Tres.

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Era conocimiento de todos que Zayn Malik era el alfa más temido, incluso los más busca pleitos evitaban enfrentarse a él, pues el moreno perdía rápidamente la paciencia y se desquitaba con todos a su paso, sin importar quién fuera.

Por supuesto que una vez que Zayn los retaba, ningún alfa se hace a un lado. El orgullo de su animal interior les evita pensar en las verdaderas consecuencias. Terceros no podían interponerse en una pelea, pues éstas terminan hasta que alguno se rinde o termina muerto. Razón por la cual un par de vidas fueron arrancadas a manos del de ojos ámbar.

—¿Ahora defiendes a los mudos, Malik?

—Sabes que no me voy con cuentos, Evan.

En el aire se podía apreciar un ligero olor a miedo que correspondía al cuarteto de alfas frente a Zayn, y un estruendoso rugido vibró por cada rincón del lugar cuándo el olor de un Liam aterrado llegó a sus fosas.

—N-no es asunto tuyo, Zayn.

Tensó la mandíbula y cerró las manos, tratando de controlar las ganas de lanzarse encima de aquellos tontos. No quería asustar más al pequeño omega. — Voy a darte una oportunidad más de entregar el llavero a Liam.

Los directivos del plantel se apresuraron a tomar al castaño para quitarlo de enmedio. Suficiente era con que cuatro vidas muy probablemente terminaran, cómo para agregar a la lista la del pequeño castaño.

...

Kasey se apresuró a entrar en la oficina, gruñendole a quiénes se cruzaban en su camino. Había recibido una llamada del Instituto de Liam pidiéndole su presencia. No dejó que le dieran detalle alguno, pues cortó la línea y salió apresurado a asegurarse que su hermanito estuviese bien.

Liam se aferró a su saco con temblorosas manos, soltando pequeños hipidos y mojando su camisa. Kasey estaba a punto de arrancar algunas gargantas de por ahí. — ¿Te lastimaron, pequeño? — Liam negó suavemente con la cabeza, y su hermano suspiró. Tenía miles de preguntas rondando su cabeza, pero no tenía caso preguntarle al menor.

— Señor Payne. — Kasey sentía su pecho burbujear de enojo cuándo el director dejo salir al grupo de chicos, suponiendo que eran los causantes del problema.

—Iré a hablar con él, ¿por que no me esperas aquí?— el labio de Liam tembló alejándose suavemente de Kay.

Su hermano entro a la oficina dejandolo fuera en las sillas acolchonadas en las que muchas veces tomó sueño. Cuándo estaba en primer año y su hermano aún no podía acoplarse con los estudios y el trabajo, dejándolo en espera por una hora, gentilmente las consejeras le permitían esperar a Kayse allí. Y Liam estaba eternamente agradecido.

Acomodándose en la silla a un lado de la puerta, colocó su mochila en las piernas. Su nariz respingo al llenarse de la fragancia picante del moreno, sus mejillas se encendieron al notar que Zayn estuvo todo el tiempo allí, ya que fué el primero en entrar con el director.

Zayn le miraba desde la silla de enfrente, tan penetrante y los ojos pardos en un profundo color que Liam podía ver rabia e impotencia. Los brazos cruzados, el cuerpo medio flexionado y las piernas estiradas, dando la apariencia de su grande cuerpo.

El omega le dio una pequeña sonrisa en agradecimiento por defenderlo de esos chicos, agachó la cabeza comenzado a jugar con sus dedos, deseando que su hermano alfa no tardara allí adentro.

Un sonido peculiar sonó por todo el silencioso pasillo, Liam levantó la mirada hacia el alfa frente a él, quien tenía su llavero de osito en sus dedos, extendidos hacia él. Tragó saliva pesadamente, parpadeo tímido al captar lo que Zayn quería, que fuera a tomarlo, eso requería acercarse y significaba tener su aroma más cerca.

Definitivamente se desmayaría.

A dudosos y temblorosos pasos se levantó y se acercó al moreno, siendo lento por si era una mala jugada por el chico misterioso.

—Debe ser muy especial para ti ¿verdad?— preguntó con su característica voz, su pecho subía y baja muy notable, como si estuviera aún furioso.

Recibió un asentimiento de cabeza por parte de Liam, antes de que el chico tomara con movimientos torpes el llavero metálico.

El omega de cabello revoltoso, suéter de lunares y playera con un estampado de oso en el centro, piernas tan delgadas, tan pequeño y frágil, era el causante de que su alfa esté tan enojado por no defenderlo antes de que las gruesas lágrimas mancharan su delicado rostro, y por no tener la valentía suficiente para sostenerlo ahora.

Había escuchado cada rumor que circulaba en el instituto, y con cada uno aumentaba su rabia y las ganas de matar a quien haya inventado tal atrocidad. Tenía curiosidad también por saber el motivo que impedía que el lindo ojimiel hablase, pero no podía acercarse a él; sabía que era muy fácil que se enojase y, aunque a Liam no lo tocaría ni por error, no estaba muy seguro sobre la suerte de terceros si descubría que alguien era el causante de tal situación.

—¿Liam? —Ambos miraron al ceñudo alfa, y el rostro de Liam se iluminó con emoción, haciendo gruñir al moreno.

Kasey le dedicó una mirada ofuscada, antes de concentrarse en su hermano. Una sonrisa cruzó su rostro cuándo el omega se acercó a él, y no pasó desapercibido el enfado que se instaló en los ojos ámbar. —¿Listo para irnos, cariño?

Zayn luchaba para no lanzarse encima del hermano de Liam, pero estaba siendo una tarea casi imposible. Ningún alfa tenía porqué llamar de esa forma al omega, ni siquiera el ser su hermano le daba el derecho de hacerlo. A nadie más que a él.

Moría por jalar al chico y apartarlo del mundo, marcarlo cómo suyo y tener cachorros, para que Liam se dedicara únicamente a él.

Parpadeó sorprendido ante tal pensamiento, antes de volver a recuperar la pose neutra. ¿De dónde había surgido aquello? Liam era sumamente lindo, un omega digno que todo alfa quisiera poseer, pero Malik jamás se había imaginado con cachorros propios. Se sorprendió aún más cuándo la idea de un mini él  y una mini Liam corriendo por doquier le sonaba bastante atractiva. 

El omega de Liam ronronea cuándo un exquisito aroma llega a él, sabía quién es el causante y quiere acurrucarse junto a él y restregar su mejilla en el fuerte pecho para impregnarse del dulce olor. Orbes pardo le devolvieron la mirada, haciéndolo sonrojar levemente. 

Con una pequeña sonrisa, le dijo adiós con la mano al misterioso alfa, conteniendo las ganas de obedecer a su omega, antes de salir de ahí siendo seguido por su hermano mayor. 



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Todo el amor para ustedes. -J&T

La calma del alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora