Capitolo dieci

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Todos en el gremio estaban en silencio, nadie se atrevía a hablar, hasta que de una de las mesas del gremio se levanto un pelirosa, dirigiéndose la entrada de el gremio pero una voz le interrumpió.

-Natsu ¿A dónde crees que vas?- le preguntó demandante la peliescarlata.

-Eso no es de tu interés- le respondió cortante el pelirosa.

-Eres un...- iba a decir pero una rubia le detuvo.

-Déjalo no vale la pena- le dijo la rubia a la escarlata.

-Tienes razón-, no tiene caso que pierda mi saliva con este incompetente que no pude evitar que se llevaran a Juvia- dijo con cierta pizca de odio hacía el pelirosa.

El pelirosa no dijo ni hizo nada, solo siguió su camino, saliendo del gremio; mientras tanto en el consejo mágico de ERA podemos ver como en la entrada de este, un carruaje se detiene, y de el mismo baja una joven de cabellos azules, la cual lleva unas esposas en sus muñecas las cuales le impiden usar magia. Un pequeño anciano se acerca a la joven con una mirada llena de preocupación, mas no de decepción.

-Juvia...- le llamó aquel anciano de diminuta estatura.

-Maestro... Juvia... Juvia no robo nada...- le dijo al borde del llanto la peliazul.

-Lo sé... no te dejaré sola hija mía- respondió con una sonrisa.

La joven solo le devolvió la sonrisa, y dos guardias le indicaron que debían de avanzar, y tal como se le fue indicado, la peliazul emprendió camino hacía el interior de aquel enorme edificio, escoltada por cuatro guardias, que solo vigilaban que no intentara algún movimiento que sea sospechoso.

Rápidamente llegó hasta una enorme sala, sala donde sería juzgada por los consejeros y magos santos del continente.

-Juvia Lockser... usted esta hoy aquí porque se le acusa de robar información de vital importancia para el consejo mágico- habló el que ejercía el puesto de juez en este caso.

-Juvia sabe de que se le acusa...- respondió con tristeza.

-¿Tiene algo que decir?- preguntó el juez.

-Juvia es inocente...- contestó con notoria tristeza en su voz.

-Eso no lo sabremos hasta haber encontrado las suficientes pruebas para demostrar su inocencia o en su defecto su culpabilidad- explicó, nuevamente el juez.

-Juvia entiende- contesto a secas la maga de agua.

-Por las mismas razones ya anteriormente mencionadas, será llevada a una celda donde estará hasta comprobar su inocencia- lanzó un breve suspiro -¿Desea agregar algo más?- preguntó.

-No... Juvia ya no tiene más que decir- contestó de nueva cuenta tratando de mostrarse fuerte.

Una vez terminada la audiencia, escoltaron a la joven peliazul a una celda, pues dado que aun no estaba comprobada su culpabilidad de los hechos, decidieron solo llevarla a una celda para que este temporalmente hasta que sea declarada inocente o culpable.

Mientras tanto en Magnolia, un joven pelirosa se encontraba en el lago donde paso sus últimos momentos con la maga de agua, mirando al cielo nublado, amenazando con desatar una tormenta, era como si el cielo comprendiera su tristeza.

Sus ojos derramaban silenciosas lágrimas, y el cielo le hacía compañía, pequeñas gotas de lluvia caían en sus cabellos rosados, en su puño un pequeño zafiro yacía en el, brillante y deslumbrante, igual a ella, tambaleante se levanto de la orilla de aquel lago.

Narra Gajeel

Todos estábamos en shock, mi hermana, mi mejor amiga, se la llevaron, y nada me atreví a hacer para evitarlo, soy un cobarde, todos en el gremio estábamos en silencio, nadie decía nada, hasta que veo a Salamander dirigirse a la entrada del gremio, al igual que a todos, la partida de Juvia le afecto.

En tan solo unos meses ese par se habían vuelto inseparables, y a diferencia de mi, él si tuvo el valor para al menos intentar que no se llevaran a Juvia.

Hace 2 meses

Era un día tranquilo en Magnolia, se podía ver a un joven de cabello azabache y a una peliazul en la parte trasera del gremio.

-¿Qué sucede Juvia?- preguntó el joven azabache.

-Juvia quería hablarle de algo importante Gray-sama- le dijo con semblante tranquilo.

-Claro... ¿y qué es?- volvió a preguntarle a la peliazul.

-Juvia dejará en paz a Gray-sama- dijo con una sonrisa.

-¿Qué...?- preguntó nuevamente en voz baja.

-Juvia al fin entendió que lo que realmente por Gray-sama es meramente un sentimiento de agradecimiento- explicó tranquila y con una leve sonrisa -Fue Gray-sama quien le mostró el cielo azul a Juvia, pero Juvia confundió el agradecimiento con amor- finalizó mientras soltaba un suspiro de alivio.

El azabache solamente la miraba atónito, jamás pensó que la peliazul renunciaría a él, pero sin importar que tanto le insistiera la maga de agua, la verdad era que no le podría corresponder, pues su corazón ya tenía dueña, aunque desde la batalla contra los dragones ya no la volvió a ver o a saber de ella.

Cuando finalmente reaccionó le regalo una leve sonrisa a la maga de agua, la cual solo sostuvo sus manos entre las suyas, para después hacer una reverencia en forma de agradecimiento.

Después de aquella charla la relación entre ambos magos mejoró, pues ambos sabían que solo podía haber amistad entre ellos, y que tarde que temprano, encontrarían a aquella persona que realmente les hará felices.

~Finalmente se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos, pero han sido separados por dos almas malignas que solo buscan su propio bien, pero sé que no importa cuanto les hagan sufrir, ustedes estarán juntos, reinando en mis tierras, llenas de paz.

Búscala y ve por ella, ella te espera con el corazón latiendo por ti y solo por ti, no pierdas el tiempo, y por aquellas almas malignas no te preocupes, yo me encargare de su castigo, ahora ve y búscala, vive con ella y para ella~

La Derrota del más Fuerte «Navia» [EDITANDO]Where stories live. Discover now