Nuevos Sentimientos

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Los personajes no son mios le pertenecen a Kubo-sensei

La mañana llegó y con ella las incontables llamadas de Víctor al celular de Yuuri; fue una de ellas las que despertó a un lindo omega con ojos hinchados por haber llorado la noche anterior, al ver la cantidad de llamadas perdidas y mensajes decidió ir al baño y atender sin que su acompañante se dé cuenta.

Yuuri: Que quieres?
Víctor: Mi cerdito donde estas? Tus padres no quieren decirme nada
Yuuri:-ríe- Hipócrita... Para que quieres saber donde estoy?
Víctor: Cerdito vuelve... Te extraño
Yuuri: No Víctor... No pienso volver contigo.
Víctor: Yuuri -silencio- no puedes escapar de mí por siempre... Y lo sabes
Yuuri: Vete a la mierda Nikiforov

Y así dio fin a la llamada volviéndose un mar de lágrimas en ese instante. Sabia muy bien que si Víctor lo llegaba a encontrar estaba perdido, había soportado mucho, gritos, golpes, todo por amor y.... Miedo... Le tenía terror a ese hombre.
Se escucho un golpe en la puerta y con un hilo de voz logró responder que ya salía, después de lavarse la cara salió de allí con la cabeza baja para ir directo a su habitación, solo quería esconderse entre las sábanas y no volver a salir.

Otabek simplemente lo abrazó, sorprendiéndolo, lo llevó a la sala y lo sentó en el sillón, fue a la cocina a preparar un café y se lo entregó al mayor, sin decir una palabra se dirigió a su baño a darse una relajante ducha, ponerse ropa como para salir y volvió a la sala.

Otabek: Pequeño... Ve a bañarte y cambiarte... Vamos a salir.
Yuuri: sí, enseguida vuelvo -sonríe-

Yuuri fue hasta su habitación y eligió su ropa para después meterse a bañar sin querer pensar mucho en lo que estaba pasando.
Una vez cambiado bajo y vio al alfa esperándolo, este solo le paso un casco para salir de la casa donde le esperaba la moto del menor. Yuuri se sujetó fuerte del torso del menor y partieron a la ciudad,en el camino nuestro lindo cerdito podría jurar que nunca había sentido esa emoción tan relajante por la brisa que chocaba con su rostro.
Cuando llegaron a la ciudad pasaron por un café a desayunar como se debería con un platica muy amena para después partir a un shopping y darse una merecida mañana de compras, como se hizo tarde almorzaron en un bonito restauran en un muy cómodo silencio y partiendo nuevamente a su hogar.

Yuuri: Gracias por la salida... A sido realmente reconfortante.
Otabek: De nada pequeño... Me querés contar que pasó en la mañana?
Yuuri: -desvío la mirada- te parece si nos sentamos, para estar cómodos.

Ambos jóvenes se sentaron uno frente al otro con un incómodo silencio el cual fue cortado por el mayor.

Yuuri: -suspiro- Era Víctor, al parecer llamó a mis padres pero ellos no saben nada... Me dijo que no me podría escapar de él.
Otabek: -Frunze el ceño- Le temes?
Yuuri: -deja escapar una lágrima- Mucho... Llegó a pegarme muchas veces y yo tenía terror de irme además mis sentimientos... Cuanto sabes del porqué estoy aquí? -soltó sin rodeos-
Otabek: Solo se que te engaño y te fuiste, nose con quien o si pasaba algo más. Siempre me parecieron una pareja feliz.
Yuuri: Al comienzo lo fuimos, pero después empezaron los insultos y las amenazas pero creí que era el estrés por el trabajo poco después comenzaron los golpes y las...
Otabek: Las qué?
Yuuri: -Llorando- él me... snif... Él me violó.
Otabek: -Estaba que no se la creía, jamás pensó que aquel alfa fuera violento- con quién te engaño?
Yuuri: Prefiero no decirlo
Otabek: Por favor pequeño... Con quién fue?
Yuuri:- lo miro aún con lágrimas bajando por sus mejillas- Con Yuri... con Yuri Plisetsky.

El alfa lo miró entre sorprendido y decepcionado para después pararse de su lugar y abrazar al mayor que se dejo hacer en silenció siguieron así un poco más pero Otabek tenía una duda más

Otabek: El no te marcó no?

Yuuri negó con la cabeza y el alfa termino de comprender todo, el rubio lo había dejado por aquel ruso de pelo plateado y por ende este le había sido infiel a su pareja hace un año, tal vez más y ellos no lo sabían.
Tenia muy claro a partir de ese momento que el protegería a ese ser que estaba en sus brazos.

El tiempo iba pasando bastante tranquilo, Yuuri volvió a trabajar pero con el beta que también representaba al Kanzajo. Aún tenía miedo que Víctor lo descubriera y fuera a buscarlo y podría hacer daño también a Otabek.
Ese fin de semana a ambos les dieron la propuesta de viajar a EE.UU para una sesión importante de trabajo la cual aceptaron gustosos, los dos eran reconocidos en el mundo de la moda aunque el sueño del omega era otro.
El quería tener un café y formar una linda familia. Con el paso del tiempo le comenzaba a gustar el Kanzajo pero temía que le sucediese algo así que no decía nada respecto a sus sentimientos. Por otra parte Otabek estaba seguro de sus sentimientos, aquel pequeño omega fue un ángel en su vida, trajo con sigo compañía y un cariño que ni siquiera el rubio ruso logro dar, pero no quería presionar a SU pequeño angelito así que se mantenía callado respecto a eso.
Pasó una semana cuando llegaron a América por trabajo donde se instalaron en un hotel lujoso donde reporteros y admiradores les esperaban. Compartían habitación y les parecía asfixiante estar juntos sin poder decirse todo.

Yuuri:  Ota-kun vamos a llegar tarde apurate
Otabek: -si bien hace tiempo su pequeño lo llamaba de esa forma, aún sentía que las mejillas le ardían- Sí angelito ya estoy listo -dijo saliendo del baño donde se estaba cambiando y quedo embobado mirando a la persona frente suyo.

Frente a él estaba el omega con unos jeans negros, una camisa blanca remangada hasta los codos y su cabello peinado hacia atrás con unos zapatos negros, sin contar esa colonia que se mezclaba a la perfección con su aroma natural de chocolate.
Mientras Yuuri miraba sonrojado al alfa que exhibía unos jeans azules, camisa negra y unas zapatillas obviando la esencia de café que emanaba naturalmente.
Después de reaccionar salieron de hotel y fueron al trabajo en un taxi donde se instaló un cómodo silencio. Después de unas cuantas horas de trabajo decidieron salir a cenar a un restauran

El lugar se encontraba en un último piso de un edificio que daba una vista maravillosa de la ciudad, se ubicaron en unas de las mesas al lado de las ventanas, cenaron mientras platicaban un poco y disfrutaban de la música de fondo, pero no todo es...

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El lugar se encontraba en un último piso de un edificio que daba una vista maravillosa de la ciudad, se ubicaron en unas de las mesas al lado de las ventanas, cenaron mientras platicaban un poco y disfrutaban de la música de fondo, pero no todo es para siempre.
Cuando bajaron del taxi jamás esperaron encontrar a Víctor y Yurio esperándolos. Hace meses no sabían nada de ellos pero dudaban que todo terminara tan bien.
Pero Otabek no iba a dejar que lastimaran a su ángel y Yuuri no iba a dejar que lo apartasen de la persona que reparó su corazón y él estaba dispuesto a dárselo sin importarle las consecuencias. 

Mi pequeño ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora