Primer amor |Chensung|

V

Abrió sus ojos con pesadez ¿A qué hora se habían ido a dormir la noche anterior? Estaba seguro que no era temprano, observó a su costado en dirección a la cama de su compañero de cuarto en el viaje. Se extraño al no encontrar al menor en su cama, se levantó con sus ojos pesados y se tallo los mismos en un intento de despertarse aún más. Quito las sábanas que lo tenían como presa en la cama de aquella humilde cabaña, bajo sus pies y tanteo debajo en busca de su calzado de interiores. "¿Donde estará?" Pensó para si mismo. Salió de la habitación y se encontró con los pasillos vacíos, volvió a tallarse los ojos pensando que su vista le estaba haciendo una mala jugada. Escucho unas risas y se dirigió a paso lento hasta donde provenían.
Entro a la cocina encontrándose con dos de los chicos con los que estaba de viaje, Chenle les sonrió al entrar.

—¿Como te sientes pequeño?— Renjun fue el primero en hablarle, aún ocupado en su tarea de cortar lo que parecía ser un postre "¿Estarían preparando un rico desayuno?"

—Siento que no eh dormido lo suficiente— Contesto sincero.

—Aunque no lo creas, dormiste más de lo debido— Ambos mayores rieron.

—¿Que?—

—Son casi las cuatro de la tarde, dormiste bastante— Los ojos del pequeño chino se abrieron hasta no poder más, su sorpresa era enorme. Sabía que no había pasado una bonita noche, paso horas pensando en Jisung y la lista de besos que tenían que charlar, intentando aclarar su mente. Tampoco esperaba que pasara más allá del mediodía durmiendo— No te preocupes, Jisung nos dijo que no tuviste una buena noche y te dejamos dormir—

—¿Ji-jisung?— ¿Lo había visto dar vueltas en la cama? Eso significa que tampoco pudo pasar una noche tranquilo

—Si—

—¿Donde esta?—

—Se fueron hace unos minutos con Jeno a la ciudad— Si sus ojos ya estaban absortos en la sorpresa, se abrían aún mas grande si era posible—Compraran un par de cosas para esta noche— Jisung y Jeno a solas, no era una buena idea.  El mayor había estado detrás de cada movimiento de los dos menores, actuando sin temor en una suerte de ayudante en el amor. No era ningún secreto que Jaeno quería reflejar su amor imposible y no correspondido, en los dos pequeños del grupo. Quería hacer que el primer amor de ambos fuera único y los haga crecer, como aún eran jóvenes e inocentes, aceleraría un poco las cosas.

Del otro lado de la historia estaban los dos chicos caminando por los pasillos de un mini mercado cerca de la ciudad, en una mano sostenían una lista con todo lo necesario para la noche y en la otra, arrastrando un carrito con los elementos ya encontrados y listos para llevar. Desde que salieron de la casa donde se alojan, ninguno soltó una palabra que no fuera para indicarle el otro el camino o el siguiente producto que comprar. Jisung sentía que en cualquier momento Jeno soltaría una pregunta y sabía que no sería nada bueno, mordía sus labios y su corazón se agitaba cada vez que veía como los labios del mayor se movían para gesticular alguna palabra, su ritmo volvía a la normalidad cuando solo salían simples cosas.

—¿Porque me tienes miedo?— Soltó al fin el pelinegro, sosteniendo en alto la lista para leer las pocas cosas que faltaban.

—No te tengo miedo— intento sonar seguro

—Podrás mentirle a Mark, a Renjun, incluso a Jaemin— Trago fuerte y evito la mirada del otro— DongHyuk me dijo que te vio en tu cuarto— Ahí estaba su miedo, el tiempo se detuvo, no estaba listo para aceptarlo en voz alta. Difícil ya había sido para el luchar con su cerebro— Mirabas a Chenle y no como amigos—

—Hyung, es difícil— intento excusarse, no de Jeno, pero si de el mismo. Hace tan solo unas horas había comprendido lo que sentía.

—No Jisung, no lo es— Sujeto lo último de la lista y arrastro el carrito hasta la caja para poder terminar con las compras— Difícil es estar enamorado de alguien incorrecto, de alguien que no siente nada por ti, difícil es estar perdidamente enamorado de alguien que está feliz con otra persona, difícil es ser el tercero en una historia de amor completa, difícil es— Suspiro— Estar enamorado de Mark— El menor se sorprendió, todos en el grupo sabían del capricho de Jeno con el mayor, o eso pensaba todos en el grupo, que era un capricho más del pelinegro. Las palabras que había soltado no parecían provenir de un capricho.