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Tomé un largo respiro.

Llené mis pulmones de aire mientras estiraba mis manos al cielo y luego las bajaba cerca de mis piernas, relajando al máximo mi cuerpo para así llegar a tocar el suelo. Tenía las piernas laxas y me dolía la espalda, pero estaba llegando a tocar los dedos de mis pies.

A mi izquierda estaba Gerard respirado desorganizadamente, con sus mejillas totalmente enrojecidas por el esfuerzo sobre humano y fallando de una manera voraz. Él apenas llegaba a las rodillas.

El entrenador tocó el silvato cuando solté una carcajada al ver a mi amigo.

-Es todo por hoy, Way tiene que trabajar esa elongación, parece que está a punto de parir un hijo.- Miró al costado avergonzado mientras todos reímos. Al instante Frank se colgó de su espalda y comenzaron a dar vueltas por el cesped del gran campo de ejercicio.

Brendon se puso a mi lado y nos quedamos mirando la tierna escena: reían fuertemente juntos, giraron hasta marearse y caer, perdiendo todo el aire de sus pulmones.

¿Acaso estar enamorado era perder el aire?

-Me siento tan solo cuando los veo así.- Me dijo Brendon en un susurro y asenti entendiendo.

Yo nunca había tenido una relación estable, mucho menos novias pasajeras. Era un chico tranquilo que se dedicaba a descubrirse a si mismo, mantenía un ritmo organizado de vida y hasta bastante aburrido. Una novia nunca entró en mis planes.

¿Me habían atraído mujeres? Por supuesto que si, pero nunca fui tan valiente como para hablarles de algo interesante. O nunca había tenido tanto interés como para acercarme.

Brendon, por el contrario, tuvo novias incontables. Pero en ese momento se hallaba soltero.

-Son muy tiernos juntos.- Agregó ante mi silencio, anudando sus manos detrás de su espalda.- Cuando se miran parece que no hay cosa más importante en el mundo que tenerse uno al otro.

-Es como si pudiesen comunicarse todo sólo con sus ojos, sin hablar.- Dije sin pensar, recordando inmediatamente a "Will", a la forma que él tenía de mirarme y desenmascarar todos mis secretos.

-Son tan tiernos.- Brendon se tomó el rostro con sus manos, mirando como Gerard y Frank se daban un beso casto en sus labios aún tirados en el cesped. Sólo quedábamos nosotros cuatro en el campo.

Me sentía raro cuando los veía juntos. Al principio no podía entender que era lo que sentían cuando se miraban, cuando se decían cosas en el oído o cuando simplemente se sentaban en silencio haciendose compañía. Pero en esos momentos sólo podía pensar en todo lo que "Will" me hacía sentir. Todo aquello ahora tenía un punto de comparación para mi, podía entender lo que les pasaba. Y me daba miedo entenderlo.

No veía a "Will" desde hacía tres semanas. En esa época no había celulares, no existían las mil formas de comunicación que tenemos ahora. Tampoco sabía donde quedaba su casa o cuál era su número de teléfono. Preguntarle a Zack definitivamente no estaba entre mis opciones.

"Will" solía desaparecer a veces. Ya estaba hasta acostumbrado en cierta forma. Pasaban días sin que venga a casa o sin que hable conmigo por papelitos de colores. Pero así era él, bastante sorpresivo.

En ese momento sólo pensaba en lo mucho que Gerard y Frank se amaban como para caer en cuenta de que "Will" nunca se había ausentado por tanto tiempo.

Parecía que cuando más efecto hacia surgir entre mis sentimientos, decidía desaparecer por un tiempo y así apaciguar las cosas. Pero para ese momento ya no podía calmar nada en mi interior, siempre pensaba en su forma de hablarme, de mirarme y repasaba la noche en el bosque cientos de veces por mi mente.

Mientras caminabamos por las calles con mis amigos no lograba concentrar mis emociones más profundas. Tarareaba canciones que no existían viendo como Gerard y Frank caminaban abrazados mientras Brendon los solía corretear de a ratos. Pensaba tanto en "Will", en las estrellas, en el cielo. Pensaba que mis amigos eran la mejor cosa que me habían pasado en la vida hasta que un joven llegó hablando de mis mentiras.

No me di cuenta de como ocurrió, sólo pasó.

Tenía a Gerard tratando de llamar la atención en frente de mis ojos nublados, hasta que pude reaccionar.

-¡Dios Tyler, en que carajo estás pensando!- Exclamó cuando por fin le presté atención y apuntó al otro lado de la acera con su dedo pulgar.- Tu amigo-amante te está llamando desde el frente.

Miré a la derecha y si, allí se hallaba "Will" con una media sonrisa, la mano alzada saludandome. Tenía una chaqueta gastada de jean y el cabello desteñido, entre rosado y naranja.

-¡Ty! ¡Hola Tyler!- Agitó más la mano, con más entusiasmo. Me disculpe de mis amigos con una mirada y ellos me dieron otra como diciendo "sabemos que queres irte con él, anda". Corrí al cruzar la calle, sintiendo el dolor en mis piernas por la clase de gimnasia.

Cuando estuve en frente de "Will" no sabía como saludarlo, sólo le sonreí.

-Pensé que estabas muerto.- Le comenté y él negó con la cabeza.

-Todavía no.- Hubo un silencio, eran las seis de la tarde si no me equivoco, y por eso el cielo se estaba tornando más oscuro. El invierno estaba llegando con todas sus fuerzas.- Estoy yendo a mi casa ahora mismo, tengo unos asuntos pendientes. Recién estuve con Zack, así que...

-¿Cuando no venís a casa es porque te peleas con mi hermano?

-No, no es por eso. Tengo algunos problemas familiares que tengo que resolver y por eso a veces me voy de la ciudad. Pero espero que no vuelva a pasar, odio estar lejos del bosque.

"Odio estar lejos de vos" quisieron escuchar mis oídos. Y yo sabía que él quería decir eso. Quizá no tenía la valentía aún, nos conocíamos hacía sólo algunos meses.

-Entiendo...- Yo no sabía de que trabajaba "Will". No sabía si estudiaba, si vivía lejos o cerca de mi casa. Yo no sabía nada de él, para colmo no podía imaginar algo de su familia. "Will" era como un ente solitario, alguien que podrías imaginar que vino de la cigüeña. Un ser que estuvo toda su vida solo.

Una vez se lo dije.

-Bueno, tengo que irme pero... ¿Podemos ir al bosque alguno de estos días?

Sonreí. Mi nariz estaba roja por el frío y sentía la espalda adolorida.

Sonreí.


"Las personas tenemos la necesidad de mirar al cielo, ¿Cuál es la tuya, Ty?"

Eso decía el papel que me esperaba ese día en mi cama. Por primera vez en mucho tiempo no pude contestar.

No sabía lo que buscaba, no tenía idea de que era esa presión en mi pecho cuando observaba la enormidad del universo. No sabía que era ese latido fuerte cuando veía las nubes pasar siendo corridas por el frío.

No sabía por qué cada vez que veía las estrellas me quedaba sin aire.

Dejé el papel negro sobre mi mesa de luz, anotandome mentalmente que luego debía contestarlo.

Por mucho tiempo no lo hice.



• air catcher • [joshler]Where stories live. Discover now