La posada [JIKOOK] EDITADO.

23

Luego de un viaje en silencio, llegamos nuevamente a la mansión Park. Entré junto con JiMin y nos encontrábamos a todos almorzando tranquilamente.

—¿Por qué regresaron hoy? Creí que se quedarían más tiempo en Japón— comentó Jin al vernos.

—JungKook, quería regresar— contó JiMin, tomando asiento.

Hablas demasiado, fue lo que pensé decirle a JiMin, pero sólo solté un suspiró agotador y no dije nada.

—¿Por qué querías regresar, JungKook? ¿Nos extrañabas? — preguntó NamJoon divertido, y yo hice una mueca.

—Regresé porque tengo cosas por hacer, no por ustedes— y bufé sin ganas. No tardé en notar que lo que había soltando había sido con un tonó muy desagradable y déspota.

—¿Y qué es eso que tienes que hacer? — preguntó mi primo, ignorando mi tonó, como si fuese lo más normal de mi parte. Quizás sí lo era.

—¿Y piensas que te lo voy a decir? — solté con una sonrisa sarcástica.

Y bajó la mirada fulminante de Jin, me dirigí a mi habitación, a la cual, increíblemente, llegué sin perderme.

Allí recogí mis cosas en mi bolso y lo dejé debajo de mi cama. Luego de agarrar mi teléfono, le marqué a BamBam y le conté lo sucedido.

—Iré a mi casa en Busan, ¿me acompañarás? — le pregunté mientras me sentaba en mi cama con cansancio.

*¿Te lo cruzas en la estación y lo primero que haces es ir a donde te dice? — preguntó BamBam, al otro lado de la línea.

—Realmente necesito comprobar algo— dije frustrado.

*...Sabes que te acompañaré tonto, pero ¿cómo te deshaces de JiMin? no creo que simplemente te dejé ir, ni aun que sea conmigo—

—Es algo que luego pensaré, tu ve regresando a Corea—

*Bien—

Luego de cortar la llamada, regresé a almorzar.

—Así que, JungKook— habló la señora Parker sonriéndome, sentada frente a mí.

—¿Si? — solté alzando las cejas, por el tonó demasiado dulce que tenía.

—¿Qué piensas sobre tener hijos? — preguntó interesada.

—¿Hijos? Sólo tengo 16, por favor— dije observándola entre asustado y desagradado.

—¿Pero los niños te gustan? — preguntó NamJoon, rodando los ojos.

—Claro— respondí encogiéndome de hombros; imaginar a minis TaeHyung, me gustaba.

—¿Y casarte? — preguntó el señor Parker.

—No es algo que me moleste, pero enserio, sólo tengo 16— dije levantando mis manos y suspiré —...Desde que llegué se ven todos muy alegres ¿Qué estaban hablando antes de que llegara? — pregunté al notar que el ambiente era tan extraño, todos se encontraban pasando la mirada entre JiMin y yo, con pequeñas sonrisas.

—Oh, hablábamos de cuando de joven mis habilidades se me salían de control— habló contentó, Parker padre.

—Hm, conque a usted también le paso. ¿Le sigue pasando? —

—No, no, es algo temporal, cuando te des cuenta JiMin ya podrá estar cerca de ti sin que sus habilidades se salgan de control— comentó feliz.