17. Coincidencias

11K 1K 636
                                    

La noche de películas terminó siendo la noche en la que Hanna y Jungkook me dieron el sermón de mi vida, después de que les confesé que había besado a Park Jimin en uno de los baños de damas de la escuela.

Primero, ambos parpadearon una vez que se los dije, luego un par de risas nerviosas escaparon de sus labios y, cuando sacaron aquello de su sistema, comenzó la verdadera charla que nunca esperé recibir por parte de esos dos.

Kook y Hanna me recalcaron en más de una ocasión que yo debía estar completamente loca como para haber besado a Jimin bajo mi propia voluntad y yo solo me quedé en silencio, puesto que no tenía excusa ni explicación para darle lógica a los actos que había realizado con el rubio. Y eso no era lo peor, lo peor era que yo sabía que si me diesen la oportunidad de repetir ese momento; haría exactamente lo mismo y ese era el jodido problema.

Después de ese día, las clases junto a Jimin solo se volvieron más interesantes. El chico parecía saber hasta qué punto presionar para conseguir lo que quería, pero yo me negaba a ceder por completo, incluso aunque quisiese lanzarme sobre sus labios a cada momento del día.

Jeon Jungkook y Kim Hanna se mantuvieron a mi lado, sin dejarme hacer nada estúpido como para que pudiese arrepentirme luego, porque besar a Jimin valió la pena cada segundo, pero no dejaba de ser la cosa más ridículamente estúpida que hice en mis cortos dieciocho años.

El único problema era que Park Jimin era adictivo y yo lo había comprobado.

Solté un pesado suspiro, hundiéndome en la cama de dos cuerpos de mi mejor amiga cuando ella carraspeó, captando mi atención. Quité de encima de mi rostro el mullido cojín violeta que tenía encima y me acomodé para mirarla.

— ¿Me vas a dejar así? – sus cejas se alzaron con diversión.

Sacudí mi cabeza, reaccionando al momento en el que Hanna me entregaba la botella de champán. Recibí la botella, acomodándome en la cama, y le di un largo sorbo, sintiendo como el líquido bajaba por mi garganta con rapidez.

— Me gusta mucho como te queda eso – sonreí.

Vi como Hanna fruncía el entrecejo frente al enorme espejo situado junto a su armario.

Llevaba puesto unos pantalones ajustados y una camisa oscura que resaltaba su esbelta figura, junto con una chaqueta de denim. Además, su cabello había sido puesto cuidadosamente en una coleta alta que hacía relucir los delicados aretes oscuros que colgaban de sus orejas y el maquillaje que había tardado casi una hora en poner sobre su rostro.

— Esta será mi noche – me miró por sobre su hombro, cuando una sonrisa tiró de sus labios al escanearse nuevamente frente al espejo – la noche de mi decimonoveno cumpleaños será la noche en la que daré mi primer beso.

Alcé la botella de champán por los aires junto con un chillido.

— ¡Por los labios vírgenes de Hanna! – brindé y ella soltó una sonora carcajada, la que resonó por toda la habitación.

— ¡Salud! – brincó, chocando imaginariamente una botella de champán contra la mía y yo bebí para posteriormente pasársela a ella.

Era viernes y faltaban solo un par de horas para que Kim Hanna estuviese oficialmente de cumpleaños, por lo que Namjoon, Hoseok y yo fuimos convencidos por ella misma para ir a un club y esperar ahí a que la hora llegase. Todos concordamos en ir a Killer, el club en el que Taehyung estaba de turno, por ende, el idiota de Jungkook estaría esperando por nosotros en el lugar.

— Levanta tu trasero y muévete, estoy segura que Namjoon o Hoseok nos llamarán pronto – musitó Hanna con un deje de diversión.

Asentí, levantándome de mi lugar y me acerqué al espejo junto a ella.

wingless [park jimin]Where stories live. Discover now