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Estoy actualizando muy seguido pero no me importa. Amo escribir esto.






Comenzó a nevar.

Había visto en su estreno en 1990 la película Edward Scissorhands que narraba la historia de amor entre una chica normal y un ser completamente oscuro y extraño. Yo tenía diez años la primera vez que la vi, y no había podido detallar todos los trasfondos sentimentales que dejaba como enseñanza.

Cuenta una historia extensa, cómica y dramática de como un amor imposible puede lograr algo tan hermoso como la creación de la nieve.

Cada vez que nevaba recordaba con detalle las escenas de la película, como la joven bailaba bajo el hielo cortado por el joven y como luego él le regalaba ese preciado tesoro durante toda su vida, a pesar de estar separados por diferencias tan descomunales.

Esa película me recuerda a Josh.

Me hace pensar en él como el joven extraño que tiene algo distinto a los demás, algo que puede dañarte. Algo que causó mucho dolor sin dudas.

Y cuando nieva siempre recuerdo esa noche de 1998 cuando por primera vez los copos comenzaron a caer sobre mi nariz y sobre la de él en medio del bosque.

-Será mejor que vayamos a mi casa.- Dijo Josh viendo como a ese copo lo seguían millones más, dejando un hilo de escarcha sobre nosotros mismos. No teníamos ropa apta para el clima, sólo mantas y más mantas, era por eso que debíamos huir.

Yo amé que me haya invitado a su casa de una vez, que no haya ido con vueltas.

Caminamos rápido por la noche de Columbus siendo azotados por el frío y los pequeños glaciares que caían del cielo. No se veía ni una estrella, ni la Luna, ni nada.

Eso sólo significaba que iba a ser una tormenta de nieve.

Llegamos a su casa y lo primero que hicimos fue poner nuestros traseros en la estufa. Reímos por eso.

Miré el reloj colgado en la pared y vi que eran las cuatro de la mañana.

-¿Te molesta si voy a bañarme? Es que tengo mucho frío.- Me dijo temblando y yo negué con la cabeza divertido. Rápidamente corrió a su cuarto por ropa y luego al baño. Se escuchó el ruido del agua colisionar directo con el suelo.

Yo no sabía que hacer.

Subí a su cuarto para acostarme en la cama y taparme con esas miles de mantas que Josh guardaba al lado de sus otras mil almohadas. Amaba que tenga tantas cosas acolchadas a mi disposición.

Me senté y examine nuevamente cada detalle dentro del cubículo. Con las luces de navidad colgando apagadas noté un papel pegado en la pared. La hoja era bastante amarillenta, parecía estar a punto de romperse. Me acerqué por la curiosidad.

Tenía cosas anotadas con una caligrafía terrible, como si hubiese sido escrito por un pre-adolescente.







Cuando cumpla 24

Cuando cumpla 24 voy a saber todos los secretos de la vida. Voy a saber todo lo que quiero saber, voy a tener todas mis dudas explicadas.

Cuando cumpla 24 voy a ser astronauta, la tecnología va a avanzar tanto que podré llegar hasta los anillos de saturno para escuchar su sonido.

Cuando cumpla 24 voy a tocar las estrellas. Voy a tener el universo en mis manos, voy a volar entre los planetas feliz.

Cuando cumpla 24 voy a ser todo lo que siempre quise ser, voy a saltar sobre la vía lactea, voy a viajar a la velocidad de la luz. Voy a cambiar la perspectiva de la humanidad.

Cuando cumpla 24 voy a cumplir mis sueños, voy a estar en la oscuridad del universo buscando sus luces.

Cuando cumpla 24 voy a tener mi luz.

Cuando cumpla 24 voy a ser feliz.

Josh.








-¿Entretenido?- Preguntó Josh haciendo que me pegue un buen susto. Me tomé el pecho mientras giraba para encontrarme con un Josh divertido, que sonreía por haberme sorprendido.

Apenas pude notar como se encontraba me sonroje hasta las orejas.

Llevaba sólo la toalla blanca atada a su cintura, con unas pantuflas negras puestas y las gotas de agua caliente corriendo por todo su pecho.

Por primera vez en mi vida sentí unos cosquilleos en mi vientre que eran mucho más fuertes que nunca. Las piernas se me pusieron gelatinosas y estaba muy seguro de que mi rostro estaba bordó.

Me sentí tan pero tan extraño.

-¿Leíste eso? Lo escribí a los doce.- Dijo tratando de evitar el contacto visual conmigo porque yo literalmente me lo estaba comiendo con la mirada.

Para mi nunca hubo nadie con el cuerpo tan perfecto como él.

Buscó en sus cajones una remera, un sueter y unos pantalones de pijama. Para eso tuvo que hincarse y no pude no ver su trasero.

Le pedí perdón al mundo mientras lo miraba, recordando su pregunta.

-¿Cuándo cumplas 24 vas a poder cumplir todas esas cosas?- Le pregunté y él con toda su ropa se fue al pasillo, entre cerró la puerta y comenzó a vestirse ahí para que yo no lo vea.

Me estaba muriendo de la vergüenza.

-Cuando tenía doce tenía mucha imaginación Ty, no creo que haya alguna forma posible de literalmente hacer todas esas cosas.

-Literalmente es imposible, tenés razón...

-Pero quizá no sé, en mis sueños.- Dejó un silencio colgando, algo no me cerraba de esos silencios que tenía. Suspiró, lo escuché a pesar de estar separados por una puerta.- Faltan unos meses para mis 24.

-Se debe sentir raro llegar a esa edad y saber que esas cosas que querías siguen siendo imposibles.

Hubo un silencio corto.

-Supongo que lo tendría que haber imaginado, pero te darás cuenta de que no cambié mucho desde entonces.- Entró todo vestido y respire aliviado. Dejó la toalla sobre uno de sus sillones y se puso a mi lado, pegado a la pared mirando la hoja amarillenta. Lo miré desde abajo, y él me hizo un rostro que no pude definir.- Sigo teniendo los mismos sueños, me interesan las mismas cosas.

-¿Hablas de las estrellas y los anillos de saturno?- Él negó con la cabeza sonriendome de una forma hermosa. Su jabón floral hacía estragos en mi olfato.

-Hablo de encontrar mi luz Ty. ¿Y sabes qué?

Suspiró tan fuerte que sentí que había roto mi receptor de aire.

-¿Qué?

-Creo que la encontré.-Miró todo mi rostro en segundos y mordi mis mejillas desde adentro para no sonreír como un lunático. Desde su ventana se veía como los copos de nieve caían uno por uno dejando al descubierto un gran manto blancuzco de poesías.

-Josh... ¿Sos una persona feliz?

Su sonrisa se borró al instante, y pegó su mirada directo a la hoja. Sentí algo dentro mío quebrarse.

Nunca me contestó.

Había algo allí que no lo dejaba ser feliz, algo que sin duda iba a cambiar mi vida para siempre.








Si no vieron el joven manos de tijera corran a verla porque es hermosa y bueno, Tyler contó un poco de eso en este cap. Los quiero.

• air catcher • [joshler]Where stories live. Discover now