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Me encontraba siendo brutalmente penetrado, mordido, y golpeado, por Sango, no se que abra pasado, solo se que llegó a mi cuarto y me comenzó a golpear, luego me quito la ropa y me ordenó que me quedara quieto...

Acabo al rededor de 2 horas, donde cada vez me dolía mas el trasero. Se corrió por fin y grite de dolor, lo hizo dentro.

Yo me acosté de costado, tenía punzadas y ardor en mi entrada, mis lágrimas caían en silencio, no quería molestarlo y que volviera a lastimarme.

- Volví a desquitarme contigo.- frunció en ceño.

Se acerco y lentamente me acomodo.

- por..por hoy...ya no...- lo mire a los ojos. Y el asintió, creo que vi un atisbo de arrepentimiento.

- te ayudaré a bañarte.- negué repetidas veces.

- vamos.- dijo y me alzo en brazos.

Me dejo en la bañera y largo en agua fría, la cual al hacer contacto con mi trasero quemo.

- ahhh- grite y me intente parar, pero mi cadera estaba mal, y caí de rodillas, también me golpee la cara con la bañera.

- ¿Estás bien? - dijo al ver que me había golpeado.

Negué y mas lágrimas callerón.

- No te muevas.- asentí.

Volvió con un pomo de crema .

Se metió a la bañera.

- Ponte de rodillas, voy a lavarte.- negué, pues me daba vergüenza.

- Es el único trasero que he follado, ya lo conozco.- dijo.

Hice lo que ordeno.

- Necesito que te relajes, contaré hasta 5 y meteré 2 dedos.- negué.

- 1..........2...........3...........4...........5- sentí como sus dedos se introducían y como mi entrada dolía.

- ahhhh, quitalos por favor, me duele mucho, estas lastimandome, por favor Sango, Por favor Sango.- sollozaba fuerte, sentía como corría el semen por mis piernas pero aún quería que sacará sus dedos, me ardía.

-shhhhh, shhhh- se estiró y beso mis labios.

Saco sus dedos de mi interior, cosa que me tranquilizo.

- Muy bien, eres un buen chico.- baje la mirada.

Nos levantamos de ahí y secamos el cuerpo, lentamente fuimos hacia la cama.

- Trasero alto, como si fueras un gatito en busca de sexo y pecho contra el colchón.- negué y el levanto una ceja cosa que me hizo actuar.

En esa humillante posición me coloque y sentí como el acariciaba mi entrada, la crema estaba fría y al entrar en contacto con la zona lastimada, se calmaba el ardor.

- ya está- dijo y comenzó a vestirse.

Yo con un poco menos de dolor hice lo mismo pues no quería andar desnudo.

- ¿Joaquín ?- lo mire.

- voy a permitirte que merodees en la casa y en el patio, pero no puedes hacer amistades.- asentí.

- ¿Por que?- dije

- no me cuestiones y obedece. - asentí nervioso.

Se abotonó la camisa y se marchó.

Pero antes se hacerlo a mi, por lo que empecé a temblar de miedo, se agachó y dio un beso muy leve en los labios y otro en la frente.

- descansa en 3 horas debes empezar a vestirte para la presentación.- asentí.

El Esclavo del Vampiro Where stories live. Discover now