¿Y si fuera Amor?

9 ❤

La nieve empezó a caer lentamente, tan blanca y delicada, mostrando el inicio de una nevada. El clima era muy frío, pero la compañía del rubio le daba un cálido confort a Kaneki en su camino a dejar a la pelímorada en su hogar. Aún Hide la cargaba como si de un saco de papas se tratase. El camino era silencioso, extrañamente silencioso pues si estaba Hide, era muy raro que todo estuviese así de callado, pero al menos no era incomodo, se podía hasta sentir en el aire que ahora, todo andaba calmado, y que sus pasos, marcados en la nieve, no tienen intención de huir, esconderse o mucho menos, separarse.

Después de haber dejado a Touka en su casa, se dirigieron a la suya, no sin antes tomar un atajo por el parque, rara vez lo hacían, pero aquel era un día de cambios, así que Kaneki prefirió ir por allí. Los sauces tomaron un color blanco en la coronilla, todo gracias a la nevada. El mundo de Hide ahora se encontraba completamente en blanco, al igual que los mechones de cabello de la persona que más amaba, por la cual lucharía, por la cual estuvo a punto de otorgar su vida y ahora, es su mundo entero.

En la mente de ambos había un gran debate, un lucha que tal vez sería interminable, una guerra de si o no, causante de estas, ellos mismos. Tan sumisos se encontraban en su mente, que no notaron cuando sus manos buscaron las del contrario y al encontrarlas, la tomaron, un sencillo acto tan tímido e inconsciente que mando cálidos escalofríos por todo su cuerpo, llevando a la mierda su valentía y dejando llegar sensaciones, nerviosismos y anhelos incontenibles.

—No se si ya te lo he dicho, pero siempre me gusto sentarme en aquel lugar especifico a leer. —Dijo el peliblanco señalando una pequeña colina, cerca de el sauce más grande de ese parque y al frente de un pequeño lago, con vista perfecta a las estrellas que se asomaban esa noche junto a la resplandeciente luna llena.

—No... Pero lo note. —Respondió finalmente Hide escondiendo los nervios que lo comían vivo por dentro, "¿Será por el hecho de que aquí nos conocimos?" no lo sabía, pero sería un poco triste para él, que no fuese la razón.

—Sí, creo que es porque aquí nos conocimos. —Kaneki se sentó, apegando sus piernas a su pecho. El rubio solo lo miro desconcertado por esa confesión; Para luego sentarse a su lado del mismo modo.

—Es bueno saberlo.... Pues, desde... Desde ese día, me ha gustado mucho este lugar. —Musitó dejándose llevar, tal vez este sea... O no sea el día.

—Sí... Lamento que hayas visto lo que paso con Jason, y que por mi culpa hayas ido allí en primer lugar. —Abrazo sus piernas, apretándolas más a su pecho, soltando un sonoro suspiro lleno de arrepentimiento, captado perfectamente por Hide.

—Tranquilo, a veces estas cosas pasan.... Bueno no, es muy poco común... Pero no nos paso nada irremediable, y además... Te veo con menos peso en los hombros, y eso me hace realmente feliz. —Posó una de sus manos en la mejilla de Kaneki, haciendo que este volteara a verle y notase la gran sonrisa que le dedicaba, provocando una en él.

—... Tienes razón. —Sentenció posando por completo su mirada en la de Hide, sintiéndose lleno, vivo con solo compartir contacto visual con la persona que más desea para si mismo; Sintió su barriga agitarse, su corazón acelerarse y su respiración cortarse con la llegada de un nuevo pensamiento que dejaría escapar esta vez, y si tenia suerte, no seria la ultima—. Hide... ¿P-puedo...? —Tartamudeo al decir aquello mientras señalaba los labios del ya mencionado.

Hide se quedo en estado de shock, eso que dijo Kaneki fue demasiado repentino y muy inesperado a pesar de haberlo anhelado tanto. Llego todo un zoológico a su estómago, se sentía tan revuelto, nervioso y la aceleración que tomo su corazón no le ayudo en nada, mucho menos el hecho de que se podía oír claramente por el silencio que los envolvía en ese instante, sintiendo ahora su corazón en la garganta, como si estuviera a punto de escaparse, brotándole un notorio sonrojo el las mejillas, pero eso no lo detuvo de asentir como respuesta.