capítulo 31

149K 8.6K 1K
                                    

Siento tan relajado mi cuerpo, nunca he sentido esta paz desde que murió mi familia, nunca más me había sentido así, asta este momento.

Apriento mis puños en un acto de frustración, por que se, que lo que siento en este momento es por ella, me siento así por ella. Cuando amaneció ella entre mis brazos me sentí tan bien, me sentí comodo, en paz.

Hace unas horas vino el doctor para revisarla, y como sospechaba tenía principios de hipotermia, lo bueno que mi calor le ayudó bastante su cuerpo entró rápidamente en calor y su organismo empezó a funcionar adecuadamente. También le recetó unos medicamentos y mucho reposo. Ella aún se encuentra dormida, el doctor dijo que era normal, que su cuerpo aún se encuentra débil, que si no hubiera sido por mi ella hubiera muerto, el escuchar esas palabras del doctor sentí algo extraño en mi, no se como describirlo, pero sin duda fue algo que nunca he sentido.

Bebo el whisky que contiene mi vaso, inmediatamente el sabor a algo dulce se hace presente junto con ese escozor a causa del alcohol. Dejó el baso ya sin contenido encima de mi escritorio y continuo revisando los papeles que me llegaron de la empresa.

Las horas pasan y yo aún me encuentro en mi despacho. Dejó los últimos papeles en su lugar y decido ir a ver la manada.

Cuando abro la puerta de mi despacho un olor diferente llega a mis narices, agudizó más mi olfato y puedo reconocer a la perfección de quien se trata.

-¿Pero que hace ese imbécil aquí?-. Sin dudarlo me dirijo a la puerta principal y al instante de abrir las puertas su figura se hace presente.

Narra Emma.

Me remuevo un poco en la suave cama, siento mi cuerpo débil, intento pararme pero una fuerte punzada en mi cabeza hace que me vuelva a sentar en la cama, froto mi rostro con ambas manos para tratar de aminorar el dolor.

Quitó las manos de mi rostro y observó mi alrededor, la habitación ya está completamente iluminada, creo que ya es más de medio día.

Con zumo cuidado intento pararme nuevamente y lo logró pero el mareo no pasa desapercibido al igual que el pinchazo en mi cabeza. Obligó a mis pies a acatar mis órdenes y enseguida se dirigen al baño, abro el grifo del lavado y junto mis manos para que el agua se acumule y enseguida me enjuaguo el rostro con ella, lavo mis dientes y tomó una toalla del estante y seco mi rostro.

Salgo del baño y observo mi alrededor, ahí diferentes cosas que no recuerdo que estuvieran aquí antes de dormir, sólo recuerdo lo mal que me sentía y el tremendo frío que consumía mi cuerpo entero.

Ignoro esas cosas y abro las ventanas para que el aire frío entre a la habitación para que se ventile un poco.

Intento inhalar el aire fresco pero inmediatamente un picor se apodera de mi pecho obligándome a toser con fuerza causando que mi pecho duela. Cierro la ventana enseguida y me dirijo a tomar un poco del agua que contiene la jarra que se encuentra en el pequeño buró a lado de la cama.

Bebo el contenido del vaso asta que el escozor se desvanece por completo, pero no puedo decir lo mismo del dolor en mi pecho.

Me dirijo al pequeño guarda ropa y de ahí sacó un pans negro holgado de algodón, junto con una blusa y una sudadera del mismo color. Peino mi cabello y lo ató en una trenza deforme. Calzo mis pies con unas Converse negras y ya estoy lista.

No puedo creer como el clima puede cambiar tan rápido, ayer esta nublado y nevando, y hoy el día esta limpio sólo unas cuantas nubes adornan el cielo, aunque eso sí aún hace un tremendo frío.

Salgo de la recámara para bajar a la cocina para encontrarme a la señora Viky en el camino.

-Mi niña, pero que hace levantada-. Una sonrisa se forma en mis labios al escuchar la forma en que me llamo, así me llamaba mi madre, yo siempre fui su niña.

Una humana para el alpha. (Fanfic Derek Hale)Where stories live. Discover now