La calma del alfa.

Nueve.

Liam suelta una risita cuándo un suave beso es depositado en su regordeta mejilla, ojos soñadores buscan detrás de él al causante haciendo a Zayn suspirar. 

—No creí ver al temible alfa suspirar así. —Zayn no evitó que su gruñido saliera, pero cualquier chispa de enojo se esfumó al ver la felicidad que a su pequeño le causaba tener al par ahí. 

—Vamos Louis, te pones peor cuándo estoy alrededor. 

—Y cuándo no estás también.—El ojiazul jaló a su rizado novio tomándolo de la cintura antes de comenzar una sincronía de labios. 

Liam miró la escena con una sonrisa, luego posó su vista en los ojos pardo que lo miraban brillantes de alegría. Se preguntaba si el moreno lo besaría así algún día, años atrás había visto a sus padres compartir alguno que otro beso y cuándo preguntó le dijeron que eso hacían las personas que se querían. 

Sus mejillas se encendieron cuando Zayn alzó las cejas, como si leyera su mente.

El timbre sonó por todos lados dando el anuncio que las clases habían terminado, Liam se abrazó más al moreno en el momento en el que de ambos edificios salían los estudiantes como toros salvajes.

Zayn le empujó con suavidad hasta la acera, se quedaría con él hasta que el alfa llegara por su omega y lo llevara a casa, seguro de cualquier otro.

Liam no paró de frotarse con el moreno, oliendo por completo el aroma picante. Eso le gustaba, así podría dormir con el suéter en la noche y soñar con el alfa temible.

Su mala suerte fué escuchar un auto derrapar enfrente de ellos, y un Kay bajó rodeando a grandes pasos. Liam sonrió como siempre lo hacía al ver a su hermano mayor y saltó a los brazos de Kay. Su omega interior parecía ser más cariñoso, liberaba más de su fragancia suave a aquel que le diera cariñitos.

—Sube al auto, Lili— Liam asintió entusiasmado, en la mañana el alfa le prometió llevarlo a su restaurante de comida rápida favorita después de escuela y él tenía mucha hambre.

Kasey no aparto la mirada de Zayn, matándose y reclamando al chico de su propiedad. No dejarían que el otro lo llevase, y eso iba más allá de ese momento.
Kasey tomó la mochila de Liam y abrió la puerta para él, más fué su sorpresa cuando su pequeño corrió hasta el moreno. Zayn miró al omega bonito pararse frente suyo y tomarlo de las mejillas, lo atrajo hasta frotar su linda nariz contra la suya.

La risita envolvió su corazón, no tuvo tiempo de decir algo antes de que Liam se metiera al auto y Kay se subiera después, no sin antes darle una cabreada mirada.

Zayn no pudo evitar la extraña sensación que recorrió su cuerpo, ni la gigantesca sonrisa que hizo presencia por el resto del día. 

... 

Liam saltó entusiasmado, entrando al restaurante y saludando con la mano a la mujer detrás del mostrador. 

—Liam, ¿lo de siempre, mi niño? —Asintió haciendo su sonrisa más grande. Siguió a Kay cuándo la orden estuvo lista. 

El alfa no podía dejar de mirar a su hermano, había algo diferente al Liam sentado frente a él y el de ésta mañana. El castaño siempre fué muy alegre, pero hoy su aura era aún más intensa, es consiente que es parte causa del primer celo. Liam desprende las fragancias más suaves y visibles, la sonrisa y la actitud emotiva que casi rebota por todos lados.

—¿Qué te trae de buenas hoy?— pregunta lentamente, Liam está distraído por la comida recién servida. Kay mira los ojitos mieles de su hermano mirarlo junto a las mejillas brillar de pena.

Solamente recibió un encogimiento por parte de Liam.

—¿Es alguien quien te trae asi?— el omega rodó los ojos como si de pensar se tratara, Kay podía mirar el esfuerzo que hacía por ocultar la sonrisa.

Al final su hermanito rió tontamente y siguió comiendo de su hamburguesa, no iba a confesarle su amorío con el moreno.

A distancia se podía mirar el enamoramiento que tenía hacia el alfa gruñón, y más que decir con el aroma repugnante en toda la ropa del chico.

Kasey sabía que pronto el aroma estaría en la piel en vez de los coloridos suéteres, y que los colmillos del tipo estarían marcados en el hombro de Liam.

No dejaría ir fácil a su pequeño, pero al final, Liam tendrá que ser tomado como todo omega.

Sin darse cuenta, un gruñido molesto salió de la profundidad de su garganta, provocando que una curiosa mirada se posara sobre él. Imprimió la sonrisa más real que pudo fingir y tomó una papa frita del plato frente a él, tratando de disimular su enfado, más el fuerte olor lo delataba. Liam acarició con suaves dedos la mano más grande, preguntando silenciosamente el motivo de su enojo. 

—¿Sabes que te quiero mucho?— su pequeño hermano le sonrió, y él se preguntó que tan difícil sería acostumbrarse no ser el único que recibiría tal gesto.

En un suspiro agotado se decidió a comer, dejando al chico ronronear por el olor picante de un alfa a quien debería tener en la mira. Aún no se hacia a la idea de Liam irse dejándolo solo, tampoco había encontrado un omega como pareja, todo su tiempo fué dedicado a su cachorrito que ahora era un hermoso omega por completo.

Al llegar a casa, Liam salió corriendo a su habitación, y no dio señales de vida. Kay supuso que el castaño estaba rodando por todo el suelo embriagado por el aroma. Planeó tomar esa prenda y lavarla al menos diez veces, de solo sentirlo sutil le picaba la nariz y los celos. No soportaría ver a su hermano ronroneando todo el día por el inestable alfa, pero era consciente de que en cuánto el aroma desaparezca de aquella prenda, su hermano correrá nuevamente a los brazos tatuados para obtenerlo. 

No quería perder a su pimpollo, luego de la muerte de sus padres el castaño fué lo único que le quedó. Se negaba a despedirse de él también, al menos no en un largo tiempo. 

Tan puntual cómo siempre, ¿vieron?

¿Por qué hay escasez de comentarios, ah?
Vamos, no sean lectores fantasma, queremos leerlas.

LO VUELVO A PUBLICAR PORQUE SE ME OLVIDARON LAS DEDICACIONES.

AG_Palik
KarenG324
xXZi4m4EverXx

Gracias por todo su apoyo, linduras. *corazón.*

Si quieren mención, comenten cosas lindas. A los tres comentarios más tiernos y lindos les dedicaremos el próximo.
Todo el amor para ustedes. -J&T.