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En Tokio mientras la temperatura descendía, en la habitación dos muchachos sentían que esta aumentaba exponencialmente. Tan solo eran caricias, mimos, besos, roses "inocentes" que se proporcionaban mutuamente sin pasarse de los limites que mentalmente acordaron, era mucho pedir contenerse pues la tentación estaba muy alta, y se podría decir que tenían todo el derecho de volverse suyos el uno al otro, pero para Kaneki seria muy rápido e imprudente hacerlo cuando apenas están empezando algo, mientras Hide creía que a pesar de ser muy precipitado de parte de ambos, lo quería, mala suerte que solo se pusieron limites en vez de dejarse llevar, aunque si lo hubiesen hecho, nadie se habría arrepentido por aquello.

—¿Ya te he dicho cuanto te amo? —Preguntó Kaneki mientras volvía a dispersar sus besos por todo el rostro de Hide, causándole algunas carcajadas.

—No, ¿Cuanto me amas? —El rubio trato de ponerle la mayor atención posible a el peliblanco, aunque era difícil, este aún esparcía besos en su cara.

—Más de lo que quieres a esos audífonos —No pudieron evitar reír a carcajadas ante el comentario; serían novios(?) pero aun se comportaban como aquellos dos amigos que se enamoraron perdidamente de sus tan inigualables personalidades y chistes tontos.

Hide no pudo aguantar el impulsó, tomo de las mejillas a Kaneki y le planto el mejor beso que pudo dar. Pensó en todas las cosas que lo llevaron hasta allí, desde que sus días se llenaron de color al conocer al amor de su vida, sus peores momentos con él, hasta llegar al presente. Todo era tan fresco en su memoria que hacia parecer que fue ayer, cuando en realidad, había sido hace mucho, a veces impresiona como el tiempo transcurre volando cuando la pasas bien, en este caso, con la persona que quieres.

—E-espera —Logró decir entre los labios del peliblanco, este gruño pero obedeció alejándose un poco y separándose del beso—. ¿Somos novios o algo así? —Kaneki abrió los ojos como platos, era muy chistoso verle así, y Hide no pudo contener una pequeña risa juguetona.

—Bueno... No te quisiera comprometerte a algo así, sé como eres... Lo más seguro es que cuando veas a una chica linda me dejes de lado. —Hide negó varias veces, abrió la boca para decir algo pero Kaneki le puso un dedo para silenciarlo, el rubio hizo un puchero e infló sus mejillas, pareciendo un niño pequeño, aunque para los ojos de Kaneki siempre fue así—. Además el simple hecho de estar contigo me hace feliz, tu después de todo, eres quien ilumina mi camino, quien estuvo para mi en las buenas y malas, fuiste tu y sólo tu... Y yo...

—Kaneki... —Le interrumpió su divagación pero aun le miraba embobado.

—¿Qué pasa? —Fruncio el ceño confundido.

—Eres un romántico sin remedio. —"y eso que no has visto nada".

Esta vez, un abrazo llegó, en el pecho de Kaneki ahora se encontraba Hide, abrumado por la tranquilidad en los latidos del peliblanco, mientras que él lo menos que estaba era tranquilo. Suspiro y suspiro tratando de relajarse, pero la cercanía en la que estaba, no se lo proporcionaba, aunque al menos, logro conciliar el sueño para quedar dormido en sus brazos.

[...]

Kaneki despertó y se quedo observando al rubio que tenia en brazos, estaba completamente rendido, atrapado en sus sueños; En su expresión cualquiera podría ver lo triste que ahora esta Kaneki... Encontró su felicidad en Hide, pero ¿A qué costo dejaría que ésta durará?, estaba por seguro que Jason no era el único que tenia sus problemas con Rize, si él se quedaba allí a disfrutar un poco más de su felicidad, de su vida, muchos más vendrían a arrebatársela y por ende, también le quitarían a Hide... No podría perdonarse nunca que le pasase algo por su culpa, jamás dejaría que eso volviera a repetirse, por eso, se va a ir, o al menos, esas son las razones que se planteo. No se ira porque quiere, sino porque debe, debe protegerle más que a cualquier persona, lo quiere tanto que lo protegería, lo haría hasta si la vida tuviese que perder.

¿Y si fuera Amor?Where stories live. Discover now