22. Conmociones.

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                          XXII| Conmociones



El cuerpo de la castaña se tensó y el miedo cruzó en su semblante sin poder evitarlo.



— ¿Estás hablando enserio?

—No veo de qué manera es posible jugar con algo así — Cuando el último botón fue desecho. El bronceado y bien marcado torso del pelinegro estuvo al descubierto. — Entonces, ¿te desvistes o te desvisto?

—Yo... — Inconscientemente Cassandra presiono sus manos contra el cuello de su blusa. — No estoy lista.

—Eso no te detuvo antes, ¿Por qué ahora? — La castaña pudo ver como el chico se acercaba lentamente como un depredador acecha a su presa y ella era la presa.

— ¡Suéltame! — Gritó desesperada una vez que sintió las manos de Jaxson en su cintura. El tacto no fue exigente, brusco o siquiera malintencionado. Fue más como querer sentirla de alguna manera.

—Si fuera Schulz no dirías lo mismo...

— ¡Entiéndelo! — Musitó alterada. — ¡No me acosté con Marcus! ¡No tengo sentimientos por él! ¿Por qué no lo puedes entender?

— ¡Ya no mientas! — Gritó igualmente alterado. — ¡Hueles a él! ¡Tienes una esencia diferente! ¡No me puedes hacer idiota! ¡Te metiste con él de otra manera no olerías así!

— ¿De qué rayos hablas? ¿Qué significa eso?— No pudo evitar sentir esa opresión en el pecho, era preocupación. — ¡No entiendo! ¡Marcus y Eliezer me dijo lo mismo! ¡Marcus incluso me insinuó que me si me había acostado contigo! ¡Ustedes simplemente están locos!



Jaxson abrió la boca para decir algo, pero enseguida volvió a cerrarla. Tomó la camisa con la intensión de salir del cuarto, pero detuvo por un momento.



—Puedo torturarte para que digas la verdad, y lo sabes — Por el tono tan serio la castaña supo que no estaba bromeando y la amenaza era latente. — A ti y a ese traidor.

—Lo sé y créeme aunque me tortures recibirás la misma declaración — Hizo una pequeña pausa. — No me acosté con Marcus.

—Sabes que me has dado motivos para no creer lo que con tanto fervor te empeñas en objetar

—Sé que no crees en mí y sabes que tampoco me importa que me creas, yo sé lo que hice y no hice — Cassandra cruzo los brazos sobre su pecho. — Y no me acosté con Marcus.

—Por ahora te creeré — Se limitó a decir mirándola por un segundos cuando giró su rostro hacia ella. — O eres muy buena actriz o estas diciendo la verdad. Por esta ocasión te salvaste, no llegues a mi limite Cassandra Milano, no sale nada bueno de eso. Ahora, este será tu cuarto, si tienes hambre pide que te traigan algo. El servicio te atenderá.



Y milagrosamente Cassandra hizo algo realmente prudente, calló.



—Tengo algo que preguntarte — La voz del pelinegro era lenta y pausada. — Si no existiera... olvídalo.

BraveWhere stories live. Discover now