Dieciocho.

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Liam nunca había estado tan feliz. Ni siquiera la vez que Kay le había consentido comprando un par de pizzas de tamaño grande, helados y muchos dulces para pasar toda la noche en un maratón de películas le había hecho sentirse de esa manera.

Habían estado en ese agradable club hacía un par de horas, y aunque no le interesaba beber ni consumir sustancia alguna que ahí se vendía, miraba con curiosidad a los alfas y omegas que se aventuraban a beber de cada botella que sus ojos veían. Y era difícil para Zayn no derretirse de los tiernos gestos que el omega realizaba cada que el olor de alcohol o tabaco llegaba a sus fosas nasales.

Los castaños ojos se posaron en su varonil novio, y le dedicó una sonrisa tan pura que lo hizo suspirar.

—Jamás había visto a un alfa con corazones en lugar de ojos con un simple gesto de su omega, excepto tal vez a mi padre, pero incluso lo superaste en los diez minutos que llevo sentada acá.  —La castaña alzó las manos, colocando una a cada lado de la cabeza en señal de rendición cuándo un par de ojos pardo la miraron con aparente fastidio.  —No digo que sea malo, en realidad es bastante tierno. Se ve a kilómetros que el chico se merece el mundo entero, es bueno que estés dispuesto a dárselo.

Zayn la miró con curiosidad, ojos estrechos en busca de alguna mueca de burla o mentira en el rostro ajeno. 
Cuándo no encontró más que sinceridad, sus hombros perdieron tensión y se permitió bajar un poco la guardia. Por lo que podía ver, aquella chica era una omega y desprendía confianza apenas la mirabas.

Volvió la vista a su pequeño Liam y se sorprendió al verlo con un grupo de chicas.

—No tienes que preocuparte, no le harán daño.

El alfa tan sólo asintió, no muy convencido y sin despegar la mirada del castaño.

—No eres de muchas palabras, ¿verdad?.

Al ver que el moreno no iba a responderle, la castaña suspiró y volvió la vista hacia dónde su grupo de amigos se encontraba. Pudo darse cuenta que el cuerpo a su lado se tensaba cada que alguno se acercaba de más al pequeño chico desconocido, lo que la hizo sonreír.

No conocía a ninguno, ni siquiera sabía sus nombres, pero era muy notorio la atracción que el moreno sentía hacía su omega, eso sin duda era algo lindo de apreciar. 

—Mi nombre es Yara. —los hombros de la chica subieron cuándo los orbes ámbar se posaron nuevamente en ella.—Creía que debías saberlo antes de ir allá y presentarte a mis amigos, para que puedas proteger a tu omega de cerca y logres relajarte.

Un par de segundos en silencio pasaron, la más pequeña iba a coger su bolso y colocarlo sobre su hombro ante la vista de quedarse sin respuesta una vez más cuándo una profunda y ronca voz que la hizo temblar llegó a sus oídos.

—Yo soy Zayn y él es Liam, mi omega.

Una resplandeciente sonrisa apareció en el aún aniñado rostro.—Eso es genial, Zayn. Liam en realidad es muy bonito.

Zayn se sentía diferente con aquella omega, como si con ella pudiera abrirse y confesarle todos sus miedos. Por suerte, ya había aprendido a controlar sus acciones.

—¿Iremos ya? Presiento que en un momento Liam se agobiará por tanta atención.

Sin esperar alguna respuesta, el moreno se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia dónde su pequeño se encontraba de pie. 

Caminando a la par, la chica sonreía por cada mueca que el alfa a su lado hacia. No se perdió la forma en la que los ojitos marrones brillaron de alegría una vez cayeron en el moreno acercándose, y se preguntó si en realidad la felicidad de tener a tu pareja predestinada junto a ti era tan indispensable como llevaba viendo hace años.

Ambos llegaron a donde el pequeño grupo de omegas se encontraba charlando, el fuerte olor del alfa llamó la atención de todos ellos, haciéndolos girar a verlo.

—Chicos, él es Zayn. Es el alfa de Liam, por si teñían la duda— quizá no era necesario el título que le había dado, pero no estaba para nada contenta con la mirada hambrienta que una de sus amigas le dedicó al moreno en cuanto notó su presencia.

Literalmente Liam saltó a los brazos del alfa. Zayn captó el ligero ronroneo bajo toda la música, rodeó al más pequeño y gruñó a las omegas que los miraban atentamente.

Liam se alzó de puntas para rozar su nariz en el cuello del chico y reclamarlo frente al grupo, dejando en claro una vez más que el hombre era suyo.

—Eso es lindo— chilló una de las chicas, encantada por la pareja.

De pronto Liam empujó a Zayn a la pista, la música había cambiado y el omega se vió con ganas de bailar. Zayn protestó aunque dejándose llevar por su novio a donde quería y quedó de pie mirando los hermosos ojos de su niño.

Liam comenzó a brincar con ligeros movimientos de caderas, el cabello rebotando. Zayn no se movió, sólo quedó allí admirando los movimientos torpes del chico, viendo la sonrisa extenderse y los chillidos que brotaban. Zayn lo metió en sus brazos y el castaño siguió bailando ahí, sólo para su alfa.

Así fué la noche para los dos, Liam asistió a su primera fiesta y Zayn estuvo presente. Así que estuvo bien. Por primera vez el moreno no tomó alguna gota de alcohol, debía cuidar a su niño y únicamente eso hizo.

Su omega estaba satisfecho cuando iban en el auto de regreso a casa.

—¿Te divertiste?— preguntó Zayn.

Liam asintió medio dormido, siendo llevado a la habitación y dejado suavemente en la cama. Él rodó aspirando el picante aroma de su alfa, gimiendo por la comodidad y sintiéndose en casa.

—Buenas noches, bebé— susurró Zayn en el oído.

Zayn le cubrió con las mantas y salió dejando al chico descansar, pues bailar había consumido todas sus energías. Liam olía a felicidad y eso fue todo para saber que había cumplido en mantener bien a su omega.





Hola, holaa.

Nuevamente queremos disculparnos por la tardanza, ésta vez es culpa mía. Cómo saben, desde hace mes y medio no tengo ganas de nada, por lo que escribir miel (como ésta fic) no me queda en éstos momentos. Disculpen.):

Empezamos con las apariciones en el cap, ¿qué les pareció?

¿Su parte fav del capítulo cuál fué? ♡

Dejen muchos y bonitos comentarios, de eso dependerá si tardamos en subir no.

*Me avisan si hay algún error.*

Todo el amor para ustedes, babys. -J&T.

La calma del alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora