20 | Una reunión familiar

15.4K 1.1K 214
                                    

VEINTE.


Madyson Grey


—¿Es una broma? —cuestioné.

—No y no hay tiempo para tonterías —habló mi tío con voz serena y caminó hacia mí como si danzara, deslizándose, sin tocar nada ni a nadie— Todo es un caos ahora mismo —alcé una ceja—Cada uno aquí sabe cuáles son sus guerras y las está afrontando pero tú, querida sobrina, estás en varios problemas —suspiró— La reina Deborah quiere matarte y aprovechará cualquier ocasión para mandar a sus espías, y tú, niña, lo único que haces es alejar a tu mayor protección de ti —ladeé la cabeza— Alejas a quien, aunque te resistas, será tu pareja. Ya déjate de tonterías porque sabes que lo quieres —me tensé— Pronto cumplirás los 21 años y tu loba saldrá, para ese entonces, quiero que estes marcada por tu novio —ordenó y apreté los labios.

—¿Te crees que puedes venir e imponerme cosas que solo nos conciernen a mi pareja y a mí? —pregunté incrédula— ¿Quién te crees que eres?

—A ver, cómo te lo explico —se acercó, se acuclilló frente a mí y cerró sus ojos grises durante un instante para después volver a abrirlo. Me eché hacia atrás asustada— No soy a alguien a quien le debas decir que no, querida sobrina.

—Eres un... —me quedé sin palabras— Eres un demonio.

—Sí y la mitad de la sangre que tienes también te convierte a ti en una demonio —aceptó y fruncí el ceño mientras negaba.

—No sé de qué mierda hablas —negué con la cabeza— Mi padre era un licántropo de sangre pura y mi madre era una rogue que...

—Mi hermana era una demonio, perdón, es —se corrigió y sentí mis ojos cristalizarse.

—Cállate —pedí sintiendo una presión en mi pecho— Mi madre está muerta.

—Madyson... —Beathriz comenzó a hablar.

—Que te calles —gruñí mirándola mal —Todo esto es una puta locura.

—No hay tiempo de estupideces, niña —rugió mi tío— Si no quieres que te maten a ti y a tu hermana por ser híbridas, aceptarás a tu pareja...

—...no puedo hacerlo, yo...

—¡...Y me da igual si tienes que follartelo o lo que sea! —dejó mi voz en el olvido levantando la voz— Harás que ese hombre se quede a tu lado y lo atarás a ti para que te marque antes de tu cumpleaños —orden con voz fuerte.

—Si Colton te marca, dormirá tu lado demoníaco —William habló con voz más suave.

—¿Por qué el lado demoníaco de Beathriz no ha despertado? —cuestioné sin saber qué decir.

—Beathriz tiene sus demonios comiendosela —espetó mi tío— He tenido que drenarla casi hasta la muerte para que sus demonios durmieran.

Miré a mi hermana y por primera vez en mi vida, la ví en el sillón con la cabeza baja.

—¿Quién nos matará si se enteran? —cuestioné.

—La Corte y los reyes —contestó Evan.

—A duras penas aceptan a las brujas, no aceptarán de ninguna manera a unas hibridas y menos si son medio demonio —comentó William.

—Nos conviene que te cases con él, Mady —habló Beth— Si llegas a reina y lo enamoras, no querrá matarte y a mi tampoco.

—Dos blanco de un tiro ¿no? —reí de mal humor— Es demasiado información para menos de una hora.

—Pues tendrás que asimilarlo todo —ordenó mi tío y asentí— Ten cuidado con lo que haces, Madyson. La reina tiene oídos en todas partes y si llega a enterar de que eres una híbrida, irá a matarte porque no permitirá que exista alguien más fuerte que ella y su marido —apretó los labios— No hables con nadie sobre esto.

—Ya entendí —dije sin mirarle.

—Bien —asintió— No soporto las imprudencias y no quiero errores, Madyson.

—¿Y qué pasa con mi madre? ¿Ella está...?

—No hay tiempo —se enderezó y se separó un poco— Hora de despertar, sobrina.

Cuando se dió la vuelta, sacó una pistola y me disparó. No sentí nada.

Sentía que estaba en el vacío y entonces, me agarraron.

Cuando abrí los ojos de nuevo, me costó menos. Ya no estaba en la terraza, sino en el jardín. En el invernadero. Miré mi alrededor. Habían dos hombre saliendo del invernadero justo en ese momento. Me enderecé con cuidado y miré mi muñeca revisando que si era real lo que había pasado ya que tenía la sangre ahí. Me limpie un poco y después cogí las hojas de una de los arbustos y comencé a restregarlas contra mi piel para ocultar el olor de cualquier que tenga.

Cuando salí del invernadero, me quedé un poco impactada al encontrar a más soldados replegandose por el jardín. Me estaban buscando a mí.

—¡Luna! —me giré para encontrarme con un hombre de cabello rizado y marrón. Sus pestañas eran largas y me miraba con urgencia— ¿Se encuentra bien? —empezó a revisar mi rostro y mi cuerpo— Vaya inventandose una buena excusa porque el Alpha está enfadado.

—¿Dónde está?

—La estaba buscando por los límites de la manada, volverá aquí en breve —contestó— Vamos adentro, por favor. 

SOLO ELLA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora