"The Kings" {L.S} [M-PREG]

Capítulo 9

El príncipe había pasado una semana fuera del reino a causa de un simulacro de guerra que todos los soldados tenían que hacer cada cierto tiempo.

Louis lo había extrañado, sus días eran increíblemente largos y sus noches irremediablemente aburridas, lo único que lo había mantenido ocupado durante esos 7 días había sido la compañía de Gemma, y el hecho de que voluntariamente se había ofrecido a ayudar a su madre en el trabajo de servir a los soberanos.

Se había acostumbrado tanto a trabajar y a servir a otras personas que la sola idea de tener que estar durante 7 días sin hacer nada se había descartado inmediatamente.

A simple vista nadie notaba que la mente de Louis estaba activa las 24 horas del día en distintos temas.

Por un lado estaba su madre, Louis nunca le había ocultado nada, nunca le había mentido y siempre había sido honesto con ella, así que el hecho de salir todas las noches a espalda suya era algo que simplemente no le agradaba, sin embargo lo aceptaba y al otro día comenzaba con su rutina como si nada hubiese pasado. Se convencía a si mismo diciendo que valía la pena hacerlo, que era Harry quien lo hacía salir todas las noches y en cuanto se encontraban en los jardines del reino y Harry lo rodeaba con sus brazos sabia que a pesar de todo verdaderamente valía la pena.*

Y por otro lado estaba su... relación con Harry. Lo único que sabia Louis era que las únicas dos personas enteradas de lo suyo eran Gemma y Alexander, sospechaba que Azeneth sabia algo sin embargo después se daba cuenta que las neuronas de la rubia no daban para tanto, no se podía quejar Harry era una persona maravillosa que lo trataba realmente bien, lo único que lo frustraba era tener que esperar a la noche para poder abrazar al rizado o solamente poder besar sus labios en la soledad de sus aposentos o tener que fingir una sonrisa mientras veía como el príncipe se paseaba con la princesa de Grecia pegado a él como las serpientes iban pegadas en la cabeza de Medusa.

No se atrevía a quejarse, sabía que no estaba en condiciones de oponerse a nada, tan solo llevaban un mes de aquel día en que se besaron por primera vez y Louis no quería que Harry pensara que quería apresurar las cosas.

Tampoco esperaba que el príncipe lo presentará delante de todos como algo más que un ciervo, sabía perfectamente que eso, quizás, nunca pasara, porque Harry estaba hecho para caminar al lado de una bella  princesa con sangre real corriendo por sus venas en lugar de estar con un joven pequeño, delicado, vergonzoso y que encima era un ciervo.

(...)

La princesa Azeneth había viajado hasta Egipto para visitar a sus padres.

-Quiero, inmediatamente, que todos se retiren de la sala del trono ahora mismo. -Dijo ella sin contemplaciones observando a los ciervos con superioridad.-

Rápidamente todos salieron con la cabeza gacha y las manos detrás de su espalda dejando solos al rey y a la princesa.

-Padre, quiero que me saques inmediatamente de ese palacio. -Azeneth ni siquiera había saludado a su padre.-

-¿Por qué tendría que hacer eso? -El rey tomó la copa con vino y le dio un trago.-

-Porque ese reino está lleno de idiotas,  sus costumbres son aburridas, sus dioses son falsos y la compañía de ellos estorba. -Azeneth estaba furiosa, había pasado un mes en aquel reino y había tenido que fingir todos los días de su vida, era momento de descargarse.- Me mentiste, dijiste que iba a ser la reina de aquel lugar y a día de hoy el estúpido príncipe ni siquiera me ha presentado como su prometida.

-Mi bella hija es tan hermosa como la propia Isis, ¿Porqué el príncipe aun no te ha presentado?

-Porque el príncipe no tiene nada mejor que hacer que tener amoríos con su ciervo. -El rey elevó una ceja y ella prosiguió.- Se creen que no me doy cuenta, piensan que no noto las miradas que se dan, las sonrisas que se dedican, el tono de su voz al hablarse, hay que estar verdaderamente ciego para no verlo.