7. Respira conmigo

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Mi mandíbula se tensó cuando el auto comenzó a moverse, solo un nanosegundo después de cerrar la puerta nuevamente.

Me hundí en el asiento, maldiciéndome mentalmente por haber terminado en aquella ridícula situación.

¿Cómo...?

Me mordí la lengua y suspiré con cansancio al sentir sus ojos sobre mí pese a no estar viéndolo directamente.

Todo mi cuerpo estaba adolorido. Mis brazos y piernas se sentían frágiles producto de la pelea la noche anterior y de haber huido a toda velocidad de la policía, sin contar el hecho de que estaba tensa debido a que me encontraba en el mismo auto que Park Jimin, su amigo rapero psicópata y el castaño de lindos labios.

Decir que estaba jodida era poco.

Para colmo, mi celular comenzó a sonar en el bolsillo de mi chaqueta y estaba más que segura que mi hermano mayor tenía alguna especie de sensor para marcarme cuando estaba en problemas.

Asombroso.

Rodé los ojos y decidí ignorar la llamada, acomodándome en el asiento, clavando mi vista en la ventana y en las calles fuera del auto, intentando reconocer alguna de ellas, esperando por algún semáforo en rojo para salir del auto y comenzar a correr lejos de donde me encontraba.

— Contesta.

Giré mi rostro hacia el dueño de la voz, el de cabello menta.

Una de mis cejas se alzó cuando vi sus oscuros ojos mirarme por el retrovisor, removiéndose incómodo en su lugar. Ignoré su comentario, volviendo a posar mi vista en la ventana y en las poco iluminadas calles por las que nos encontrábamos avanzando.

— Contesta – repitió, con su voz sonando un poco más ronca que antes.

Blanqueé los ojos e inspiré, sin despegar la vista de la ventana mientras la suave melodía continuaba inundando el vehículo, anunciando la llamada entrante de mi hermano.

— Contesta.

Vi por el rabillo del ojo como todo su cuerpo se giró en mi dirección y la vena de su cuello comenzaba casi a palpitar. Me mordí el labio inferior para contener mis insultos, los que rogaban por ser escuchados por los presentes.

Hice tronar mis dedos, para evitar formar puños con mis manos y lanzarle un puñetazo en la cara cuando volvió a repetir la única palabra que lo había escuchado decir desde que me había subido al enorme auto negro.

El castaño me miró por el espejo retrovisor mientras sujetaba su labio inferior entre sus dientes, algo tenso.

— Contesta.

Mordí el interior de mi mejilla y me obligué a tomar una profunda respiración.

— Contesta. – repitió y finalmente lo miré.

Su sonrisa creció cuando mis ojos cayeron sobre los suyos y sus pupilas se dilataron todavía más si eso era posible, haciendo que contrastara con su pálida y sudorosa piel.

— Contesta.

Chasqueé la lengua, completamente irritada.

— Di una sola palabra más y me voy a encargar de molerte la cara a golpes con la manopla en tu bolsillo – amenacé, con los dientes apretados.

Su sonrisa se expandió extrañamente cuando ladeó su cabeza en mi dirección, torciendo de una forma completamente extraña su cuerpo para mirarme con sus ojos oscuros abiertos a más no poder.

Mis puños se cerraron de forma automática.

— Te quiero ver intentarlo. – me retó y parecía completamente divertido al respecto.

wingless [park jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora