15.

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— eres un maldito— gruñó elizabeth y corrió hacia aquel hombre y comenzó a golpearlo.

—Bienvenida a bordo muchacha— le respondió tomandola de los brazos y mirándola enojado— la última vez te aprovechaste de nuestra hospitalidad y creo que sería bueno que ahora nos regresaras el favor.

La mirada en el rostro de aquel hombre no me dió buena espina pero antes de poder hacer algo este aventó a Lizzie hacia los piratas y estos comenzaron a tocarla.

—elizabeth— grité y traté de acercarme a ella pero el hombre que había tomado a mi hermana ahora me tomó.

—Vaya pero que tenemos aquí— pronunció mirándome lascivamente mientras sonreía.

— suelteme— le gruñi forzajeando para que me soltará.

—Vaya rostro preciosa— soltó tomándome se las mejillas con fuerza logrando que gimiera de dolor— hoy estas suerte, eres todo lo que me gusta en una mujer y no creo ser capaz de asesinarte.

Miré asustada a aquel hombre al sentir su rostro muy cerca del mío, su cercanía era tal que podía oler el alcohol que emanaba.

— Hoy todos ganamos — le gritó a su tripulación soltando una carcajada la cual esos maldito le contestaron riendo y siguieron tocando a mi hermana, mientras él me besó la mejilla.

Traté de soltarme de ese hombre asqueada pero este parecía no ceder, no fue hasta que una voz que conocia muy bien se alzó.

—Barbosa— gritó Will trepando por estribor— déjalas libres.

Todos los presentes miraron perplejos a Will y este cuando estuvo dentro del barco tomó una de las pistolas que nos habian quitado y apunto al pirata que ahora sabía que su nombre era Barbosa.

—que es lo que intentas muchacho— le preguntó caminando hacia el seguido de tres de sus secuaces pero aún sin soltarme.

—dejalas ir— dijo nuevamente cargando la pistola para disparar.

Barbosa miró intrigado a Will y se acercó más a el no sin antes aventarme al suelo.

—solo tienes un tiro muchacho— lo provocó con dieta diversión en su voz— y no lograrías hacernos nada.

Miré confundida al capitán ante sus palabras.

¿Cómo? ¿Acaso ellos no podían morir? Pensé.

Will pareció pensar algo y después de unos segundos apuntando a Barbosa retrocedió y se subió a estribor para que todos lo vieran.

—No pueden morir— habló — pero yo si.

Will apunto la pistola a su cuello y yo solté un suspiro asustada.

—No— exclamé mirándolo aterrada de lo que iba a hacer, escuché a Elizabeth gritar también y asustada me levanté para ir hacia el pero uno de los piratas me tomó del cabello logrando que gritara ante el jalón y me aprisionó.

—¿quien eres tú?— le preguntó Barbosa mirándolo curioso.

—Nadie— escuché que exclamó Jack llamando la atención de todos— no es nadie es el hijo de una prima de una amiga de mi tia— dijo Jack colocándose enfrente de Barbosa— canta hermoso por cierto.

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora