VII

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Los ojos de los dos menores se dirigieron hasta donde provenía la voz del hermano de Jisung, busco en los ojos del mayor alguna señal que le indicara si estaba enojado o sorprendido, no lograba entender que era lo que pasaba por la mente del mayor.

—¿Me vas a responder?— El extranjero aclaro su garganta y sostuvo con fuerza la mano de su acompañante.

—Si, así es. Nos estábamos besando— diez segundos, fueron diez segundos de un silencio que aturdía los oídos y no calmaban la forma en la que su corazón golpeaba contra su pecho.

—Esta bien, en casa tendremos que hablar sobre esto— Sin más que decir, se dio la vuelta y con sigilo se dirigió al vehículo que llevaría a ambos hasta su hogar. Junto aire profundo en sus pulmones y lo largo con pesadez, debía enfrentarlo tarde o temprano. Cuando el mayor no escucho pasos detrás de él que lo seguían, se dio media vuelta —Si quieres puedes despedirlo con un abrazo — Les sonrió juguetón —O un beso apasionado—

Ambos se miraron sin comprender las acciones del mayor, su voz al encontrarlos así no era la mejor de todas, se notaba a leguas la negación del acto. Entonces ¿Porque había dicho aquello último? Ni siquiera Jisung terminaba de entenderlo del todo, el más alto se encogió de hombros y unió una vez más sus labios al del otro. Lento y seguro, sin otras intenciones, simplemente intentando que el tiempo se detenga en el beso y permanecer con el cálido tacto que acariciaban sus suaves movimientos en su boca. Se separó aún sin abrir los ojos, suspiraron como si respiraran a la par.

—Entonces...— Largo en un suspiro.

—Dentro de unos días es el cumpleaños de Haechan— Asintió el más pequeño — No creo que sigan enojados para entonces— Vaciló en sus pensamientos, buscando las palabras, dudando entre sus pensamientos— Sabes, Renjun estaba preparando una fiesta sorpresa para el— Los ojos del menor sonrieron al ver como Chenle buscaba las palabras en su estado de nervioso, sus mejillas acaloradas de tan solo pensar en lo que iba a pedirle— El... Martes en la noche... Decía de salir ese día juntos y... Entonces ir juntos—

—Idiota— Sonrió como tonto al ver como el extranjero se avergonzaba cada vez más— Chenle, seguimos siendo los mejores amigos — Llevo una mano a la mejilla de el —No importa si ambos sabemos los sentimientos del otro— Chenle negó rápido, dejando un beso casto en sus labios.

—Si importa Jisung, ya no quiero seguir jugando a ser amigos— Volvió a besarlo —Cuando en realidad estoy muriendo por dentro— Antes de que pudieran respirar, antes de que pudieran abrir sus bocas, antes de poder contestar, una bocina los rescato de ese transe donde se habían perdido.

—Mi hermano me espera, nos vemos el martes—

—Te enviaré mensajes todos los días— Se separó aún sosteniendo su sonrisa.

—¿Lo prometes?— Retrocedió dos pasos.

—Todas las noches te deseare dulces sueños— Retrocedió otros dos — Y cada mañana los buenos días— Se dio la vuelta, feliz de las palabras que habían llegado hasta sus oídos.

No dijo nada, ni el, ni su hermano hablaron durante el trayecto hasta su casa. Jisung sonreía, perdido en el paisaje urbano que se reflejaba en la ventana del auto de su hermano mayor ¿Era esto un sueño? ¿Realmente estaba pasando? Su cuerpo se sentía en una nube, no podía explicar con palabras exactas lo que sentía en esos momentos. Nunca se le habría ocurrido que le gustará tanto su mejor amigo, menos aún que lo considerada su primer amor ¿Eso era amor? ¿Así se sentía? Había visto tantas películas donde los protagonistas pasaban muchas cosas antes de decir que sus sentimientos eran de un amor verdadero ¿Se habían apresurado? Al llegar a casa su hermano le guiñó un ojo y dejo que saludé a sus padres, explicándoles lo que había ocurrido. Obviamente dejo en secreto una parte para el, omitiendo que la pelea que habían tenido era por sentimientos encontrados. Ceno con su familia, impaciente de ir por su teléfono y ver si Zhong le había dejado un mensaje, solo había dicho que sería de noche, pero no a que hora.

—Jisung— Se dio vuelta antes de abrir la puerta de su habitación, encontrándose con su hermano.

—¿Si?—

—No diré nada, pero cuando estés seguro de lo que sientes prométeme algo— sus ojos lo miraron, asintiendo despacio—Déjame ser el primero en saberlo y si sufres por ello, no me ocultes nada y confía en mi—

—¿Que quieres decir?—

—Las rosas tienen espinas Jisung y quiero que sepas que estaré para ti, cuando sientas el dulce aroma y cuando tus manos se pinchen con las espinas— Asintió intentado entender las confusas palabras de su Hyung. ¿Rosas? ¿Aroma? ¿Espinas? Sabía que debía esperar a que el tiempo le responda sus dudas y le expliqué porque necesitaría a su hermano. No lo pensó más y corrió a abrazarlo.

—Gracias Hyung— Le acarició los cabellos en su cabeza y dejo un beso en su coronilla.

—Ahora ve, seguro tendrás un mensaje esperándote — Se separó del abrazo del mayor y entró corriendo hasta su mesa de noche en busca de su celular que estaba cargando la batería.

Desbloqueo su celular una y otra vez, no tenía ningún mensaje ¿Se había dormido? Por las dudas reinició el aparato en sus manos, con la esperanza de que fuera culpa del aparato y no de Chenle que se había olvidado de su promesa, era apenas el primer día y no lo había cumplido. Habían tenido unas largas semanas de sueño confuso, debía entenderlo, pero aún así estaba decepcionado y dolido ¿Esta sería una de las espinas? Algo tan tonto como esto no podía doler tanto ¿O si? Apago y volvió a prender el internet sin dejar de perder la esperanza, cuando el celular empezó a sonar con el sonido de una llamada, leyó el nombre en la pantalla y su sonrisa se agrando.

—Perdón— Sonrió al escuchar su voz un poco ronca.

—¿Te dormiste?—

—Si— Escucho un bostezo del otro lado —Pero no te vas a salvar de mi tan fácil—

—Tu tampoco—

—Cuando hable con Renjun Hyung dijo que aunque Haechan lo odie, haría igual la fiesta sorpresa— Ahí estaba otra vez, dudando de sus palabras, largando su mala pronunciación mientras su lengua se enredaba en sus oraciones.

—Ve al punto Chenle—

—Te espero a las cinco en tu casa y salimos un poco antes del cumpleaños—

—Esta bien— Mentiría si dijera que no quería colgar, tampoco quería estar hablando con su ahora ¿Que eran? No importaba. Aunque la idea de dormirse con el aparato en su oído y dormirse después de hablar por horas en la noche, pero no podía por ahora. —Tengo sueño—

—Yo igual— Río fuerte en su oído —Buenas noches pequeño—

Primer amor |Chensung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora