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Narra Joaquín.

Me desperté sin sentir los brazos de Sango en mi cuerpo, al fijarme la hora comprendí que en realidad eran cerca de las 1:30 de la tarde, por lo que no me pareció raro que el no se encontrará a mi lado.

- Buenos días Vampiro.- dije notando que estaba leyendo el diario.

- Buen día Joaquín.- me sonrió.

- No te desperté, te vi cansado.- dijo.

- Hubieras dormido un poco más Sango.- dije rodeando, bese su cabeza sintiendo su suave cabello pero luego de esa acción el se corrió muy bruscamente.

- Lo lamento, yo no quería incomodar te.- dije arrepentido, a pesar de que Sango muestra mucho cariño conmigo y le gusta tocarme, es muy arisco a que yo haga lo mismo con el.

Me di vuelta y calenté agua para hacerme un té. Recuerden que como vampiros podemos tomar infuciones pero nada más.

Cuando termine de prender y colocar la pava en el fuego Sango me abrazo.

- Lo lamento, sabes que soy arisco, hace muchos años que nadie hacia eso y la última persona que lo hacía me lastimo mucho muñeco.- dije para besar mi mejilla.

- Está bien, relajate.- dije acariciando su mejilla suavemente.

- ¿No estás enojado? - dijo en mi oído.

Negué.

- ¿Quieres conocer los alrededores?- dijo.

- Podemos ir a ver los cultivos y el centro del lugar, podemos catar algunos vinos.- me dijo.

- Está bien, me visto y salimos.- dije mientras me preparaba mi té para luego tomarlo tranquilamente.

Subí arriba y me puse una camisa azul con un pantalón negro y una zapatillas simples.
Baje las escaleras para encontrarme con Sango.

- Te ves espléndido.- dijo.

Sonreí.

- Vamos.- dijo levantándose.

Camine detrás de él y cuando salimos de la casa tomó mi mano y comenzamos a caminar, cada tanto me contaba sobre el pueblo y la cultura del mismo, pasamos por una plaza que según me contó fue echa por el fundador del pueblo, luego fuimos a una bodega de vinos y catamos algunos, en realidad Sango me enceño a diferenciarlos.
Luego dimos una vuelta por el Centro del pueblo.

Me compré dos remeras y unas bermudas de vaño por que no tenía ninguno y mañana quedamos con ir a la pileta.

- muñeco ese chico te está mirando desde hace un rato.- dijo Sango.

Me di vuelta y me encontré con Sango mirando a un castaño.

- ohh Nonono -le dije escondiendome.

- ¿Quien es?- dijo sonriendo.

- Mi admirador.- dije en susurros.

- ¿Admirador?- gruñó.

- JOAAAAAQUÍN !¡!¡!¡!¡- grito Toni y corrió hacia mi dirección.

- hola! - dije sonriendo un poco.

- ¿Estas aún más guapo que cuando terminamos el instituto?-dijo sonriendo.

- ¿Cómo estás Toni?- dije incómodo.

- oh muy bien¿y tu?- dijo muy alegre.

- Si, Igual.- dije con una sonrisa y pude ver como sus mejillas se coloreaban.

- Adiós.- dijo y se acercó a darme un beso en la mejilla, el problema es que antes de hacerlo corrió sus labios a los mios.

OH OH OH NOOOOOO! ESTO ES MUUUUY MALOOO.

El Esclavo del Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora