13 (Te deje ir... A mi lado)

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[Maratón final de temporada 2/3]

Abro fuertemente de disparo mis ojos. Algo me aturde en la cabeza, como unas punzadas sin intenciones de terminar, como el ardor de su recuerdo. Mi manos tiemblan. El helado frío desolador no me ayuda en calmarme de una buena vez. Todo a mi alrededor se siente con aires de tristeza, soledad... Y me es complicado descifrar si es mi alrededor el que se siente así, o, mi interior, tal vez ambas opciones.

Frotó mis párpados sin medir la fuerza aplicada al hacerlo. La sorpresa que me invade es mas que notable de cualquier modo. Me levanto de un salto, aun mi cuerpo bañado en sangre que no recuerdo a quien pertenece, pero que seguramente no es mía ya que no tengo heridas, bueno, no heridas físicas. Llevo una mano a mi rostro en busca de saber si tengo mi distinguible mascara. La bajo cuando no siento el cuero ni nada sobre mi rostro. Miro a todas direcciones en busca de una explicación de que es lo que pasa, solo veo habitaciones, finas paredes blancas, segadoras luces fluorescentes. Todo a mis lados me indica algo, estoy en un hospital.

Pero... ¿Qué exactamente hago aquí? No lo se, no tengo ni idea, y sinceramente dudo acabar por saberlo pronto, es decir, últimamente he hecho cosas sin pensar y sin razones aparentes ¿Por qué esta no sería una de esas cosas? ¿Por que a todo le busco vueltas y significado? ¿Por qué hasta a las cosas mas mínimas les busco un porqué? Son otras de las cosas a las cuales no me logro permitir pasar por alto, y no se si sea una excusa para esto, pero ahora camino por los largos pasillos observando cada zona en busca de una respuesta que no puedo dar por cerrada.

Mis pies van a ritmo normal, uno y después el otro. No  les prestó atención en realidad a como se van desarrollando las cosas, solo dejo que todo fluya, pues desde hace mucho, no tomo un relajo de pensar en lo que será de mañana si hago esto o aquello. Como si algo me atrajera, comienzo a caminar mas rápido, a pasos más largos y decididos de lo normal, es como decir que mi subconsciente sabe algo de lo que yo no se. Paro en seco al llegar al final del pasillo. Una puerta igual a las demás esta al frente mío. Blanca, pulida, demasiado simple, con una pequeña ventanilla por la cual solo alcanzo a ver parte de una manta blanca.

Sin pensármelo dos veces, abro la puerta.

Al pasar todo se ve excesivamente iluminado, como si en ese cuarto siempre fuera de día a pesar de que es de noche. El escalofrío recorre toda mi columna vertebral erizando mi piel con el repentino cambio de frío a aun más frío que fue la temperatura. Lo que había distinguido por la ventanilla y dado por hecho que era una simple manta blanca, abajo contenía un cuerpo, y lo se bien porque las despeinadas hebras de su rubio rojizo cabello se asomaban mas allá de los limites de la cobija que le tapaba de pies a cabeza.

El sentimiento de desarropar el frágil cuerpo para ver de quien se trataba me invadió. Suspire con pesadez, no debería hacerlo, que tal si lo o la despierto ¿Qué le diré si lo hace? Algo así como: Hola, disculpa por despertarte, lo que pasa es que me dieron ganas de quitarte la sabana que te cubría para ver lo que había abajo de estas; si no me golpea por idiota, llama a la encargada del hospital a que me saque o me tome como un acosador pervertido depravado y llame esta vez a las autoridades, lo mas seguro es que me lleve el momento mas incomodo de mi vida, a excepción de la vez que tuve que usar falda por un reto, eso si fue incómodo... Bastante, por lo tanto no daré mas información del asunto.

Mis manos se levantaron, tomando el borde de la sabana y, de un tirón bajaron esta hasta el estomago del chico que se encontraba cobijado con esta. Su rostro sereno no expresaba sentimiento alguno, carecía de gestos y a pesar de eso, solo una palabra al verle se asomo por todos los recónditos lugares de mi mente "Perfecto", porque para mi, eso era Hideyoshi Nagashika, simplemente el sinónimo reencarnado de la perfección en su máxima expresión. Pero... No se si era solo mi cabeza jungandome una mala broma o en verdad algo andaba mal; su piel se notaba mucho mas pálida, sus mejillas ya no estaban tan llenas, es decir, estaba mucho mas flaco y flácido, las ojeras bajo sus ojos estaban bien marcadas y oscuras, y... Por primera vez en mi vida... Sus labios... A los que alguna vez tuve el privilegio de besar con los mios tan necesitados, tan ansioso, tan... Tan desesperado... Están agrietados, secos, rotos. De un color rosa tirando a morado opaco. Es como si todo lo que alguna vez fue él se apago, como si alguien hubiera gastado la bombilla más llena de luz, como si alguien se hubiese llevado su brillo, y... Con lo que acabo de recordar, con los recuerdos de escenas que me inundan, solo hay un responsable de eso, y aunque siempre lo quise evitar... Todo es mi culpa.

¿Y si fuera Amor?Where stories live. Discover now