto que transcurre los aullidos se escuchan más cerca.

Sigo caminando pero paró mi andar al escuchar las ramas romperse detrás de mi.

Con miedo volteo mi cara hacia atrás y entonces los veo.

Enfrente de mi se encuentran tres lobos enormes, uno de ellos se acerca a mi y me olfatea mientras yo retrocedo.

Mi sangre se hiela al escuchar un fuerte gruñido de su parte, puedo sentir como mi piel se eriza al tenerlo tan cerca.

Se acabo Emma te han encontrado.

Intento seguir con mi camino pero uno de ellos se coloca enfrente de mi impidiendo mi paso.

-Por favor déjeme ir-. Pido con un nudo en la garganta.

El me observa por unos segundos y después agacha su mirada pero sin quitarse de mi camino.

Y entonces las lágrimas se impiesan a derramar por mis mejillas al saber que no tendré escapatoria.

Después de varios minutos nuevamente escucho las ramas romperse pero más rápidamente, después ya no escucho nada.

Despegó mi mirada del suelo y entonces veo como de entre los árboles salen otros cuatro lobos más incluyendo lo a él.

Cuando mi vista encuentra sus ojos, las típicas maripositas se hacen presentes.

El me observa por unos segundos para después empezar se acercar lentamente a mi.

Mi pulso se empieza acelerar y mi nerviosismo aumenta considerablemente, en un acto por tratar de controlarlo empiezo a rascar las palmas palmas de mis manos con desespero.

Cada segundo que pasa lo siento más cerca de mi y finalmente se detiene cuando soy consiente de su respiración acariciando mi rostro.

En este momento me encuentro con los ojos cerrados incapaz de abrirlos, no los quiero abrir y verlo tan cerca de mi, no podré controlar mis emociones y me lanzar e a él para abrazarlo con fuerza.

La respiración se atasca en mi garganta al sentir como su respiración empieza acariciar mi cuello.