2.

9.5K 825 46
                                    

El sonido de los tambores retumbaba en mis oídos haciendo que mi cabeza doliera por tal ruido, no sabía si era por el hecho de que no podía respirar bien pero me sentía muy débil. El ruido de los soldados y los cuchicheos de las damas alrededor de mí me hacían sentir peor.

Elizabeth y yo estábamos junto a las demás mujeres mirando como los soldados con sus pintorescos trajes y sus rifles marchaban firmes y serios al rededor de la plaza en la que estábamos.

—Estoy mareada— dije moviéndome incomoda por el corset sosteniendo mi sombrilla.

Elizabeth me miró divertida con una mueca en el rostro.

—ya quiero quitarmelo— dijo mientras abría su abanico y comenzaba a darse un poco de aire.

Ambas no dijimos nada más y nos dedicamos a presenciar la ceremonia. Conforme está transcurría el sol iba poniéndose más y más intenso y el calor comenzó a sofocarnos, ni siquiera el abanico de Elizabeth nos podía refrescar.

El ahora Comodoro Norrington comenzó a maniobrar con una espada asombrando a todos los presentes, Elizabeth lo miraba sin emoción alguna mientras se aferraba a mi, ella se sentía igual que yo.  Yo también me sentía un poco mal pero trataba de tener mi mejor cara porque muy cerca de mi se encontraba el soldado Adam O'Connell.

Sentí mis mejillas arder al ver al guapo soldado en posición de firmes, expresión seria y con su traje que le quedaba muy bien, suspire como idiota al verlo tan cerca pero también tan lejos de mi.

—¿Que fue eso?— me preguntó juguetona Elizabeth.

—Nada— dije mirandola mientras sentía que mis mejillas se ponían calientes.

Elizabeth frunció el ceño y miro hacia donde yo miraba hace unos segundos y entonces lo entendió.

—¿Por que no le hablas? Digo eres muy hermosa, lista, graciosa eres un amor de persona Davina le encantaras— dijo mi hermana mirando a Adam y después a mi con una mirada pícara.

Me reí ante su mirada.

—No soy lo que el espera— dije un poco desanimada.

Elizabeth me iba a decir algo pero calló al ver que Adam volteaba a nuestra dirección, mi corazón se paró cuando cruzamos miradas y juro que casi me desmayo cuando me sonrió.

—oh por dios— dije en un susurro estrujando la mano de Elizabeth, ella me la apretó emocionada hasta que Adam me dejó de ver.

—¿que fue eso?— me preguntó sonriente.

No supe contestarle por qué no yo sabía cómo semejante hombre había notado mi existencia.

...

La celebración continuó y Elizabeth nunca se quiso separar de mi ya que ambas sabiamos lo que pasaría si nos separabamos. El Comodoro llevaba toda la tarde mirándo a mi hermana buscando la oportunidad de acercarse pero al parecer no la había encontrado y se debía a que yo estaba presente, teníamos un plan y mientras no nos alejaramos este funcionaria, pero en un descuido ocurrió lo que temiamos.

—¿elizabeth puedo hablar contigo?— escuché que el Comodoro le preguntaba a mi hermana para después mirarme a mí con ojos suplicantes, importandole poco que esta estaba aferrada hasta las uñas de mi.

Elizabeth tragó en seco y asustada me soltó el brazo resignada a afrontar las cosas, sin más que decir me aleje de ellos solo un poco y terminé en una esquina a lado de un cañon que apuntaba al mar.

La brisa caliente me volaba los cabellos mientras sentía que me iba a desplomar.

Ya no aguantaba nada y como pude comencé a respirar profundo. El calor me estaba matando, el corset no me dejaba respirar y las gruesas telas del vestido me envolvían haciendo que sudara a más no poder.


No sé qué fue lo pasó pero lo último que recuerdo es que escuché a alguien gritar fuerte mi nombre pero a los segundos sentí que mis piernas sedieron y no se como pero comencé a caer.

...

¡Capitulo nuevo!
Subiré otra parte mas tarde
Disfrutenla
💕

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraWhere stories live. Discover now