II

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Luego de un largo viaje en tren llegaron a su destino, cada uno acomodo​ sus pertenencias convirtiendo esa pequeña casa en medio de la nada en su propio hogar. La tarde transcurrió rápido entre movimientos de un lugar a otro para arreglar todo el lugar, sus vacaciones recién comenzaban y todos en aquel lugar estaban dispuestos a pasar la mejor semana de sus vidas, rodeados de amigos y personas especiales. El menor tenía en aún en su mochila, la cual llevaba a todos lados esa tarde, aún tenía guardado su regalo por el primer aniversario de la amistad con chenle. Moría de vergüenza, se sentía un poco estúpido por querer regalarle algo, se sentía una niña que le daba regalos a su novio por cada segundo que cumplían juntos. Se acercaba la hora de la cena y la noche caía. Le quedaba poco tiempo para darle el obsequio al chino y este había desaparecido por algún sitio, camino por el pequeño descampado que había por patio de aquella casa y lo vio, acostado en el césped mirando al cielo perdido en sus pensamientos.

Lentamente camino hasta donde estaba el mas grande de los dos, llegó hasta su lado sentándose cerca. Sin pensarlo Jisung se acostó al lado de el colocando su cabeza sobre el brazo que extendía Chenle sobre el suelo, el otro se asustó por el repentino peso que sentía en su extremidad. Sonrió al imaginarse como se verían en este momento desde arriba, envidiaba a las estrellas, seguro podrían apreciar una buena imagen desde su lugar.

—Hola— Saludo Chenle al mirar por arriba a su amigo.

—Hola Hyung-— Sonrió —¿Sabes que día es hoy?— Pregunto algo tímido, acomodándose más cerca de su amigo.

—Domingo— Jisung golpeó fingiendo indignación por la respuesta del mayor.

—Zhong— Canturreó abrazando sin vergüenza. El chico a su lado sintió que su cuerpo se estremecía por el tacto y sus manos empezaban a sudar y su corazón latía con fuerza. Rezo para que el menor no escuchara el palpitar acelerado de su pecho.

—Park— Su voz sonó más nerviosa de lo que quiso y se maldijo por eso.

Quedaron en silencio, uno de ellos pensaba en la manera menos tonta y ridícula de comentar el hecho de que hace un año se habían conocido y darle su obsequio, que era una cadena con las iniciales "CJ" por el nombre de ambos, el otro se debatía que hacer, su corazón le decía cosas y su mente se negaba, quería hablar con alguien que lo ayude a responder su pregunta “¿Se estaría volviendo loco?” no era normal que su cuerpo respondiera de esa forma.

—¿En que piensas?— Pregunto Jisung notando como Chenle se volvía a perder en su mundo.

—En ti— Dijo sincero, si pensarlo dos veces. Rápidamente tapo su boca con su mano libre notando como ambos tornaban un color rojo en sus mejillas.

—Che-chenle— Jisung se acomodó mejor, sentándose al lado para por fin decirlo decidido que tenía un obsequio para el. Siendo interrumpido por un torpe Chenle

—Digo no, osea si, pero no... Digo— intentaba racionar, pero su cerebro no acomodaba bien las palabras. Sus nervios crecían y empezaba a balbucear. Pensó rápido en alguna excusa— ¡Ya voy Jeno!— Grito desesperado y salió rápido de aquella situación incómoda, dejando a un confundido y apenado Jisung atrás.

Busco por toda la casa al mayor, aunque no era el más experto en el tema del amor era su segundo mejor amigo, después del menor. Pero claramente no podía hablar sobre sus dudas con el, sería extraño y podría ser mal interpretado ¿No?
Vio el cuerpo de Jeno apoyado sobre la puerta de la cocina, en un principio se preguntó que hacía ahí. Hasta que vio que dentro estaba Mark cocinando o intentando preparar algo comestible, no era un secreto que el pelinegro caía rendido antes los pies del mayor de todos, excepto para el mismo Mark, este simplemente parecía no darse cuenta o tal vez lo ignoraba. Vio la sonrisa de enamorado que tenía Jaeno mientras observaba como se movía el mayor en la cocina, lo escucho soltar un suspiro y río.

—Hola Mark hyung— Hablo para llamar la atención del rubio, este de dio la vuelta notando a los dos chicos en la puerta

—Hola Chenle, Hola Jeno. No los vi ahí— Dijo sonriendo.

—¿Que cocinas?— Se atrevió a preguntar el pelinegro con la intención de acercarse al otro. Su mente había fantaseado desde que lo vio con aquel delantal, viajando a un futuro donde el llegaba a su casa y su esposo lo recibía con una cena casera, estaba perdido y lo sabía muy bien.

—Una receta que encontré entre las cosas de la mamá de jisung. Ten prueba— Junto un poco de la salsa que estaba preparando y la acercó a la boca de Jeno para que degustara. Este la recibió con gusto y su lengua experimento el sabor de aquella comida cacera —¿Que tal?— Jeno termino de saborear y levantó su pulgar en señal de aprobación.

—Muy rico Hyung—

—Jeno, Chenle ¿Podrían traerme del almacén un poco más de sal? Me quedé sin— El rubio puso un puchero a lo que Jeno sintió su corazón derretirse.

—Claro Mark Hyung, vamos Jaeno—Caminaron por el pasillo en silencio, el más grande mantenía una sonrisa brillante y se lo veía feliz, Zhong sabía la razón de ello—¿Te gusta Mark?— Dijo sin apuros, el pelinegro freno su caminar y su rostro se enmudeció sin poder reaccionar, provocando una sonora risa por parte del pequeño chino —Es tan obvio que mueres por el—

—¿Lo crees?— Pregunto retomando su andar, entrando a buscar el condimento que faltaba para la cena.

—Cuando lo miras se puede ver como te salen corazones por todos lados— Bromeo recibiendo un golpe del alto, regresando a la cocina.

La imagen que encontraron al entrar no fue tan bonita como lo esperaban, Mark y Haechan estaban abrazados, con sus labios Unidos en un beso. Ambos tenían sus ojos cerrados disfrutando de aquel tacto, el menor llamo su atención con su boca separando a los dos en la cocina. Se dio la vuelta para encontrarse con la mirada del más perjudicado, pero sorprendentemente aún mantenía su sonrisa de siempre. Aunque por dentro estaba derrumbándose poco a poco y quería llorar, pero no lo haría frente a los demás.

—Aquí esta la sal Mark— Contesto tranquilo.

—Jeno... ¿Estas bien?— Le pregunto al notar como una lágrima rebelde salía por uno de los brillantes ojos del pelinegro.

—Si claro— Sonrió aún mas grande, mostrando sus dientes.

—¿Porque lloras?— El pelirrojo se le acerco preocupado.

—En serio estoy bien— Seco aquella lágrima sobre su mejilla y con una reverencia salió rápido de la casa, para tomar aire fresco y evitar que el llanto saliera de su garganta.

Chenle se despido de sus mayores y salió buscando a Jeno, pero se encontró en el camino con un Jisung que susurraba cosas por lo bajo con una cajita en sus manos “¿un obsequio?”  Pensó el. Escucho lo que pudo de su mejor amigo y algo dio vuelta dentro de el cuando escucho la palabra "Aniversario" Era claro, hace un año se habían conocido. La idea de que el menor se halla acordado de una fecha tan especial para el y que le tenga un regalo lo emocionaba, al darse cuenta que el no tenía nada para Jisung que darle se sintió un tonto insensible... Pero una idea llegó a él.

Primer amor |Chensung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora