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Desperté por el insistente sonido de unos toques en mi puerta.

Gruñi y me tapé hasta el cuello con mi cobija deseando que el que sea que estuviera fuera de mi habitación se rindiera y me dejara dormir un poco mas.

-Davina es hora de despertar- reconoci la voz de mi padre hablarme desde afuera.

Me estiré en mi cama resignada a que ya no dormiría, soltando un gemido de satisfacción me estiré y seguido me incorpore en mi cama aun sintiendo un poco de sueño, maldije un poco por quedarme hasta tarde leyendo. Si no fuera por eso a esta hora ya estaría hasta cambiada.

-davina- volvió a insistir papá.

-ya estoy despierta- le contesté de mala gana mientras me levantaba y buscaba mi bata.

-muy bien cariño quiero que vengas a la habitación de Elizabeth les tengo una sorpresa- dijo con tono de voz que me pareció que era ansioso y alegre.

Fruncí el ceño ante tal extraño entusiasmo y cuando estuve lista abrí la puerta un poco brusca asustando a mi padre y a las dos mujeres que lo acompañaban.

- Lo siento- dije apenada.

Papá me miró negando con la cabeza con una sonrisa plasmada en su boca. Antes de besarme la frente.

-Mi preciosa niña- me saludó muy alegre- hoy amaneciste más preciosa que ayer.

-¿a que se debe tu muy buen humor? - le pregunté curiosa por recibir tal alago mientras me acercaba a el para besar su mejilla.

-Estas apunto de enterarte- me dijo en un susurro como si eso fuera un secreto.

Intrigada por la sorpresa que papá nos diria caminé siguiendolo hasta la habitación de Elizabeth y juntos tocamos a su puerta.

-Elizabeth- la llamo tal cual lo habia hecho conmigo- ¿estas bien? ¿estas visible?

Escuche un poco de ajetreo adentro y me pegue mas a la puerta para escuchar mejor.

- Si, si- contesto y sin mas tardanza abrí la puerta.

Elizabeth estaba a mitad de su habitación con su bata puesta, la miré extraña un momento mientras las mujeres abrían las ventanas. La brisa matutina proveniente del cuerpo y la luz de la mañana entraron por las ventanas y pude sentir cierta tranquilidad.

-¿por qué se levantaron tan tarde?- preguntó papá mirándonos expectante.

- Creo que solo se nos pegaron las sabanas- contesté poniéndome a lado de Elizabeth.

Esta me sonrió y seguido miró a papá.

-tengo un obsequio para ambas- dijo por fin lo que quieria escuchar.

Elizabeth y yo miramos ansiosas las dos cajas que las mujeres traían y cuando papá las abrió me quedé muda.

Un hermoso vestido rosa palo con encaje estaba en la que se suponía era mi caja. Solté un grito de alegría mientras lo tomaba.

-¡es hermoso!- dije fascinada viendo el vestido.

- ¿Puedo saber a que se debe el regalo?- pregunto Elizabeth mirando a papá con una ceja alzada mientras tomaba su vestido beige.

-¿Acaso se necesita una ocasión para darles un regalo a mis niñas?- contestó mirandonos a ambas.

Elizabeth y yo nos miramos felices y sin pensarlo corrí al closet de mi hermana para comenzar a vestirme, ella enseguida me siguió.

- ayudenlas- escuché decir a papá.

Las mujeres llegaron y nos empezaron poner el corset.

-Habia pensado en que lucirían muy bien los vestidos en la ceremonia de hoy- dijo papá desde el otro lado de la habitación.

-¿Cuál ceremonia? - preguntó Elizabeth.

-La ceremonia de promoción del Capitán Norrington- dijo llendo al grano de la situacion, no pude evitar soltar una risilla porque ahora entendia todo, papá quería que Elizabeth se viera bien para cautivar aun mas al teniente y al parecer yo solo gané un vestido.

Elizabeth me miro mal mientras yo me burlaba un poco de ella.

-Comodoro Norrington ese será su puesto- escuché a papá decir con un toque de orgullo- un excelente caballero ¿no crees davina?

Solte un gemido de dolor cuando la mujer me apretó el corset.

-si un muy buen partido- dije sin aire pero no deje pasar la oportunidad de burlarme de Elizabeth- y creo que está interesado en Elizabeth.

Elizabeth me miró fulminante ante el comentario.

-¡Eso es lo que iba a decir!- dijo emocionado papá.

Elizabeth estuvo apunto de decirme algo pero ahora fue ella la que se quejo por el corset.

-¿todo bien? ¿como les quedaron- preguntó un poco preocupado papá ante nuestras quejas.

-si, están bien- contestamos al unisono.

- pero es un poco difícil de decir- dijo Elizabeth un poco ahogada por la falta de aire.

Yo no pude decir nada por que corset del vestido era muy apretado.

-La modista me dijo que es la moda en Londres.

La mujer que me acomodaba el corset nuevamente lo apretó y me volvi a quejar.

-Creo que las mujeres en Londres puede que no repiren- dije una vez que terminó de ajutarlo y comenzó a ponerme el resto.

Papá se disculpó con nosotras ya que alguien estaba abajo buscándolo. Nosotras seguimos arreglandonos entre quejas y comentarios acerca del teniente Norrington.

Cuando estuvimos listas bajamos las escaleras y justo en el recibidor vimos al joven Turner con papá.

-Elizabeth, Davina- exclamó papá cuando notó nuestra presencia mirándonos contento- se ven hermosas.

-Will- exclamó emocionada mi hermana bajando aún más rápido las escaleras hacia el joven ignorando por completo a papá-¡Qué gusto verte! Acabo de soñar contigo.

Will miró a mi hermana sorprendido ante tal declaración y supe que por la cara que mi padre hizo no le agradó del todo el comentario.

-¿conmigo?- preguntó nervioso mirando a mi hermana reflejando un sin fin de emociones como si fuera la cosa más hermosa del mundo.

La mirada del joven Turner en mi hermana me hizo sentir un poco de celos ya que nunca lograría que alguien me mirará así pero a la vez me sentí feliz por ella, puede que Will no tuviera un rango poderoso pero era un joven guapo y con un corazón de oro.

- si will fue Sobre el dia en que nos conocimos- dijo Elizabeth mirándolo muy intensamente.

Oh. Estos dos se traen algo.

-Señorita como olvidar ese dia- le contestó un poco incómodo por la mirada que mi padre tenía sobre el.

-Cuantas veces te lo he pedido dime Elizabeth- dijo mi hermana con voz cansada pero aún así miraba con cierta admiración a Will.

-No las suficientes..señorita- contestó manteniendo la compostura aunque estaba segura de que si por el fuera le diría como ella se lo pidiera.

-Que gusto el muchacho conoce de propiedad- dijo papá interrumpiendo las miradas que estos dos se estaban dando- Pero ahora debemos irnos. Niñas- nos llamó dándose la vuelta hacia el carruaje.

Elizabeth miró un poco dolida a Will pero rápido cambio su semblante y se despidió de el de una manera muy seca y sin mirarlo de nuevo camino siguiendo a papá.

Yo fui la última en salir seguida de Will.

—Te ves hermosa Davina. No te sorprendas si hoy recibes una propuesta de matrimonio- me dijo mirándome con una media sonrisa.

-Gracias Will- le agradecí sintiéndome avergonzada.

Con un último adiós me subí al carruaje y asi emprendimos el viaje a la ceremonia más esperada del año.

...
Nuevo capítulo
Espero lo disfruten.
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Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraWhere stories live. Discover now