19. Solo un café

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Afortunadamente, mi madre no hizo preguntas en cuanto aparecí en el departamento, debido a que, por una extraña alineación de los planetas, ella estaba tomando una ducha cuando entré sigilosamente.

Me moví a todo lo que me permitieron mis pies hacia mi habitación, teniendo el tiempo suficiente para lanzarme en mi cama y cubrirme con mis colchas justo cuando mamá decidió aparecer por mi puerta.

Mi corazón latía como loco y agradecía no tener que darle falsas explicaciones sobre lo que había sucedido anoche.

Mamá me sonrió, preguntándome por mi noche de forma superficial, puesto que su atención de inmediato se fijó en el celular que sonaba en su mano. Después de un par de sonrisas y palabras, enarcó las cejas con diversión hacia mí y me indicó que estábamos invitadas a un almuerzo en casa de los Kim, el que tenía como intención celebrar el cumpleaños de Hanna.

Mi cabeza estaba hecha un desastre y no salí de mi estupor hasta que mi mejor amiga se lanzó sobre mí para agradecerme una y mil veces por el regalo que le había conseguido por su cumpleaños.

La sonrisa que esbozó y la forma en la que se lanzó contra mí cuando me vio solo hizo que ambas terminásemos en el suelo causando las carcajadas de todos los presentes.

Y, debido al ambiente y la alegría que exhumaba Hanna, no me atreví a pronunciar ninguna palabra que involucrara lo que había sucedido con Jimin. No podía hacerlo, no podía arruinar su humor el día de su cumpleaños, ella no se lo merecía y yo no podía ser tan egoísta.

Me relajé solo después de que Hanna comenzase a bromear conmigo y que Jungkook llegase para ser el centro de nuestras burlas. Debía admitir que mi madre parecía estar completamente conmocionada al ver la relación que Hanna y yo habíamos forjado durante todo el periodo que llevábamos viviendo en Corea del Sur, además que parecía extrañamente complacida con Jungkook en nuestro pequeño grupo de amigos, sin contar a Hoseok y Namjoon.

Por otra parte, todo el mundo estaba feliz con el hecho de que finalmente Hanna y Hoseok eran novios oficiales desde las 3:57 am de ese mismo día y los únicos que se burlaban de la nueva pareja éramos Namjoon, Kook y yo, viendo y repitiendo el video que Joon había grabado durante la confesión de Hoseok, logrando que el novio de su hermana no dejase de sonrojarse una y otra vez.

Mamá y yo regresamos a casa pasada la media noche. Me lancé a mi cama y caí rendida sin siquiera cambiarme.

Al día siguiente, pasé la mayoría de la mañana disfrutando de viejas películas en la habitación de mamá junto a ella, por lo que no había tenido el tiempo necesario para analizar o incluso recordar lo que había sucedido con Jimin. Más bien, quería evitar pensar en ello, se me hacía extraño y, sinceramente, me confundía.

— ¿Estás lista, Tara? – la voz suave de mi madre se proyectó desde la cocina una vez que abandoné mi habitación.

— ¡Casi! – pegué un grito desde mi puerta – ¿Cuáles son los planes de último minuto para hoy? – pregunté a mitad de camino, acomodando mi cabello húmedo sobre mis hombros.

— Para mí, ninguno – concluyó mi madre en cuanto me detuve antes de aparecer en la cocina. – pero para ti...

Era domingo por la tarde y las posibilidades de encontrarme al mismísimo Park Jimin en mi cocina, junto a mi madre, eran prácticamente nulas.

¿Qué demonios hacía ahí entonces?

Estaba situado de espaldas a mí, vistiendo unos pantalones oscuros y un sweater del mismo color, el que contrastaba con su pálida piel y el rubio de su cabello teñido.

Jimin era esbelto, sin dejar de tener músculos y la forma en la tela de su sweater se acoplaba a su espalda, solo me hacía confirmar lo que había tenido el placer de observar cuando se quitó la ropa delante de mí. Era estúpida la forma en que la ropa acentuaba su figura, resaltando de la misma manera en la que sus pantalones, amoldándose a sus trabajadas piernas y trasero.

wingless [park jimin]Where stories live. Discover now