Uno.

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La campana sonó, dando el inicio del medio día, hora del almuerzo, y como era de esperarse los estudiantes omegas salieron en apuros. La cafetería se infestaba en segundos y las filas se hacían infinitas, al igual que las mesas. Por suerte, Liam llevaba su propio almuerzo y no tenía porque correr por su vida por la asquerosa comida que el instituto daba.

Él tomó su tiempo en guardar los útiles en la mochila vieja que llevaba, siendo el último en el gran salón de estilo rústico y anticuado. Los pequeños llaveros que colgaban de su mochila tintinearon haciéndole sonreír, le gustaba las cosas pequeñas y bonitas, le daba un sutil estilo a su personalidad. Cargó un par de libretas que guardaría en su casillero y no eran necesarias en su mochila, dando un vistazo al pasillo que seguía lleno de adolescentes con los aromas alborotados.

En un hueco que vió disponible, salió del salón, Liam se encogió intentado no tropezar con alguien llamando la atención, suficiente tenía siendo antisocial como para llamar la atención de los demás omegas. Arrugó la nariz cuando los olores fuertes de alfas llegaron al aire, se apresuró un poco para no toparse con ellos. No es que lo molestaran, sino que los tipos grandes caminaban como dueños del pasillo, y si alguien estuviera en su vista con un empujón les quitaban.

Otra cosa con la que Liam no quería lidiar.

Dejó de apresurarse al llegar a las puertas dobles de madera vieja al final del segundo pasillo principal que dirigía a los campos verdes, lo único que conectaba el instituto de omegas con el de alfas. Tan solo faltaban unos pasos para llegar cuando fué empujado por detrás causando que sus libretas cayeran y él chocara con un cuerpo duro.

Parecía que todo el alboroto del pasillo se esfumó porque Liam nunca había estado en un silencio tan profundo como ese momento. El gruñido feroz fué tan grotesco que sintió la vibración en la espalda, rápidamente se alejó alzando la mirada al mismo tiempo que el alfa se giraba, pudo escuchar a las chicas contener la respiración.

Zayn, el alfa más misterioso y temible del instituto estaba detrás de él.

Del que extrañamente siente una atracción, que ha estado evitando por meses enteros, al que evita el contacto visual y especialmente evita ponerse en su camino.

Zayn bajó la mirada a su cuerpo, sus profundos ojos pardos se clavaron sobre él dándole corrientes que, quería suponer, eran debido al miedo, mas había algo que le impedía sentirlo completamente. 

Sin controlar su temblor por lo que sea que el alfa vaya hacerle, se encogió más en espera del posible golpe. Grande fué su sorpresa cuando el chico recogió sus libretas del suelo, aún manteniendo el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

—Toma— Liam no pudo ocultar el rubor en sus mejillas pálidas, tomó las cosas sin tocar los dedos tatuados del moreno, no queriendo causar más problemas. —Ten más cuidado la próxima vez— su voz, su voz era tan ronca, áspera, rasposa y varonil, todo lo que Liam incluyó en su lista de cosas que ama.

El castaño vió con sorpresa grabada en el rostro cómo el gran alfa abría las pesadas puertas y seguía su camino. Por lo que había escuchado del moreno, estaba esperando a que le saltase encima por ser tan torpe y tropezar con él.
Gimió en un tono bajo cuándo cuerpos grandes lo empujaron, quitándolo del camino y sacándolo de su trance. Sacudió la cabeza, y caminó en dirección a dónde el de ojos ámbar fué.

Tomó asiento en una mesa algo alejada del resto de estudiantes, y sacó de su colorida mochila el almuerzo que llevaba. Suspiró antes de empezar a comerlo, y mientras masticaba, miró a su alrededor. Personas de todo tipo charlando entre ellas, alfas egocéntricos viroteando por doquier, omegas sentados en los regazos siendo tratados cómo si de trofeos se tratasen, otros tantos sentados en grupos. Y luego estaban los solitarios, los que no hablaban con nadie, simplemente eran él y Zayn.

Liam miró hacia la mesa del alfa, sintiendo sus mejillas colorearse cuándo ambas miradas se cruzaron. Instantáneamente desvió la mirada, y trató de controlar los latidos de su acelerado corazón.

Tomó el pequeño envase de cartón que contenía su jugo, llevándose el popote a los labios, mientras sentía la mirada del moreno sobre él. Trató de lucir normal, sin nervios, controlando su pequeño cuerpo que volvía a temblar en esa ligera atracción.

Al final del día, y como siempre, fué uno de los últimos en salir, tirando de las correas de su mochila para abrazarse más a ellas, caminó por la acera. Viendo el suelo y sus tenis negros, sonrió por sus calcetines azules con pequeños gatitos sonrientes, él gustaba del camino a casa todos los días, excepto los lunes cuando su hermano mayor podía recogerlo.
La temporada de otoño estaba en sus inicios y Liam amaba esa estación del año, el clima era sutil, por lo que podía usar sus suéteres favoritos y playeras de lindos estampados, dependiendo del día. Sin mencionar que el cielo era nublado y los árboles comenzaban a tomar colores neutros, otra cosa que Liam tiene en su lista de cosas favoritas.
Al llegar a casa, dejó caer su mochila cerca de la puerta, no tenía deberes escolares que hacer por lo que no sería necesario llevarla a su habitación. Caminó a la cocina, encontrándose a su hermano mayor quien giró en el momento justo que la comida del microondas estuvo lista, Liam tiró ligeramente las comisuras de los labios hacia arriba antes de abrazar al chico.
—¿Te fué bien, Li? —Liam cerró los ojos ante la baja voz de su mayor, disfrutando las vibraciones que salieron del pecho y asintió con la cabeza.
Su hermano era un feroz alfa, pero a él, siendo el menor y único omega masculino, siempre lo trató con toda la dulzura que el chico conocía. Y desde que sus padres murieron, éste se dedicó únicamente a darle una buena vida al chiquillo.
—Lava tus manos para que podamos comer, dulce.
El castaño rió ante el apodo, volviendo a asentir. Fué alejándose poco a poco del fuerte y musculoso cuerpo para dirigirse al baño y enjuagar distraídamente sus pequeñas y frágiles manos.


Cómo lo prometí, aquí está la tan esperada sorpresa. Es realmente un honor para mí el hacer una historia en conjunto con una de las mejores escritoras de wattpad, espero que a ustedes les guste la historia tanto cómo a nosotras. *corazón.*

Todo el amor para ustedes. -J&T.

La calma del alfa.Where stories live. Discover now